Capítulo 13

3 1 0
                                    

                                    "Las expectativas de los demás no son suficientes"

  Hiroshi Sato

Una mirada afilada estaba frente a mi no podía mover ni un musculo ahí parado, me había sobrepasado con besar a mi duquesa delante de su padre. Pero joder quien le dice que se vea tan hermosa, no es mi culpa, es culpa de ella por provocarme.

Milai sostenía mi mano y sentí como se vengaba la pequeña por hablar con las chicas de antes, si supiera que hable de ella en primer lugar, tuve que afirmar con la mirada que no lo volvería hacer. Al estar con los nervios parados, cosa que nunca había sentido la única persona que me provocaba unos nervios terribles era la señorita que me sostenía la mano, pero ahora entiendo que la mirada cuchillo la heredo de su padre. No puedo creer que esa mirada me enamore de ella. Pero no de su padre eso no. Mierda esto es peor que un examen de admisión a la universidad.

— Bien jovencito quisiera hablar con usted a solas — hablo tranquilo y sereno pero mis ojos no fallaban mi suegro lo dijo de esa manera al ver que Milai sostenía mi mano.

— Si señor — me rendí ante su petición, solté la mano de Milai quien sonrió de manera disimulada al ver mi desgracia.

Al dejarnos solos me quede en silencio esperando el reclamo de su padre, pero no paso como yo lo supuse.

— Cualquiera que quiera robar a mi hija o acepta la escopeta o acepta un trago — tanto la escopeta como la botella estaba frente mio.

Tomé asiento para disponer a aceptar el trago porque quería vivir mas para estar con mi duquesa, así que no me iba a rendir. Estuve pensando todo el camino hasta su casa de como debía ponerme delante de su padre, tenia que afrontarlo así que no espere que me agarrara con la guardia baja.

— Acepto el trago — tome el trago de golpe, sirviendo un poco a mi suegro — ¡Salud!

Esto parecía como las costumbres de Japón a la vez entendí al padre de Milai de seguro tuvo que investigar al rufián que quería arrebatarle a su única hija.

Entre tragos y más tragos, me contó que estaba un poco triste por dejar a su hija sola durante su infancia también que el imbécil de Logan no le caía, mas para brindar y estar feliz. Gane ante ese pedazo de mierda.

Nunca creí que con unos pocos vasos, me fuera a marear tan rápido.

Mi suegro fue llevado por mi suegra a descansar y pues me quede ahí en la sala contemplando una foto de una bella señorita cuando iba a la primaria.

— ¡Estoy celoso! — exclamé en estado etílico al verla a lado de Logan.

Donde no estaba ese imbécil, ahora mismo quiero arrancar su feo rostro que estaba a lado de mi duquesa.

— Te doy unas tijeras — dijo apoyada en la puerta, con una de sus bellas sonrisas.

No sé si era por el alcohol pero ella estaba dejándome embobado, unos shorts verde agua con una camiseta pequeña. Enserio la condena no paraba de provocar.

— Por que mejor no me regalas un beso — solté acercándome a ella — Eso me haría bastante feliz.

Milai no se alejo, puse mis manos en su cintura estrechándola en mis brazos esos labios pedían a gritos que la besara. Pero no, la señorita no era nada fácil.

— No beso a borrachos — dijo con una pisada a mis pies.

— ¡Que cruel! — me queje. — Si soy cruel — soltó ella toda una diva.

No tardo mucho en darme algunas frazadas apuntando el sofá para que durmiera, obvio que no se iba a ir así sin más.

— ¡Que haces! — chillo al hacer que se siente en mis piernas.

Su olor era bastante agradable, era el olor de las flores de cerezo uno de mis favoritos.

— Quién dijo que te podías ir, duerme conmigo, prometo cantarte una canción — bese la parte trasera de su cuello, mientras la rodeaba con mis brazos.

— Quieres que mi padre agarre su escopeta a tempranas horas — me amenazo la condena.

