Capítulo XIX

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Cuando Juliana recibió aquel correo electrónico del Conservatorio Nacional de Música no supo cómo reaccionar, la realidad es que al completar los formularios y enviar sus videos para participar en la oposición nunca pensó que la fueran elegir. Sentía una mezcla de sentimientos al respecto, era su el gran sueño de su vida, ser maestra de música, pero llegaba en el peor de los momentos, por decirlo de alguna manera, ahora estaban Valentina y Gala y todo lo que durante meses habían construido. Por un lado, estaba su amor profundo por aquellas dos personas maravillosas y, por el otro, la primera gran oportunidad de su vida profesional.

- Esto no puede ser – se decía así misma, mientras miraba la pantalla, con media sonrisa dibujada en su rostro, había cierta emoción unida a un profundo hueco que se abría en su estómago. Era una especie de premonición de lo que se avecinaba para ella. ¿Cómo se lo diría a su novia? ¿Cómo reaccionarían las Carvajal ante la posibilidad que se le presentaba?

Desde ese día pasó una semana y se acercaba la fecha limite para dar una respuesta a la plaza de trabajo que le fue ofrecida, fueron días de incertidumbre e incomodidad porque la morena no podía evitar estar dispersa y distraída cosa que su novia percibió y en varias ocasiones la cuestionó respecto a si le pasaba algo o necesitaba ayuda de algún tipo, pero con mucho pesar ella le mentía y aseguraba estar en perfecto estado.

- ¿Cómo está la señorita más hermosa del mundo? – saludó la ojiazul con una sonrisa brillante entrando en la cocina – Son para ti, espero que te gusten – le entregó un enorme ramo de rosas rojas que compró para ella en el pueblo.

- Gracias, están muy lindas – respondió con sonriente. Se quedaron mirando fijamente, en silencio, por algunos segundos.

- ¿No me vas a dar un beso? – pidió Valentina y ella se acercó para besarla y luego la abrazó – Tengo una buena noticia, isabela dice que ya en pocos días Gala podrá volver a entrenar – se volvieron a abrazar un poco más fuerte.

- Eso es una gran noticia, amor, me encanta – respondió - Y mi princesita, ¿dónde está?

- Se quedó en la entrada hablando con Doris, está que no cabe en su cuerpo con las buenas nuevas – ambas volvieron a reír – Estoy muy feliz por ella.

- Yo también – comentó, pero un suspiro se escapó de sus labios.

- Me gustaría que confiaras en mí – dijo la ojiazul buscando sus ojos – y que me contaras qué te pasa, estás rara y... - hizo una pequeña pausa - Yo te amo, Juls, y quiero verte siempre feliz y con tus ojitos brillantes, con tu sonrisa preciosa. Dime si hice algo malo, te prometo que no fue mi intención, ya sabes que soy un poco burra, pero te adoro y...

- No digas eso Val, no hiciste nada malo, ya te dije que estoy bien – respondió – Solo tengo algunas cosas en qué pensar, pero nada más – acarició suavemente su rostro.

- ¿Me prometes que si te pasa algo me lo cuentas? – ella asintió y se abrazaron nuevamente - ¿Te pareces si vamos a cenar fuera esta noche?

- Por supuesto, así podemos festejar las buenas nuevas de Gala – respondió y justo en ese instante la pequeña llegó a la cocina como un rayo.

- ¡Juli! – se abrazó a una de sus piernas y ella la tomó en brazos – Por fin, ya voy a volver a montar – alzó un brazo en señal de victoria.

- ¡Que gran noticia! – comentó la morena – Nuestra campeona regresa después de su primera lesión, eso merece un aplauso – su madre la siguió y empezaron a aplaudir sonrientes.

Luna EncantadaWhere stories live. Discover now