Capítulo 19

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 Yo puedo ser la única pista

Laayla

Tom me dijo que regresaría del hospital por la mañana, y llamarlo para hacer todas las preguntas locas que tengo en mi cabeza no está bien. Debería esperar a que llegue, mientras tanto, trataré de descansar, las ideas que corren por mi mente sin paradero fijo me mantienen alerta, y a la espera de una nueva resolución.

¿Seré capaz de dormir luego de ver ese vídeo, y leer el informe con mi supuesto milagro puesto en jerga médica? La voz en mi cabeza me dice que no lo piense tanto y que descansar y para dormir necesitaré de nuevo un somnífero, es casi la media noche, y para mi cerebro todavía es de día.

Después de tomar la píldora para dormir, con la cabeza recostada en la almohada, pienso en el chico de mi sueño, espero encontrármelo de nuevo, y sentirlo tan vívido como antes.

Creo que las ganas de soñar con el chico hacen que sea posible que vuelva a soñarlo, esta vez, viene caminando hacia mí, no sé si soy la misma adolescente del sueño anterior, pero el chico que se ve más grande y fuerte.

Viste con uniforme militar, y si antes me pareció guapo, ahora, mi yo del sueño está paralizada y con el corazón latiendo a mil por hora. ¿Estoy enamorada de él? La reacción de mi organismo parece confirmarlo.

—¿No vas a saludar? —pregunta él, y yo sonrío como tonta—, ha pasado un año desde que me fui, no es para tanto, ¿o sí?

Abre sus brazos, y corro a columpiarme de él, de nuevo su calidez y perfume me envuelven. Puedo sentir el anhelo contenido, necesitaba este abrazo.

—Tardaste demasiado—reclamo, aun apretándolo contra mi pecho—, creí que no volverías.

—¿Y me cambiaste? —siento como se ríe.

—Haces muchas preguntas estúpidas.

Me separa de él, para darme un beso en la frente, un beso un poco más largo que el de la última vez, cierro los ojos en un intento por absorber la sensación, es suave y cálido como todo él, aunque siento la decepción colarse en mi pecho por esperar ese beso en mis labios, lo disfruto. Estoy enamorada de él, puedo confirmarlo ahora.

—Lo siento por no venir antes, fueron muy estrictos. —Me sostiene en sus brazos de nuevo, y como tonta, lo abrazo de vuelta.

—Te odio por eso—digo, y me suelta del abrazo, me sujeta por los hombros para mirarme a los ojos.

—Repítelo. —ordena, y obedezco.

—Te o-odio—siento como mi yo del sueño, trata de convencerse de eso.

—No, no lo haces, tus ojos nunca mienten, princesa.

La manera en la que dice «princesa» provoca que me sienta en las nubes, quiero ser una princesa solo si va a llamarme así siempre. Le saco la lengua, sonríe, y la piel del borde de sus ojos se pliega en pequeñas arruguitas.

Pronto el momento da paso a una pesadilla, no fui capaz de saber su nombre ni nada, solo confirmo los sentimientos que aguardo por el chico.

Regresan esos sonidos guturales y gritos, de inmediato me invaden las ganas de escapar.

Veo cuerpos de criaturas extrañas en el piso de todo el lugar, algunas luces parpadean por lo que puedo ver con claridad, y se escucha una sirena de alarma. A los cuerpos inertes los rodea un líquido púrpura, ¿su sangre? Me estremezco.

Anhelo regresar el sueño del chico, ¿o es un recuerdo?, quiero preguntarle su nombre, y sentirme enamorada como hace unos segundos, en cambio, estoy en medio de una masacre.

Laayla, más allá de las estrellasWhere stories live. Discover now