Estaba borracho pero era consiente de que estaba en la casa de mis suegros, así que tuve que dejarla hacer lo que quiera, si estuviera en mi departamento juro que ella no se libraría de mí aunque haga amenazas.

........


La cabeza me mataba el canto de los pajaritos cantantes hicieron que los quisiera en mi almuerzo para llevarlos a un viaje a mi estomago. El móvil tampoco dejó de sonar. De solo ver el nombre ya se me amargo el día.

—Diga— solté todo de mala gana.

—Escuche que ayer no fuiste al instituto como tampoco se te vio en todo el día. ¿Dónde estabas? —tan serio como siempre.

— Escuchaste o te informó tu espía. No soy un niño de 5 años padre, así que no hagas que pierda mi tiempo.

La relación con mi padre nunca fue buena, de hecho no me daba la gana de contestarle de buena manera, para mí él no es más que un viejo amargado que quiere que sea su copia, una que no tiene el mínimo sentimiento.

— Sigues siendo un prepotente con tu propio padre — escuché como se le tensó su voz — Hoy vendrán los Watanabe, hablaremos de tu compromiso con su hija más pequeña.

Lo interrumpí antes de que diga algo más.

—No pienses que me casaré con una mujer que ni conozco, tampoco creas que te obedeceré padre —colgué el móvil antes de escuchar sus gruñidos.

Igual que en el pasado, mi padre quiere casarme con una de las hijas de esa familia para que él solo sea un foco de inversión. Pero que mierda.

— ¡Despertaste! Si que las sabanas se te pegaron —soltó toda tierna con el uniforme puesto y su cabellera en cola alta.

Si, como iba a dejar a mi duquesa por alguien más, esta vez no permitiré que mi padre tome el control de mi vida porque ahora tengo algo que me llevará al cielo.

Sin más que decir mi suegra me invitó a desayunar al igual que mi suegro estaba con resaca así que fue bastante difícil ir a mi departamento alistarme, y por supuesto llegue tarde lo cual por castigo me tocó dar vueltas a la cancha. El Maestro Olivera de deportes estaba desconcertado al verme llegar tarde, después de todo era mi primera vez llegando a estas horas... Pero no cambiaría por nada lo que sucedió en el desayuno, mi suegro no lo dijo con palabras pero estaba seguro que seríamos familia pronto.

Después de correr tremenda vuelta fui por los pasillos todo a paso lento, la cabeza no paraba de taladrar así que no me servía de nada apresurarme.

—Onisan— escuché una pequeña voz detrás de mí, era obvio quién era.

Quise ignorarla pero como iba a hacerlo si es caprichosa, se puso delante mío impidiéndome el paso...

—Quítate— solté todo enojado.

— Onisan ¿Por qué? Es por culpa de Mila ¿verdad?

Su tono era bastante dulce, difícil de creer que sola sea una farsa.

— Escucha no te metas con ella, no quiero hablar contigo eso es todo — la miré a los ojos con una sonrisa agria — Porque mejor no vas a contarle a nuestro padre que llegue tarde.

Después de todo, Keiko siempre fue la que decía todo lo que hacía a mis padres, no es la primera vez y dudo que sea la última vez.

Nada era bueno para mí, al vivir con las expectativas de los demás con personas que decían que eran mis amigos pero sólo querían mi dinero o el contacto de mi apellido, me metía en peleas bastantes agradables, nada bueno salía de ahí, pero al menos pasaba el rato. Conocí a un amigo que no tenía clase ni dinero pero él no se fijó en nada tampoco de lo que tenía. Solo éramos dos seres humanos dispuestos a darle palizas a quien se ponga en contra nuestra.

Un día como era de esperar mis padres se enteraron por obra de mi delicada hermana, mi padre no entendió nada después de todo solo tenía 14 años, así que me encerró sin posibilidad de salir. Ese día tenía una pelea, lástima que no fui, de haberlo hecho no habría visto a mi único amigo en un cajón después.

—¿Te encuentras mejor? —preguntó toda hermosa.

