Manu y su harem de rubios ❝ Latín Hetalia/Hetalia ❞

Veinticuatro ✧

Advertencia: UsChi y UruChi pal pueblo 💋

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Manuel ahora se cuestionaba todas sus decisiones pasadas, estaba algo ansioso, no sabía porque se dejó llevar por el ambiente y beso a Pedro ¡su mejor amigo! ¿es que acaso en otra vida fue alguien malo? O porque razón el universo lo hizo tan estúpido... ¡esta vez le atribuiría todo al poco alcohol que había tomado! Si, era lo mejor para sus caóticas emociones.

≪ ya mejor dejo de pensar weas ≫ suspira frustrado, observa las brochetas que se estaban preparando en la parrilla y luego se desvía a la mesa,  Alfred estaba junto a su papá y su tío Ludwing, lo cual era una mala señal ya que los dos cuando toman, se ponían un poco loquitos.

≪ bueno, mientras no tome tanto no creo qué haya proble- ≫

Alfred cae rendido en la mesa, golpeándose la frente, estaba rojo y evidentemente MUY borracho.

- por la chuchaaaa - rápido se acerca donde el gringo y le pellizca las mejillas intentando obtener alguna reacción de su parte - ¡papá! Si sabi que no todos pueden soportar tanto copete.

- ¿uh~? ¡Pero Manu! El se veía bien, además quiso competir contra nosotros, según para ganarse "el respeto de la familia" - dice arrastrando un poco las palabras, ya que bueno, tomo bastante junto al alemán.

Manuel hace un face palm interno y tira de las mejillas de Alfred - ¡oye gringo weon! Levántate para llevarte a la camaaaa.

- ¡Manu! - alegre el rubio mira al castaño y le regala una encantadora sonrisa.

Manuel se sonroja levemente ya que tenía que admitir que el gringo se vio bastante tierno con su sonrisa.

- vamos, vamos, te voy a llevar a acostarte, así que coopera por fa - dice mientras toma del brazo al gringo para ponerlo de pie, el cual de manera tambaleante sigue sus pasos.

- estoy mareado - dice arrastrando las palabras - todo da vueltas y vueltas~

- quien te manda a tomar tanto po - dice entre molesto y divertido, si era completamente sincero, para él era gracioso ver a gente borracha actuando de manera tan torpe.

Prácticamente arrastrando al rubio lo lleva a la pieza en la que se quedaría - mañana vas a amanecer con una caña - ríe Manuel - siéntate un poco mientras te saco el pijama y te abro la cama.

- ¡oki doki! - como si fuera un niño obediente Alfred se sienta tranquilo en una silla que estaba ahí, observaba los movimientos que realizaba el castaño y era feliz, aún no podía creer que después de tanto tiempo sin verlo seguía siendo igual de hermoso... y seguía teniendo su corazoncito todo cautivado - ¿Manu?

- ¿dime? - toma las prendas de Alfred y se acerca a él - levanta los brazos.

El rubio sin objetar levanta sus brazos y deja que Manuel le saque la polera - te voy a contar un secreto - baja los brazos una vez ya su pijama está puesta y observa al castañito - desde que te vi en ese pasillo lleno de gente, me llamaste mucho la atención... eras muy bonito, aunque fuiste un grosero.

Manuel ríe al recordar aquel encuentro tan incómodo, reconoce que si fue grosero pero Alfred lo había provocado después de que él le haya pedido permiso como mil veces y el otro no caso le hacía.

- si, me acuerdo ¡después te pegaste a mi como una garrapata! - el rubio hace una mueca y abraza la cintura de Manuel.

- ¡es porque quería ser tu amigo! - hace un puchero y mira desde abajo al castaño - pero tú seguías huyendo de mi, como si fuera alguna peste.