-No me iré porque no necesito el dinero, gano lo suficiente aquí, además que les tengo cariño y le soy fiel a su familia.-me mira.-Usted da miedo cuando habla de la muerte.

-Algún día te llevare a Rusia para que me veas matar, te dejare traumada y eso me hará feliz.

-No iré nunca, señor. Usted está loco.

Desde un inicio se le explico que somos personas muy ricas que tienen enemigos y con el tiempo supo que somos la mafia. Incluso con todo eso, no nos abandonó.

Me pongo alerta cuando por la ventana veo que el portón se abre y entra un carro que no es conocido ni para mí ni para nadie, pero al parecer han dado la autorización de que ingrese a nuestra casa.

Los dos nos miramos las caras pero no nos movemos.

-¿La has visto antes?-preguntó cuando vemos a una mujer descender del vehículo.

-No, ella nunca ha venido.

Rafaella.

Cuando los niños se van a la escuela subo a la habitación que por el momento he tomado como propia y me interno en ella cual ermitaño de las cavernas.

Antes me gustaba lo bella que resultaba la independencia y ahora me doy cuenta que no he perdido el gusto, me sigue pareciendo atractiva la idea de volver a estar sola, sin contar con el pequeño detalle de que ahora tengo dos niños que no se cuidan solos.

El intercomunicador se enciende. Lo tomo apresurada.

-Señora Riccardi, aquí afuera tenemos a una señorita que dice tener una reunión con usted.

Presionó el botón para hablar.

-Déjala pasar. Ahora bajo.

-Como ordene, señora.

Suspiró agotada, es tedioso el hecho de tener que empezar con la decoración de una casa, pero la arquitecta de obra que tiene la empresa es muy profesional y agradable.

Abro la puerta y me tomo mi tiempo mientras bajo las escaleras que conducen al primer nivel.

-Señora Riccardi, buenos días.-me saluda.

-Buenos días, Aurora.-correspondo.

-En la empresa me encomendaron un proyecto personal para usted.

-Sí.-empiezo a ponerla en contexto.-He adquirido una nueva propiedad en Florencia y quiero que tenga un diseño parecido a este.

-¿Algo parecido en su totalidad?

-Los espacios están divididos de diferente manera. ¿Has revisado el plano?

-Sí, ya he podido evaluar cada una de las divisiones.

-En el tema de la decoración es el que quiero que te enfoques.-señalo todo el espacio.-Quiero algo muy parecido a todo lo que ves aquí.

-¿Que hace un extraño en mi casa?-regreso a mirar sobre mi hombro al hombre que ladra furioso en nuestra dirección.

¿Qué hacía metido en la cocina?

-Es mi diseñadora de interiores.-explico a la brevedad posible.-Como te seguía diciendo, Auro...

-¿Estamos decorando la casa?-vuelve a interrumpir.

-Estoy decorando una casa en Florencia y necesito que está habilitada lo más pronto posible.-concluyo y el parece entender el trasfondo de mis palabras.

-¿Para qué necesitamos otra casa?

-En el caso de la tonalidad de colores, quiero que sea el mismo y el comedor igual, tiene que ser así de amplio porque tengo una familia numerosa.

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