Si ahora tenía a mi duquesa por ella las peleas sin sentido pararon además de que me enloquecía desde el pasado. Recordar baches de tu pasado hace que pierdas el tiempo, no me di cuenta cuando entre a las clases y ahora es el receso.

— Si me das un abrazo creo que me sentiría mejor — lo dije sin pensarlo.

Esperaba su reclamo pero fue lo contrario. Milai me abrazó dándome un beso en la cabeza para después contemplarlo con pequeñas palmaditas en la cabeza.

—Soy fiel pero no soy un perro duquesa —termino diciendo antes de que llegue a mi límite.

—Para mí sí lo eres —soltó la condenada toda feliz y radiante.

Tuve que perseguirla durante un buen rato para darle un castigo que fue muy notorio en su cuello, una marca del color rojo dada por su futuro esposo. Como consecuencia tuve que recibir muchas patadas, además de quejas.

Milai no decía nada pero evitaba a Logan era compresible, sin embargo sus intentos venían después de arrepentimientos, ella quería hablar pero no podía, tuve que pellizcar esas mejillas para que sus ojos solo me vean a mí.

Las llamadas de mi padre no pararon como tampoco las de mi madre así que apague el móvil, de seguro Keiko ya le está contando mi itinerario.

Después de ver a la chica llamada Loaisa tuve un poco de miedo al ver a mi futura esposa. El puñetazo que le dio no era nada débil, le había partido su nariz demasiado bien. Así que hice un aleatorio para no molestarla muy seguido.

Uno de esos puños puede acabar conmigo.

—Sí que das miedo mi duquesa —exclamó al ver a su enemiga hecha chispas.

— Para que veas que si no te comportas te tocará peor — amenazó apuntando su pequeño dedo hacia mí.

—Por qué mejor no me das un beso— aproveché el momento.

Milai sí que sabía cómo matar con la mirada, esa acuchillada que me dio fue perpetua.

—Hiroshi hablaré con Logan, después quiero hablar contigo—su seriedad me dijo que no hablaba en broma.

Yo también tenía que hablar con ella, era hora de revelar que los dos volvimos del pasado, hacerle recordar lo que vivió junto a Logan. Aunque creo que eso no será necesario la veo tan decidida y eso me encanta.

—Si es para aceptar ser mi esposa con gusto hablo contigo— sonreí de manera inocente al verla.

Su seriedad pasó a asesinarme, pero de risa, la condenada no paraba de hacerme cosquillas.

—Está bien, mi duquesa, estaré contigo para cuando termines —susurré en su oído, al ver que el maestro había llegado.

Las clases de matemáticas fueron ajetreadas más porque se acercaba a pocos meses de acabar y salir graduados. La búsqueda de universidad para muchos es importante más por la carrera que se llevará a cabo.

En el pasado me fui antes de la graduación todo porque mi padre ya estaba cerrando mi compromiso con esa chica, además de que ya tenía una buena universidad para mí en Japón del cual no podía salir con una carrera definida. No tuve tiempo de negarme o mejor dicho no podía negarme. Tenía que seguir cada una de sus instrucciones al pie de la letra.

— Hiroshi dime ¿Estás bien? Te noto mal desde que llegaste —se puso un poco nerviosa—. Mi película con Logan puede esperar así que me quedaré a tu lado.

No digas declaraciones así a la ligera, soy capaz de encerrarte y no dejarte salir.

—No —negué— Quiero que termines las cosas lo mejor posible, y cualquier cosa que tú escojas te apoyaré así que habla. Te estaré esperando.

Así sin mas Milai pidió hablar con Logan, no niego que sólo verla cerca de ese idiota hace que quiera apartarla y llevarla lejos aunque patalee, pero no puedo hacerlo todos tienen derecho a afrontar su pasado.

Milai Gensin ni creas que te librarás de tu futuro esposo. Pero antes tenemos que sacar lo que no sirve del camino.

Esta vez quiero que seas felizWhere stories live. Discover now