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No había nada más difícil que el arrepentimiento a último minuto, sabía que era necesario, pero en cuanto vio como Emily casi lloraba con el préstamo que por fin consiguió gracias a un periódico donde aparecían tomados de la mano no pudo arruinarl...

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No había nada más difícil que el arrepentimiento a último minuto, sabía que era necesario, pero en cuanto vio como Emily casi lloraba con el préstamo que por fin consiguió gracias a un periódico donde aparecían tomados de la mano no pudo arruinarle esa felicidad, sí, era un nepotismo horrible pero lo suficiente para tenerla de un lugar a otro. Hace años, durante su adolescencia Zinov no dejaba de repetirle que debía usar contactos o se quedaría sin nada, hasta el momento le hizo caso, pero jamás pensó que algo así beneficiaría a Emily.

En una semana, ella junto a su hermana ya tenían un local mediado en una buena zona, pastelerías, zapaterías, joyerías y obviamente: un cementerio a pocas cuadras, más alejada que el resto de las florerías, pero estaba bien, era la única en una cuadra cubierta de cosas que perfectamente se podrían regalar con unas flores. Eliot, como empresario, sabía que no le iría mal en ese lugar, además la veía como la persona más encantadora del mundo, era imposible no cautivarse por como hablaba o lo convincente que era, aunque quizá fuese solo su enamoramiento, Alice también lo pensaba.

Ambos se tomaron una semana completa para ayudarle a sacar todo, las viejas repisas, el horno viejo y desastroso, las puertas de madera corrompidas por el cambio de clima constante y sobre todo esa chimenea de panadería quemada y grasienta que opacaba el edificio. Emily no podía levantar una piedra sin que Eliot se la quitara, como si el más mínimo esfuerzo le hiciera daño a su bebé o a ella así que, fue como sentar a un niño con crayones para que se distrajera mientras hacían el trabajo pesado, pero una versión adulta: se quedó haciendo el inventario.

Llamo todo tipo de proveedores con los que estuvo hablando antes de pedir el primer préstamo, hizo cuentas de absolutamente todo y cuando Alice y Eliot acabaron con sacar todo lo viejo y dejar dos habitaciones, un baño y el local completamente vacío ella ya tenía una extensa lista de precios en rebaja que gano con un coqueteo leve con el hijo de quien le traería muchas de las flores, aunque los celos de Eliot se encendieron no dijo nada al verla ocupada, pero en cuanto se desocupó la beso como si no fuese a soltarla, de una forma posesiva y de advertencia, no para ella, sino para el mismo por ponerse así aun conociendo a Emily. Alice solo pudo observar como el rostro de ella se teñía de un color rojo puro en cuando se apartaron.

Cuando ambos revisaron las listas, los precios y todo lo que hizo Emily en cuatro horas descubrieron que, si todo salía bien recuperaba el préstamo en menos de cuatro meses aunque Emily ya lo tenía cubierto con lo que Eliot le dio en el contrato.

Al final del mes, el local quedo con colores claros, amarillo por dentro, las paredes, las decoraciones y por supuesto la caja tenía pintura, flores y listones amarillos; las repisas, jarrones, puertas y marcos hacían contraste con un blanco puro o un azul turquesa que combinaba a la perfección con los tallos. Había una pared completamente en blanco que Eliot insistió en dejar así.

Era tan perfecto para Emily, tanto que Alice fue quien la bajo de la nube colocando un cartel en la ventana solicitando una empleada en la ventana. A pesar de que Emily insistió en que podía hacer esto sola, tener que subir y bajar escaleras era un riesgo en su estado.

A Las Flores Les Gusta El Silencio ✓ #PGP2024Where stories live. Discover now