22.

1K 60 11
                                    

— Contesta por favor. — Susurró.

Apenas había conseguido llegar a su casa cuando tuvo a todos sus amigos pidiendo explicaciones acerca de la foto que circulaba de ella junto a Mauricio cuando su mente fue inmediatamente al cordobés que la esperaba en su país.

Era de madrugada, llevaba fácil una hora intentando hablar con Julian, sin respuesta alguna. Los tonos sonaban hasta cortarse e indicarle que ni siquiera se encontraba apagado el celular. Sino que simplemente no le respondía.

— La concha de mi hermana. — Susurró al escuchar el buzón de voz.

Lanzó su celular a su cama molesta. Su cuarto era un caos ya que comenzaba a empacar de a poco y no podía creer que después de tanto esperar todo podría haberse arruinado en una noche. Estaba molesta, molesta con ella misma por no haber visto a la cámara, molesta con Mauric por haber tenido que aparecer, molesta con más páginas de chisme divulgandolo y aún más con Julian por siquiera esperar a una explicación y estar, aparentemente, ignorandola.

— Hola, Juli. — Tomó aire, hablando al buzón de voz. — Terminó el desfile...Quería, sabes...Hablar con vos. — Meditó sus palabras. — Estoy haciendo mis maletas...Que emoción...Mañana salgo. — Suspiró. — Buenas noches.

Su noche terminó incompleta, llevaba tiempo cerrando cada uno de sus días con una videollamada con el cordobés y no haber hablando con él solo la ponía animicamente mal.

06:00AM

— Hola Juli. — Habló al buzón. — Sin noticias tuyas. — Bromeó. — Mmh. Estoy saliendo del hotel, ya subiendo las maletas y por ir al aeropuerto...Cada vez menos...Chau, nos vemos.

07:00AM

— Ya en el aeropuerto...Esperando, todavía no llamaron para abordar pero ya puedo sentir el sabor de tus mates dulces. — Rió. — Me hubiese gustado escucharte antes de salir.

07:33AM

— Última llamada desde Londres. — Sonrió. — Estoy en el avión...Ya esta por salir, en un ratito voy a tener que apagar el celular. — Suspiró. — Falta menos, supongo.

Se seguía desanimando en cada llamada que pasaba, sabía perfectamente que Julian no estaría durmiendo, pero espero creer que si falta de respuesta era debido a que estaba entrenando o algo por el estilo. Aunque sabía perfectamente que si todo estuviera bien eso no detendría al cordobés para llamarla por lo menos unos minutos.

Durmió lo que pudo del trayecto. Nesecitaba que su mente dejara de pensar por tan solo un segundo en aquella situación y tomar energías para su llegada. Tenía mil cosas que hacer después de tanto tiempo fuera y pensó que concentrándose en eso quizá, solo quizá, sería más fácil.

Acaba de llegar a la escala que debía hacer. La que acepto al instante que se la propusieron al saber que era en España y debía estar unas horas allí. Pensó de inmediato en visitar a su papá. Quería verlo con locura desde el principio y aún más en ese momento.

Miró su teléfono recibiendo un mensaje de Esteban haciéndole saber que pronto estaría allí. Deslizó su barra de notificaciones sin encontrar ni un rastro de Julian.

Se encaminó gasta afuera del aeropuerto para poder esperar afuera y un poco alejada de la gente de su alrededor para poder llamar al jugador una vez más.

Un tono, dos tonos.

— Bueno, sigue igual. — Suspiró. — Creo que me estoy haciendo mejor amiga de tu buzón...Como sea, ya estoy en España...Papá ya viene así que-

Hola.

Su corazón dio un salto al recibir una respuesta del otro lado del teléfono. Ya empezaba a considerar que no pasaría otra vez.

Llegaste a mi | Julián ÁlvarezOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz