Capítulo XXI

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Después de la romántica pedida de matrimonio en la estación, Juliana se quedó unos días más en Luna Encantada antes de reportarse en su nuevo trabajo. La pareja acordó que viajarían las tres a Madrid para que la morena se instalara en su nuevo apartamento de manera temporal mientras conseguían una casa acorde a las necesidades de la pequeña familia y su ama de llaves. Visitaron varios pisos, pero ninguno las convenció del todo. Así que Valentina y su hija regresaron a la hacienda para que la pequeña se reportara en el colegio y se volverían a reunir en el fin de semana para continuar la búsqueda del espacio que se convertiría en el hogar Carvajal Valdés.

- Buenas noches, amor, ¿Cómo estás? – dijo la ojiazul al tomar la vídeo llamada entrante de su móvil. Se acababa de duchar y estaba lista para irse a dormir.

- Buenas noches, mi vida, bien – respondió la morena sentada en la barra de la cocina de su nuevo piso - ¿Y tú?

- Me duele un poco la cabeza, pero ya me tomé una pastilla así que pronto se me pasa, tuve un día agitado en la lechería – comentó terminando de acomodarse en la cama - ¿Y qué tal tu día?

- Cansado, este programa de inducción es agotador – se quejó mientras comía su sándwich de queso gouda con mayonesa – No sé si pueda con esto, estoy tan nerviosa, mi primer grupo tendrá treinta estudiantes de primer año y me aterra tener que enfrentarme a ellos y sus ansias por la música – sonrió levemente recordando cuando fue estudiante.

- Por supuesto que puedes, amor, eres una profesional exquisita, tienes un don maravilloso, y es tu momento de mostrarlo al mundo y que todos sepan de la gran Juliana Valdés – dijo su nombre con voz de programa de televisión haciéndola reír – Me encanta escuchar tu risa.

- Te extraño tanto, Val – suspiró – Todo es más fácil cuando estás cerca, las cosas se ven más bonitas y el miedo es menos. ¡Me urge que llegue el fin de semana para verte!

- A mí también, es muy complicado dormir sin tu olor – reconoció – Me hace falta abrazarte fuerte y besarte por las noches sin que te des cuenta.

- Eres una romántica sin remedio, me encanta cuando me dices esas cosas, te amo tanto amor – tomó un poco del zumo de naranjas que había preparado - ¿Y Gala?

- Ya se durmió, quería llamarte, pero le dije que aun no llegabas a casa – comentó.

- ¿Le diste un beso de buenas noches por mí? – preguntó.

- ¡Obvio! Siempre cumplo mis promesas, también hicimos los deberes y sus oraciones antes de dormir – respondió y escuchó el suspiro de satisfacción de su novia - ¿Qué es eso? – se carcajeó.

- No había almorzado en todo el día, este sándwich sabe a gloria – habló con la boca llena.

- Juls no hagas eso, prometiste que te ibas a cuidar, es peligroso no comer en todo el día. Te puede dar una bajada de azúcar o algo peor – hizo pucherito que su novia moría por besar.

- Perdón, amor, no te enojes. Solo no tuve tiempo porque tuve que llenar unos documentos en la dirección, luego tuve que ir a gestionar algo del nombramiento y después la inducción en el campus – habló sin dejar de comer – Fue casi titánico sobrevivir a este día, y solo es miércoles. Me faltan dos días más para verlas, esto parece un castigo – hizo pucherito quejumbroso.

- No pienses eso, princesa, nos vemos el viernes por la noche y esteremos juntas cuatro días porque pedí el permiso especial en el colegio de nuestra hija y podrá faltar lunes y martes – explicó.

Luna EncantadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora