Segundo libro de las reglas del deseo
Hay primeros amores que no son los destinados para ser los últimos.
Hay corazones que merecen vivir rotos por haber lastimado a otros.
Hay personas que están mejor separadas, pero que el destino decide juntarlas...
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Amanda
No voy a llorar, no voy a llorar.
Me lo repito una y otra vez, esas cuatro palabras se convierten en lo más importante, en una especie de ancla que me mantiene cuerda, que impide que exprese como se siente un corazón destrozado.
Estoy herida y desesperada, me niego una y otra vez los hechos, quiero que todo sea una pesadilla, un mal sueño del que despertaré. ¿El me ama? Sé que me amó hace unos años, pensé y soñé que sería posible recuperar ese amor, pero... ¿Y si solo fue mi ilusión? ¿Y si el odio extinguió el amor?
No quería enamorarme, no creía en el amor, pensaba que era algo diseñado para los demás, pero jamás para mí, era feliz cuando pensaba de esa forma, dolía menos. Ahora sé que el amor existe, que me he enamorado perdidamente, le he dado completo poder a un hombre sobre mí, me entregué entera y me ha destrozado entera.
Ha jugado conmigo, me ha utilizado como todos los demás, estoy desangrándome por dentro, no sé cómo respirar, cómo levantarme, cómo hablar y fingir que estoy bien cuando quiero simplemente dejar de existir.
Alex está herido por mi culpa, por su culpa.
Estas son las consecuencias de no saber amar.
Damián estuvo trabajando de la mano con Anderson, han sido aliados todo este tiempo y me han usado como una transacción, mi padre ha sido el causante de la mayoría de mis desgracias y parece que no se detendrá nunca.
Yo lloro, él ríe. Yo pierdo, él gana.
Ya no más.
Estoy a punto de perder a mi mejor amigo, Grace es manipulada y no entiende ni siquiera en lo que se ha metido, y Damián me mintió, me usó, habló de mí como si fuera un objeto, no hicieron falta ver pruebas, con solo ver su rostro supe que todo lo que Marcos decía era verdad.
Tengo nauseas, quiero vomitar solo de pensar que cada vez que me follaba estaba pensando en su venganza, en que cada vez que estuvo dentro de mí me odiaba y solo quería usarme para restregárselo a Marcos en la cara, como si mi valor fuera restado por estar "usada". ¿Será que le contaba lo que me hacía? Quizá se lo decía a él antes de hacerlo conmigo, como un tipo de: "Otra noche más con lo que se supone que es tuyo".
Y, tras del hecho, firmó un documento contra mí, testificó falsamente asegurando que yo soy incapaz de controlar mi vida, y estoy segura de que Anderson ha guardado ese documento para darme el golpe final, pero no, no me dejaré. Todos los que me han hecho daño pagarán.
Tenía sueños preciosos con Damián, una vida tranquila y dichosa, sin embargo, él no quiso ser parte de eso, él perdió, no yo. Se acabaron las mentiras, los juegos, la manipulación por parte de Anderson, antes temía que mis actos dañarán a Damián, ahora me importa una mierda lo que le pase, no me detendré por él.
