Capítulo 18: leer entre líneas

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Mi madre se alojó en su antigua habitación.
Mi hermana y yo estábamos en la cocina, en silencio.
-No me lo puedo creer - dijo mi hermana, rompiendo el silencio
-Ni yo - coincidí con mi hermana.-¿Cuánto tiempo se quedará?
-No lo se.
Asomé la cabeza al salón. Allí se encontraban los guardaespaldas de mi madre, sentados en el sofá.
-¿Y ellos se irán o tendré que abrirle el sofá? - señalé.
-Ellos se irán, me ha dicho mamá - me respondió.
Mi madre entró a la cocina, se había cambiado de ropa. Ahora llevaba puesto una sudadera azul y unos pantalones de chándal negros.
-Que ganas tenía de quitarme ese fastidioso vestido - dijo mi madre, abriendo la nevera. -¿Hay algo para comer?
-Han sobrado espaguetis de la comida, puedes comer eso - le señalé.
-La señora Davies me ha ayudado a cocinarlos - añadió mi hermana.
-¡Perfecto! - mi madre sacó el tape donde se encontraban los espaguetis, les quitó la tapa y los metió en el microondas. - Mañana iré a visitar a Ginger, le gustará verme.
El microondas sonó. Mi madre sacó los espaguetis del microondas, agarro una cuchara y comenzó a comer.
Mi hermana y yo nos miramos.
"No ha cambiado nada" le dije a mi hermana, con los labios.
Mi hermana y yo aprendimos a leernos los labios cuando éramos más pequeñas.
"Se ha cortado el pelo" señaló.
"Pues le queda bien" indiqué.
-Bueno - comenzó a decir mi madre, dejando los espaguetis en la mesa. - Os tengo que explicar algunas cosas.
" Demasiadas cosas" pensé.
-Como sabéis, mi serie es un éxito, dos temporadas llevamos ya - hizo una pausa. - Dentro de poco comenzaremos a grabar la tercera temporada - mamá comió del plato. - Mi director me pidió que eligiera un lugar para grabar la nueva temporada de la serie - mi madre sonrió.
-¿Tu director te dejó elegir? - le pregunté.
-Cuando mi director me dio esa elección, pensé en vosotras, mis niñas, quería volver a veros, me siento mal por haberme ido así, sin más - una lágrima cayo por su mejilla. - Grace, Annika lo siento tanto por haberme ido, se que pensáis que soy mala madre, y lo soy, pero he vuelto para ser la mejor madre que una hija podría tener - terminó por decir.
La cocina se quedó en silencio.
Mi madre miró a mi hermana, que estaba cabizbaja. Noté que sus ojos estaban llenos de lágrimas, en cambio, yo no tenía ninguna lágrima en mis ojos, y no iba a tener ninguna.
Mi hermana se acercó a mí madre y la rodeó en un cálido abrazo.
No podía creer que mi hermana la hubiera perdonado tan fácil.
Salí de la cocina, furiosa. Subí las escaleras y entré a mi habitación, pegando un portazo.
Me tiré a la cama, agarré una almohada y grité en ella. Luego, lancé la almohada contra la pared. Algo cayó al suelo. Me levanté de la cama y vi que había tirado la carátula de Thor.
Hay mi cerebro tuvo una idea.
Agarré la chaqueta que estaba encima de mi silla, salí de mi habitación bajé las escaleras y salí de casa.

..........

Os estaréis preguntando, ¿Qué estás haciendo en la puerta de la casa de Michael? No lo sé.
Esperé que Michael abriera la puerta, pero no fue así. La persona que me abrió la puerta fue su madre.
Era una mujer de unos cuarenta años, de cabello pelirrojo y ojos marrones.
-¿Puedo ayudarte? - preguntó.
-Soy amiga de Michael, venía a verlo.
-Oh, eres Annika, ¿Verdad?
-Si, esa soy yo.
-Pasa, pasa- entré a la casa. Estaba igual de ordenada que la última vez que entré. - Michael se está bañando, puedes esperarlo aquí o en su cuarto, como tú quieras.
-Lo espero aquí - decidí.
- Bien, siéntate en el sofá, esperó que no tarde mucho - dijo, luego entró a la cocina.
Mi móvil vibró. Vi la pantalla del móvil, el mensaje era de Emma.

Emma
¿Que haces?

En casa de Michael
Emma
¿Y que haces en la
casa de Michael 😏?

