58. Tenemos que hablar.

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*Recuerda votar y comentar mucho, muack*

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*Recuerda votar y comentar mucho, muack*

—Te ves preciosa.

He escuchado esas tres palabras repetidas una y otra vez por diferentes personas desde que me puse el vestido. Asiento para agradecerle a quien las ha pronunciado esta vez, ya ni siquiera soy consciente de quien vienen los halagos, tampoco es algo que importe, sé que lo dicen sinceramente.

Me veo preciosa.

Grace dejó de llorar y se concentró en nuestra misión, hizo unas cuantas llamadas y no dudó al escoger el lugar y el diseñador que se encargará del vestido, no tenemos tiempo para crear algo desde cero, así que necesitamos reutilizar algo ya creado. Fui clara al entrar a la boutique, solo me probaría un vestido, aunque claro, ya Grace sabía qué quería.

—George, necesitamos un velo y que la misma pedrería esté en los bordes, que sea sutil, el vestido debe ser el centro de atención —Grace camina a mi alrededor junto al diseñador y una chica que toma apuntes.

Estoy en una habitación lujosa, enfrente de varios espejos y subida en una plataforma con unos pocos centímetros de alto para elevarme y dar una mejor vista de lo que estoy usando. Mi madre se ha tomado muy enserio en encontrar un vestido magnifico y está totalmente concentrada en perfeccionarlo, mientras, Carol se encuentra sentada en los sofás degustando varios aperitivos.

—Esta pieza fue creada para la primera esposa de un rico comerciante que se hacía llamar así mismo Sultán, la amaba tanto que no escatimó ni en tiempo ni en gastos, lástima que falleciera antes de probarse el vestido —comenta George—, no quería ni ver mi preciosa creación, así que pagó la compensación y dejó esta obra de arte sin una musa.

—No quiero ser la musa de nadie —respondo por primera vez desde que me metí en el vestido.

—Le comenté a Grace que podría ser de mala suerte que lleves el vestido de una prometida fallecida.

—No, es perfecto.

Una parte de mí también está muriendo, quiero decir, quiero gritar, esto es insoportable y lo estoy intentando sobrellevar de la mejor manera que puedo. Sí, me veo hermosa, pero me siento horrible.

—Quiero agrandar las joyas en algunos lugares específicos de la parte superior —dice Grace ignorándonos y señalando algunos puntos del top.

—No es muy fácil conseguir joyas más grandes, no con el tiempo que tenemos —Grace mira a George con el ceño fruncido y este alza las manos en son de paz—, pero las encontraré, no te preocupes, tu hija se verá como una auténtica reina.

George chasquea los dedos y varias asistentes corren a buscar espejos corredizos, él y Grace retroceden mientras me encierran en un círculo de espejos.

El vestido es grande, con una falda pomposa, un top ajustado y escotado en forma triangular, pero tiene una telilla transparente que me llega hasta el cuello y me cubre los brazos hasta la muñeca, es casi imperceptible, su propósito es sostener pequeños diamantes esparcidos por a aquí y por allá.

Las reglas para amarte | 2.0Where stories live. Discover now