19.

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— Al fin. — Suspiró separándose de Alba.

Una risa escapó de sus labios agachando su cabeza. Escondió su rostro en el cuello de Julian y sintió sus manos rodear su cintura.

— Creo que tengo muchas más preguntas que antes. — Susurró. — Pero-

— Pero te vas. — La interrumpió. — ¿Vale la pena darme todas las respuesta e irte por seis meses?

Los ojos de la pelirroja se posaron en el jugador, frunciendo el ceño. Creía que él estaba insinuando no hablar del tema en ese momento y no comprendía porqué.

— ¿Vale la pena dejarte con mil dudas e irme? — Preguntó, acariciando su rostro. — No sería justo. — Negó con la cabeza. — Simplemente borrarme.

— No es borrarte. — Tomó aire. — Podríamos-

— No. — Lo interrumpió. — No voy a hacerte pasar por eso de nuevo.

Enzo se había encargado de contarle todo a Alba después del incidente en el hotel. Solo ahí muchas de las actitudes de Julian pudieron terminar de cerrar y, ahora que conocía la historia, no sería capaz de pedirle pasar por eso de nuevo. No sabiendo las inseguridades, miedos y dudas que su anterior relación a distancia le había dejado.

— No quiero perder esto.

Alba suspiró en silencio. No podía prometer algo de lo cual no estaba segura así como tampoco podía negar que su corazón también se negaba a alejarse de el cordobés. Pensaba que esos meses podrían pasar volando y volver a los brazos de Julian para al fin intentar lo que sea que sintieran en ese momento pero no podía atar a Julian o incluso a si misma a una relación que hasta ese momento tenía más preguntas que respuestas.

Sus manos viajaron a los rulos cayendo en la frente de Julian. Jugando con ellos, provocando una sonrisa en el jugador lo suficientemente sincera para contagiarsela a ella.

— Aún no es seguro que me vaya...

— Dame una sola razón por la que no irías. — Respondió. — Ni se te ocurra nombrarme.

— Julian-

— Ni se te ocurra. Basta de dejar cosas por mi. — Rió. — Bastante que arruiné una relación de años.

Alba frunció el ceño observando sus ojos. Estaban achinados a causa de la sonrisa burlona con la que acompañó ese comentario.

— No arruinaste nada. — Aseguró. — En todo caso, la hubiésemos arruinado ambos si nos besabamos ese día en tu departamento.

— Si él no llegaba la hubiese arruinado sin problema. — Se sinceró. — Nunca me cayó demasiado bien.

Una carcajada escapó de los labios de la pelirroja e intentó volver a acurrucarse en el pecho del jugador. Julian la tomó de los hombros alejandola de su cuerpo y con una de sus manos acercó su rostro hasta él para volver a besarla nuevamente. Sentía que ya había pasado el tiempo suficiente sin hacerlo y le preocupaba lo necesario que le parecía esa interacción en ese momento.

— Van a estar difícil estos seis meses. — Susurró sobre sus labios. — Vas a tener que darme los suficientes besos como para soportar.

— Mira la excusa que te inventas. — Sonrió.

Los besos de Julian escaparon de sus labios esparciendose por todo el rostro de la pelirroja en un intento sumamente desesperado de exteriorizar todo lo que estaba sintiendo en ese momento. Risas nerviosas escaparon de los labios de Alba al sentir los suaves labios del cordobés recorrer su mentón, mejillas, frente y nariz repetidamente. A la vez que sus manos estaban en su cabello, desacomodandolo por completo.

Llegaste a mi | Julián ÁlvarezTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang