08.

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Alba dejó su celular frente a la mesa ratona adelante de su novio que descansaba en el sillón. Mauricio lo tomó entre sus manos y al ver de que se trataba largo un suspiro devolviendoselo.

— ¿Es real?

En su celular se encontraba una publicación de Instagram que mostraba el tweet más reciente de su novio, que a las horas se había encargado de borrar. Pero no lo suficientemente rápido para evitar que comenzara a circular

— No. — Susurró.

— Mauricio.

— Si. Perdóname. — Soltó de golpe. — No lo pensé mucho, eran las dos de la madrugada. Tenía hambre y sabes como me pongo cuando tengo hambre. — Aclaró. — Descontrol total.

Una sonrisa apareció en el rostro de Alba. Mauricio había hablado tan rápido que le recordaba a sus primeros meses de relación cuando no discutían. Se entendían, y él actuaba como un niño a tal punto que la hacía creer que moriría de ternura.

— No va a volver a pasar. Te lo juro.

— No es que no tiene que volver a pasar. — Lo apuntó. — Son fans de Julian y-

— ¿Te importa que lo haya hecho o que sean fans de Julian? — La interrumpió. — No parece molestarte que inventen un rumor de romance. — Alba suspiró. Ahí estaba el Mauricio de los últimos meses. — No me gusta que hablen mentiras de vos.

La pelirroja rió incrédula.

— ¿No te gusta? — Preguntó sarcástica. — No te gusta que es algo que te incluye a vos. — Aclaró. — Hace dos años trabajo de esto. ¿Pensas que alguien en twitter no me criticó? — Mauricio se quedó en silencio. Ni siquiera tenía idea que ya eran dos años desde que Alba trabajaba. — Ni siquiera lo sabes. No te molesta que sea una mentira sobre mi, te molesta que te incluya a vos. — La pelirroja hablaba con completa calma. — Y no puedo hacer nada amor. Julian y Enzo son eso, Julian y Enzo. Jugadores de River, obvio que la prensa hablan de ellos y obvio que los fans especulan cosas porque esto es así. — Rió. — Vida mediática.

— No me gusta tu trabajo. — Murmuró.

— Pero es mi trabajo.

— Y yo tu novio.

Mauricio se cruzó de brazos en forma de berrinche haciéndola reír. Se acercó de cuclillas hasta él tomándolo de las manos. Alba se aferraba lo más que podía a esas pequeñas actitudes que la hacían sentirse en sus primeros meses de relación. Esos pequeños detalles que todavía hacían que su corazón latiera con fuerza al tratarse de Mauricio.

— Si en algún momento voy a entrevistas prometo gritarle tu nombre al público. — Bromeó. — Con Jimmy Fallon entrevistandome.

Mauricio entrecerró sus ojos mirandola.

— Amor. — Rió. — Definivamente no vas a ir a entrevistas.

— Que malo que sos. — Frunció el ceño. Pellizcando su estómago. — Tenes razón, voy a tener que gritar tu nombre en tweets.

El morocho rodó sus ojos después de escucharla y sintió su cabeza relajarse. Alba era alguien sumamente cálida y eso la hacía ser fácil de manipular para él. La conocía perfectamente después de años de relación y creía saber absolutamente todo lo que pasaba por su cabeza, conocía la culpa que Alba sentía. Sabía lo mucho que ella querría evitar su sufrimiento y apostaba a jugar duro con esa información.

No podría lograr que se alejara de Julian pero si se aseguraría que el jugador sea una figura lejana para su novia.

Le había declarado la guerra internamente a Julian, sin saber que su novia mantenía contacto con él hace días en los que hablaban día y noche. Julian de a poco se estaba encargado de conocer lo más que pueda a Alba y comenzaba a encariñarse con la modelo. Poco a poco iba escalando en su confianza logrando sacar a la luz sus distintas pasiones, miedos, gustos, sueños. Embelesado por todas y cada una de sus respuestas.

Llegaste a mi | Julián ÁlvarezWhere stories live. Discover now