No lo sé, ha sido lo
primero que se me
ha venido a la
cabeza.

Emma
Bueno, el lunes nos
vemos y me cuentas
si pasa algo interesante ☺️😏

Negué, divertida. Guardé de nuevo el móvil en el bolsillo de la chaqueta.
Escuché a alguien bajar las escaleras.
Era Michael.
Llevaba un pantalón largo de algodón y ¡No llevaba nada puesto en la parte superior!
No pude evitar mirarle, estaba muy bien, eso no se podía negar, era inevitable mirar.
-Michael, ha venido alguien a verte - le anunció su madre.
El se giró y me vio.
Yo le sonreí.
El giró la cabeza para mirar a su madre y luego volvió la mirada a mi.
Se había sorprendido al verme.
Miró su torso, luego miró la camiseta llevaba en la mano y se la puso rápidamente.
-A-Annika, ¿Qué haces tú por aquí? - me preguntó, acercándose a mi.
-Me apetecía visitarte - respondí, encogiéndome de hombros.
Bueno, la verdad era, que no tenía ganas de estar en mi casa.
-Guay, ehhhh...Vamos a mi habitación, no quiero que mi madre nos moleste - señaló con el pulgar la cocina.
-Te he oído - refunfuñó su madre -mi hijo se avergüenza de mi, ¿Tu ves eso normal?
-Muy mal, Mickey, no tienes que avergonzarte de tu madre - le regañe, bromeando.
Su madre me sonrió y él, negó con la cabeza.
-Vamos, Thor, vámonos antes de que la Reina Malvada saqué mis fotos de bebé - gruñó.
Me levanté y caminé detrás de él. Entramos a su habitación.
Su habitación no había cambiado desde la última vez que había ido.
-¿Qué quieres hacer? - me preguntó.
-Ehhhh...
-¿Por qué has venido? - me preguntó. - No creó que hayas venido a mi casa porque querías verme - murmuró.
Suspire hondo.
-¿Recuerdas que hoy venía mi madre? - el asintió. - Ha llegado a casa, se ha alojado en su antigua habitación y a hablado con mi hermana y conmigo - me senté en su cama. - Nos ha contado que a vuelto a casa sola para grabar su serie, bueno, no lo ha dicho de esa manera, pero he leído entre líneas y he sacado esa conclusión.
Michael me miraba con el ceño fruncido y brazos cruzados, analizando lo que le acababa de contar.
-¿Y has venido a mi casa para no verle la cara a tu madre?
-Va a sonar como si fuera mala gente, pero, si, he venido a tu casa para no ver a mi madre.
El asintió despacio.
Se me ocurrió cambiar de tema, no me gustaba hablar de mi madre con mis amigos.
Busque con la mirada algo para cambiar de tema, y lo encontré.
En su mesita de noche había una bolsa de plástico.
-¿Que hay en la bolsa? - pregunté, señalando con la cabeza la bolsa.
El se acercó a mí, agarró la bolsa y la puso en el suelo.
-¿Te acuerdas que te dije que tenía una sorpresa para ti? - me preguntó. Yo asentí. - Dentro de la bolsa está la sorpresa, por eso no quiero que la veas, porque sino dejaría de ser una sorpresa.
-Vale.
-Vale - me repitió. -¿Quieres ver una película? Aún quedan muchas que quiero enseñarte.
-Sorprendeme.
Michael se dirigió al estante que estaba encima de su televisión. Lo abrió y no me podría creer la cantidad de peliculas que tenía ahí dentro.
Me levanté y me puse a su lado para contemplar aquel paraíso del cine.
-Pensaba que solo tenías las películas de las princesas Disney.
-Que va, tengo todas las películas de Disney, desde la primera hasta la última, las de Harry Potter, Narnia, Percy Jackson, esas me las regalaron por un cumpleaños, luego tengo ediciones especiales de La sirenita, La bella y la bestia, Harry Potter y la piedra filosofal, etc, etc.
Lo miré asombrada.
-Creo que vamos a ver... - agarró una película - ¡Harry Potter es la elegida! ¿Te parece bien?
-Si.
-¡Perfecto! Quítate los zapatos y súbete a la cama, ya mismo voy yo.
Yo le hice caso. Dejé los zapatos al lado de su cama y me subí en ella.
Poco después, Michael se sentó a mi lado y comenzó la película.

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