Capítulo 4.

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Dinah sacó todo el maquillaje poniéndolo sobre la mesa y empezó con su trabajo, al rato terminó y me ayudó con las ondas en mi cabello, cuando estuve lista le envié un mensaje a Lauren avisándole que iba en camino para allá. Me despedí de Dinah y salí del apartamento subí a mi auto, lo encendí y arranqué, estaba algo nerviosa así que encendí la radio para relajarme. Llegué al edificio y miré por la ventana, era lujoso, habían autos caros estacionados a lo largo de la calle y varias personas entrando al edificio, mi celular sonó y era una llamada de Lauren. 

Me harías un honor si bajas del auto Camila— sonreí y pude mirarla parada en la entrada del edificio.

 —Espera— colgué, arreglé mi cabello y baje del auto, camine hasta la entrada y subí los escalones quedando frente a ella. 

—Buenas noches Camila, luces extremadamente atractiva. Muy hermosa— sonreí sonrojándome. 

—Debo decir lo mismo Sra. Jauregui. Aunque para ser sincera no pensé que tu concepto de elegancia fuera una blusa escotada con chaqueta de cuero negro, jeans y tacones— sonreí. 

 —Ahora conoces mi estilo— entramos a la recepción, Lauren pasó su brazo por mi cintura y caminamos por un pasillo.

 —¿No es arriba la reunión?— dije extrañada.

 —Si, pero haremos una parada en el baño primero— reí bajo y entramos a dicho lugar, enseguida fui al gran espejo para verme y Lauren se puso tras de mi, levantó su mano mostrando 2 pequeñas bolas de plata en un cordón.

 —No meterás eso en mi culo— dije mirándolas por el espejo. 

—¿Quién dijo que iban allí?— dijo con una sonrisa ladina —Abre la boca— reí e hice lo que me pidió, las metió a mi boca y se acerco a mi oído —Lubrícalas— susurró con voz ronca y removí las bolas con mi lengua, jalo el cordón sacándolas y la miré por el espejo, hizo que me inclinara hacia adelante, subió mi vestido y corrió mi tanga, las metió lentamente y al terminar me dio una nalgada, me enderece y di vuelta quedando frente a frente.—¿Cómo se sienten?— me miró sonriendo. 

—Raro... pero bien— sonreí —¿Para que es eso?— 

 —Ya lo averiguarás— sacó una pequeña funda de su bolsillo y sacó unas pequeñas cadenitas de color plata pegadas a un trozo de cartón fino —Ten, lucirán bien con tu traje— la miré —No te preocupes son para tus orejas— Reí y sentí las bolas removerse en mi interior causandome un jadeo, me puse los zarcillos y Lauren tomó mi mano, salimos del baño y entramos al ascensor donde habían varías personas, al llegar al piso Lauren me tomo de la cintura posesivamente y caminamos entre las personas, Lauren presentándome a cada persona que se nos atravesara. 

—Lauren—Nos dimos vueltas y un hombre algo mayor nos miraba algo... ¿Sorprendido? 

—Papá, hola— trague fuerte y tomé un gran sorbo de vino.

 —Pensé que vendrías con Verónica—Esto tiene que ser una broma, maldita Lauren. 

—Esta en un viaje de negocios, ella es una acompañante, Camila el es mi padre Mike Jauregui; papá ella es Camila Cabello— 

 —Mucho gusto señor Jauregui— sonreí dándole mi mano.

 —El gusto es mío Camila— me sonrió y miro a Lauren —Linda reunión cariño— nos guiño y se fue. 

—Lauren te voy a matar ¿No que nadie lo notaria?— le dije en tono bajo algo alterada. 

—Lo siento nena, no pensé que mi padre vendría— dijo riendo —No te preocupes por el, es como una tumba— me dio un beso y nos sentamos en la barra donde servían los tragos, empezamos a hablar de cualquier cosa que nos pasaba por la mente. Obviamente referente a nosotras. Empezó a sonar una canción algo lenta y Lauren me invitó a bailar, evitaba mirarla fijamente aunque ella lo intentara, yo no quería. Porque sabia que rompería la regla más importante. 

No enamorarse• 

—Siento mi centro tan humedo con cada paso que doy— reí bajo.

 —Ya sabes para que son esas bolas— dijo en mi oído —¿Estás bien?— murmuró y asentí.

