Capítulo 14

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Tan real que parece mentira

Laayla

A medida que Alana me explica lo que le pasó, entiendo cómo me sentí temprano, la sensación de pérdida y el vértigo era muy fuerte porque sus emociones eran recientes, y estaban luchando por salir de ella.

—Lamento contarte esto, Laayla, no quiero molestarte con mis dramas.

—No son dramas, Alana, eres una mujer valiente e increíble. No me molestas, estoy feliz de que puedas confiar en mí.

—Pareces de fiar—aun con sus ojos y nariz roja, sonríe de medio lado, aunque sin fuerza.

Me explica que le practicaron un examen de sangre completo para saber la causa del desmayo, en cuanto confirmaron que estaba en gestación, hicieron una ecografía para hallar el diagnóstico de «embarazo ectópico». No es común este tipo de embarazo, y por el pronóstico, al despertar, el doctor la envió a cirugía. No puedo imaginar el shock de despertar en el hospital con tal diagnóstico y a punto de entrar a cirugía, aunque fuese una fácil.

—El doctor dijo que si no procedía con la operación podría morir. —Llora en mi hombro, yo solo sostengo su mano.

—Hiciste bien, Alana. Estás sana ahora.

—Pero mi corazón sigue roto —no puedo entenderla, porque nunca he estado embarazada, o eso espero, aunque, sí siento su dolor—, me enviaron a casa al salir de la cirugía.

—Debiste quedarte en reposo. —La regaño con un tono suave, su salud es más importante que la cafetería.

—No podía quedarme en casa pensando en lo que perdí, en lo feliz que estaba por el futuro que ahora no será posible, Laayla. Ya no volverá.

—Debes cuidarte, a pesar de todo, es una cirugía,

—En medio de mi dolor escuché con atención al doctor, la verdad es que no sabía que sentir, me dijo que no es necesario un reposo riguroso, solo no puedo hacer mucha actividad física, levantar cosas pesadas, o conducir. Hoy llegué en taxi —respira hondo varias veces—, no podía quedarme en casa, sentía que me asfixiaba. —Lo siento, tanto, Alana. Estás viva, y eso es algo lo que agradecer.

—Este bichito que crecía aquí —se toca el vientre— fue tan bondadoso que me dejó vivir

Sonrío con tristeza, y ella simula mi mueca. El aura, si es que le puedo llamar aura, que rodeaba a mi jefa cuando llegué ya no es tan intensa, poco a poco, hablar de su dolor lo ha hecho soportable.

—¿Podrás embarazarte de nuevo en el futuro? —Tal vez el volver a estar gestando haga que su amor materno repare las heridas.

—Si quiero volver a tener un bebé en mi vientre, debo esperar un tiempo, aunque como están las cosas, me costará embarazarme otra vez —sonríe por su broma, ya que está soltera—, además de que tengo que estar en control con el doctor.

—Cuando sea, sé que serás una mamá increíble.

El dolor de la pérdida es uno de los que nunca se supera, sin embargo, ella tiene esperanza de volver a estar embarazada en el futuro, y esa posibilidad es una luz en medio del túnel.

—No le digas a nadie, por favor. —me pide cuando su respiración es más estable.

—Sabes que puedes contar conmigo. No le diré a nadie.

—Ahora lo sé, gracias, Laayla.

Una vez que se recompone, y el rojo de su rostro se hace menos visible, volvemos a la cafetería para terminar de ordenar todo a priori de cerrar.

Laayla, más allá de las estrellasWhere stories live. Discover now