Capitulo 13: Hubo un terremoto en la casa de los Martínez

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-Hola Aidan, ¿Que haces aquí?
Antes de responderme, miro por encima de mi hombro.
Parecía que no se esperaba que estuviera acompañada.
-Vine a verte, pero creo que vendré en otro momento - hizo un amago de girarse, pero yo le pare.
-No pasa nada, ellas no molestan - dije, quitandole importancia.
El entró y cerré la puerta.
Noté que escondía algo detrás de su espalda, asique como soy curiosa pregunté.
-¿Qué es lo que llevas detrás de la espalda?
-Ah, si...Te quería traer algo, y pues esto es lo único que encontré - de detrás de su espalda sacó una caja de bombones.
Lo miré con el ceño fruncido.
Os voy a contar un pequeño detalle de mi; soy alérgica al chocolate.
Cuando como algo de chocolate, me entra un dolor de barriga increíble.
Parecía que Aidan se había olvidado de ese detalle.
No quise ser desconsiderada, así que agarré la caja de bombones y le sonreí.
-Gracias por el detalle - le agradecí - siéntate en el sofá, ahora vengo.
Me di media vuelta y fui a la cocina.
Dejé los bombones encima de la encimera.
-¿Y ese chico que parece tallado por los dioses griegos? - escuché que Emma me preguntaba, con un tono coqueto.
Puse los ojos en blancos y negué.
-El es Aidan, mi ex novio.
-No nos dijistes que vendría - señaló Amy.
-No sabría que vendría -le respondí.
Emma se acercó a mí y me dio una sonrisa pícara.
-Es guapete, y también parece simpático, ¿Por qué lo dejaste? - preguntó Amy.
Yo volví a negar.
-Podría decir que la relación no funcionó - me encogí de hombros.
Emma se acercó también a mi.
-Pues parece que no te ha olvidado - masculló. -¿Te los vas a comer? - me preguntó señalando la caja de bombones.
-Todos tuyos - Emma agarró los bombones y comenzó a comérselos.
-¡Annika ahí otro chico preguntando por ti en la puerta! - gritó mi hermana.
Las tres salimos de la cocina.
Vi a Michael plantado en mitad del recibidor, y a Aidan delante de él, con los brazos cruzados.
Me puse delante de Aidan, para separarlo de Michael. Conociendo a Aidan, tarde o temprano comenzaría a molestarle.
-Parece que estás muy bien acompañada - señaló Michael.
-Demasiado acompañada diría yo - miré de reojo a Aidan, que ahora se había colocado a mi lado. - ¿Por qué has venido?
En su mano traía una carátula.
-Te dejaste la película de Airon Man en mi casa y pensé que la echabas de menos - el me entrego la carátula.
Iba a darles las gracias, pero Aidan se me adelantó.
-¿Estuviste el otro día en su casa? Interesante, porque cuando estábamos saliendo no te atrevias a ir a mi casa - ya había empezado, y cuando Aidan empieza, no para.
-Aidan.... - le advertí.
-¿Y viendo películas? Que romántico - bufó.
-Aidan, por favor...
-Has caído tan bajo -rió, señalando a Michael.
-Aidan, no digas nada más - le advertí.
-¿O qué?
-O te hecho de una patada - esta vez fue Grace quien habló.
Aidan se giró a ella y dio unos pasos para hacercarse a ella.
Aidan era unos centímetros más alto que Grace.
-Annika pensaba que ya eras mayor para defenderte por ti sola, que no tenías que llamar a tu hermana mayor para que te resuelva los problemas - dijo, en un tono burlón.
Vi como Grace cerraba los puños.
Si Grace cerraba así los puños con fuerza.
-Te doy tres segundos para que salgas de mi casa - le avisó.
-Que miedo - se burló. -¿Que me vas a hacer? Llamar a mis padres, por favor, suena absurdo.
Grace no le respondió.
Aidan se dio media vuelta y se dirigió a mi.
Miré a Grace y ella me miró a mi.
Estaba enfadada, muy enfadada.
Ella comenzó a caminar furiosa hacia Aidan.
Lo agarró de la oreja y comenzó a arrastrarlo hacia la puerta.
Aidan se quejaba.
Mi hermana abrió la puerta, sacó a Aidan de casa, se dio media vuelta dirección a Emma y Amy, agarró la caja de bombones de las manos de Emma, volvió a la puerta y le tiró la caja a la cara a Aidan, y para terminar le cerró la puerta en la cara.
-¡Cuántas ganas tenía de hacer esto! - soltó.
Todos nos quedamos en silencio.
Emma y Amy estaban las dos juntas, quietas como estatuas y Michael estaba a mi lado, quieto también.
Mi hermana se relajó y nos sonrió a los cuatro.
-¿Queréis comer algo? - nos preguntó, como si no acabará de sacar a mi ex de casa de la oreja.
Los cuatros asentimos despacio, nadie se atrevería a decirle que no a mi hermana despues de lo sucedido.
-Sentaros en el sofá, ahora vuelvo - ella entró a la cocina, con una sonrisa de oreja a oreja.
Los cuatros nos sentamos en el sofá, en silencio.




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