 —Si ¿Por qué?— dije mirando a las otras parejas bailando. 

—Por que no me has mirado a los ojos en toda la noche— 

—Oh eso, no es nada tranquila— terminó la canción y nos sentamos. 

—Vámonos de aquí— tomó mi mano y caminamos al ascensor, después de entrar presiono los botones y las puertas se cerraron. 

—¿A donde vamos?— la miré.

 —A mi oficina— dijo mirando las puertas, el ascensor se detuvo y salimos, caminamos por el pasillo y llegamos a su oficina, al entrar me dio una nalgada —Quítate el vestido y las bragas—

Hice lo que me pidió y se acerco a mi besándome apasionadamente, la abracé del cuello y esta me cargo haciendo que abrazara su cintura con mis piernas, caminó sin dejar de besarme y sentí como me recostaba lentamente sobre el sofá, se separó del beso y me miró.—Espero que estés tomando pastillas— susurró y desabrochó su pantalón. 

 —Desde aquel día en la oficina, tuve que hacerlo— reí bajo quitando su chaqueta y luego su blusa —Me encanta tu abdomen— pase mis manos y termino de sacarse el bóxer. 

—A mi me encantas tú— me miró y se inclinó sobre mi, sentí la punta de su pene rozar mi entrada y bajó su mano a mi centro tomó el cordón y lo jalo rápido.

 —¡Ay Lauren!— gemí y mordí mi labio fuerte apretando sus hombros. 

—¿Te dolió?— negué y sentí como entraba profundamente en mi haciendo que me aferrara a su espalda. 

—¡Ahh mmmh!— abracé su cintura con mis piernas y empezó un delicioso mete y saca rápido pero bien marcado, tome su rostro y la bese jugando con su lengua. 

—Mmm que rica bebe— dijo en medio del beso y aumento la velocidad de sus embestidas, eché mi cabeza hacia atrás jadeando mientras Lauren me besaba el cuello y sentía como chupaba la piel. 

—No... me dejes marcas— dije entre gemidos, empezó a moverse más fuerte. 

 —Eres mía— dijo sobre mis labios jadeando, apretó mis pechos y la miré gimiendo. 

—Ya... mmm casi— dije como pude y sentí mis paredes contraerse, sus penetraciones se hicieron más fuertes, rudas y profundas.

 —¡Joder Camila!— apretó sus ojos aferrándose del apoya-brazos del sofá, sentí mi cuerpo temblar y di un grito de placer llegando a un delicioso orgasmo corriéndome.

 —¡Aaahhh Lauren!— mordí mi labio y esta seguía moviéndose rápido hasta que dio un fuerte gemido ronco llegando al climax, jadee al sentir su líquido espeso llenarme, nuestras respiraciones agitadas inundaban la oficina, Lauren escondió su rostro en mi cuello besándolo y acaricié su espalda —Eso... estuvo delicioso—

 —Demasiado— levantó su rostro y me miró, joder sus ojos son preciosos —¿Quieres ir a mi casa?— negué. 

—No puedo dejar mi auto aquí, además Verónica regresa mañana y no es buena idea Lauren— se movió saliendo de mi y se levantó, tomó su ropa y empezó a vestirse, me levante para tomar mis bragas y vestido, Lauren me dio unas toallas, me limpie y me vestí.

 —Te acompañaré a tu casa— me miró —Y no diga que no señorita Cabello— reí y salimos de la oficina, nos metimos al ascensor y bajamos a recepción cuando las puertas se abrieron todas las personas estaban saliendo del edificio. 

—¿Ya la fiesta terminó?— dije en tono bajo y Lauren tomó mi mano. 

—Si— salimos del edificio y caminamos hasta mi auto.—Necesitas un auto nuevo— dijo Lauren mirándolo. 

—¿Que? Hace como 1 mes me regalaste este Lauren, está como nuevo— quite los seguros. 

—Te sigo— saco sus llaves y vi las luces de una uto tras del mío encenderse, casi me desmayo al ver el Audi. Me subí a mi auto, lo encendí y arranqué al rato me estacioné frente a mi edificio, apagué el auto y baje.—Buena estrategia para saber dónde vives— dijo Lauren al bajar de su auto.

Venganza con la Esposa de mi Jefa (Lauren G!P)Where stories live. Discover now