Capítulo Diecinueve

1.7K 146 6
                                    

Avery


El reflejo que me devuelve el espejo es... todavía asombroso; quizá no en la misma medida que en un principio, pero sería mentira si dijera que no hay momentos donde me detengo a pensar en cómo una decisión puede cambiarte tanto la vida.

¿Y si no hubiera ido a la clínica?

¿Y si hubiera pensado en otra idea ―menos impulsiva― para obtener dinero?

O, ¿si no hubiera sido despedida de mi trabajo? ¿Nada de esto habría pasado? Seguramente.

Qué intrincada es la vida a veces.

Deslizo mi mano por mi vientre, sintiendo la piel estirada y abultada que revela sin lugar a duda la realidad de mi embarazo, de que dos pequeños se encuentran creciendo en mi interior. Es extraño, mas no en un mal sentido. En realidad, cada vez siento mayor curiosidad por saber cómo se verán, el color de sus ojos y cabellos, el sonido de sus llantos y risas. Y, Dios mío, mentiría también si negara que no he contado fielmente cuánto falta para poder sentirlos moverse dentro de mí. ¿Cómo se sentirá? ¿Será incómodo, o apenas lo notaré?

Habiendo llegado a la semana trece, es decir al segundo trimestre de embarazo, por fin las náuseas parecen haberse ido, lo cual es grandioso pues, aunque no eran demasiado recurrentes en mi caso, no era divertido correr al baño para acabar vomitando mis entrañas. Por otro lado, una cosa de la que me he percatado también es que mi olfato se ha vuelto más agudo, un arma de doble filo porque, ahora en lugar de nauseas, siento rechazo hacia ciertos alimentos, además de haber aumentado mis antojos. Una de cal y una de arena.

―Cada vez falta menos, ¿eh? ―hablo, todavía con mi mano sobre mi vientre―. ¿Saben? Siento muchas ganas de sentirlos moverse ―admito en el silencio de la habitación, con la pequeña sonrisa dibujada que lentamente cae al recordar la realidad de la situación―. Y... también tengo miedo..., porque sé que no debería sentirme así de emocionada, porque, aun cuando crecen dentro de mí, no son... míos. ―Tomo una respiración tembloroso, luchando con las lágrimas―. Esto está siendo más difícil de lo que creía. Quiero ayudar a su madre, lo juro... Pero, la verdad es que los estoy empezando a querer mucho ―musito en tono frágil acuso, con un par de lágrimas rebeldes resbalando por mis mejillas―. ¿Qué lío, no? ―formulo a la nada, soltado una débil risa vacía que al final se convierte en un inevitable sollozo.

Nada en la historia de Meghan y yo ha sido sencillo. Incluso ahora que hemos tomando el riesgo de avanzar en nuestra relación, habiendo cruzado la línea de amistad, borrada por completo tras el primer beso al finalizar nuestra cita, aún existen dudas, preguntas por aclarar, y la verdad es que tengo miedo de que algunas respuestas me duelan, porque ¿qué pasa si esto no llega a más de un par de citas? ¿Y si no queremos lo mismo? ¿Qué pasaría si le confieso que quiero estar presentes en la vida de los bebés? Ya habíamos establecido en el contrato el límite de mis funciones como vientre en alquiler; mi misión se centra en gestar a sus hijos, pero ¿si supiera que quiero más que eso? ¿Cómo se lo tomaría?

―¡Agh! ¿Por qué la vida tiene que ser tan complicada? ―espeto aun sabiendo que no obtendré ninguna contestación, simplemente por el deseo de desahogarme.

Las hormonas no son un buen agregado cuando se está atravesando por situaciones complicadas, pero tampoco es como que pueda hacer algo al respecto más que esperar lo mejor.

―Viendo el lado bueno, mis pechos han crecido ―murmuro detallando el contorno de mis senos en un vago intento de ser positiva, soltando una breve risa/resoplido que rápido se convierte en un suspiro pesado.

Sabiendo que lo mejor ahora mismo será buscar algo para distraerme, bajo a la cocina con la idea de preparar cualquier cosa, pues, mientras que para algunas personas cocinar es una tarea que les resulta tediosa, a mí me relaja y me ayuda a desconectarme de mis preocupaciones; sea siguiendo una receta o experimentando, cuando estoy en una cocina solo somos los ingredientes, los utensilios y yo, así que en los siguientes minutos me permito perderme en mi mundo.

Fuera Del PlanOù les histoires vivent. Découvrez maintenant