10.

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— ¿Hola?

— ¡Alba! — Dijo su asesor animadamente. — ¿Estás ocupada?

— No, decime.

Nesecito que te sientes, porque te vas a caer de culo. — Dijo del otro lado del teléfono.

— Luciano. — Rió. — Dale, que pasa.

Eran dos semanas después, Alba estaba sentada en el sillón de su departamento esperando que Julian y Enzo pasaran a buscarla. Dos semanas después de su primera "clase de manejo" que fue el principio de una dinámica que ambos formaron en donde no dejaron de verse a los días que siguieron. Desde que Julian pasara a buscarla después de entrenar hasta visitar los departamentos del otro. O salir con sus amigas y Enzo.

Mauricio no estaba para nada de acuerdo con esa amistad pero no lograba hacer mucho desde España. Se dedicaba constantemente a estar encima de su novia y controlando que no pasara lo que él esperaba hasta hace unos días que parecía ni siquiera recordar que ella existía. La culpa lo carcomio como nunca antes luego de una de las fiestas a la que había asistido en donde se había desahogado de todo el remordimiento que le provocaba ver a Alba cerca del jugador de River.

No era la primera vez que lo hacía pero si la primera vez que le generaba ese nivel de culpa que lo hizo darse cuenta que Alba quizá le generaba más de lo que quería diferenciar. Salvo que a nivel persona y no como su novia. No le dolería separarse de ella, pero comenzaba a sentir que era demasiado buena para estar recibiendo eso de él.

Pero todos esos pensamientos desaparecian al momento que la prensa especulaba a sobre un posible romance entre la modelo y Julian. Todo volvía a la mente de Mauricio en forma de un ataque directo a su ego.

Un golpe en la puerta interrumpió la conversación de Alba con su asesor y representante haciendo que se disculpara para salir corriendo a abrir la puerta. La imagen de ambos jugadores la invadió intercambiando sonrisas entre ambos, los hizo pasar explicandole por gestos que estaba en una llamada y la esperaran unos segundos.

— Ahora si, decime.

— No hagas planes para la semana que viene.

— Mmh. — Hizo una mueca. — No los hago.

— Tenes una entrevista, para el canal siete.

Los ojos de Alba se ensancharon apenas escuchó la noticia, haciendo que tuviera que llevar una mano a su boca de la sorpresa. Julian inmediatamente se dio cuenta de eso y pegó un brinco en el lugar preguntándole que le habían dicho y exasperado por la falta de respuesta de su amiga.

Enzo volvió de la cocina con una paquete de bizcochitos que le fue confiscado por Julian en una seña de que algo importante estaba pasando. Dejándolo con su boca llena de aquellas galletas el morocho levantó las manos en defensa y esperó expectante la noticia.

Cuando la pelirroja colgó la llamada se acercó hasta él saltando en su lugar. No podía creer que un canal quisiera entrevistarla y solo podía pensar en las puertas que se abrirían a partir de ese momento.

La emoción de Julian tampoco quedó atrás apenas recibió la noticia que lo primero que atinó a hacer fue abrazar a Enzo eufórico. Dejando a Alba con los brazos extendidos.

— Yo también te quiero Juli. — Dijo el morocho devolviendole el abrazo.

Rápidamente Julian se alejó de él y se adelantó abrazando a Alba emocionado. Ella pegaba pequeños saltos en su lugar aún rodeada por su cuerpo mientras escuchaba como Enzo cantaba de fondo.

Llegaste a mi | Julián ÁlvarezWhere stories live. Discover now