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Los aromas en el aire impidieron que logrará respirar con normalidad, aunque ciertamente tampoco quería hacerlo.

No podía respirar con toda tranquilidad el aire cargado a feromonas sexuales, el aroma a celo de una pareja recién unida, aromas tan fuertes y llenos de advertencia que a más de uno ponía a pensar seriamente en si era correcto estar ahí.

Sabiendo perfectamente a qué y quienes eran los protagonistas de tal acción, algo que desde un principio supo que sucedería y que era cuestión de tiempo para que se diera, tal vez demasiado rápido sucedió dado el tiempo en que el Omega llegó a vivir con ellos.

No era común que un Omega y alfa convivieran tanto tiempo y compartieran demasiado espació entre ellos y que no sucediera nada, la consecuencia de esas acciones ya estaba en marcha puesta en una marca que los uniría el resto de su vida.

El aroma territorial de su hijo era el más fuerte de los dos opacando el del Omega, siendo fuerte para advertir a cualquier persona de lo que sucedió y de que ahora tenía un Omega recién marcado. Al ser alfa comprendía perfectamente la necesidad de dominio y protección que albergaba el lobo de su hijo en este instante. De la territorialidad que debía imponer para proteger a un Omega necesitado y vulnerable al ser marcado correcta y recientemente. Los instintos de un alfa eran tan fuertes y territoriales que era difícil ocultarlos y tratar de evitarlos estando en el mismo espacio que otro alfa.

Dos alfas en el mismo lugar podía causar problemas de territoriedad y celos al sentirse invadido por alguien más, comprendía los síntomas por lo que estaba dudando seriamente en acercarse a la habitación que la pareja recién enlazada, debía hacerlo si quería evitar un embarazo tan pronto.

Ninguno de los dos estaban en condiciones de ser padres tan jóvenes ni de pensar en formar una familia tan pronto, quería pensar que de suceder así solo causaría problemas para ambos. No quería ser abuela tan pronto y de esa forma. No sabía del todo bien lo sucedido entre ellos pero estaba segura que ninguno de los dos quería ser padre sin antes haber terminado la universidad. Su hijo quería tener un trabajo estable y mudarse a un departamento más grande antes de formar su familia.

Siempre supo que entre ellos iba a suceder aquello, el tener sexo era natural estando tanto tiempo en el mismo espacio; un Omega demasiado sumiso y lindo bajo el dominio de un alfa joven y altamente vulnerable por los efectos de celo, al menos se sentía en calma al saber que la persona que tomo si hijo era alguien digno de él; bien educado y trabajador. Le dio la satisfacción de ver a su hijo enlazado con una buena persona. Cómo madre quería lo mejor para su hijo.

Sacó la caja de pastillas de la bolsa de plástico y una botella de agua para  dirigirse a la puerta de madera, tocó la puerta suavemente evitando alertar a él instinto aturdido de su hijo quién debía estar despierto en esos momentos.

El aroma de ambos fue más fuerte ahora que la puerta se abrió.

— Dale una pastilla y el agua o de lo contrario tendrás que trabajar el doble para mantener al muevo miembro de la familia.— lanzo la caja y la botella de agua en dirección a su hijo quién lucía aún aturdido por los efectos de su celo y las poderosas feromonas que se expandieron por toda la habitación. — Y abre la ventana apesta horrible.

Cerró la puerta inmediatamente que terminó de hablar para darles su privacidad y evitar un altercado con el lobo de su hijo, la vulnerabilidad de ambas partes podría causar una pelea por invadir su territorio y perturbar su privacidad con su presencia.

No quería perturbar la imagen que tenía ambos al ver algo que definitivamente no deseaba ver, suficiente tenía con el desastre que dejaron en el baño como para tener que presenciar un acto explícito que le perturbara la forma en que veía a su hijo y ahora yerno.

Se alistó para preparar la comida antes de seguir con el corte de telas que debía hacer para los vestidos que faltaban por coser y que por lo visto demorarían más de lo estimado.

Al ser alfa no se instruyó para ese tipo de quehaceres, ni de habilidades ágiles de las manos. Una actividad dejada a los omegas que se dedicarían al hogar, educación que le inculcaron sus padres pero que después del divorcio se vio obligada a aprender y realizar todas las actividades que debía hacer una Omega, especialmente una mujer que debía cuidar y velar por la seguridad y bienestar de su hijo.

Dejó de creer que por ser alfa debía irse a trabajar y no ver y descuidar los quehaceres del hogar, que la fuerza y agilidad de un alfa no se comparaba con la protección y cuidado que tenía un Omega con su familia. Aprendió a las malas a cuidar y educar aún hijo, un alfa siendo ella una alfa.

Era difícil, seguía siendo por los carácteres fuertes y dominantes de los dos.

Agradecía que su hijo no cometió el mismo error que ella cometió en su juventud, el enlazarse con un Omega fue lo que él pudo hacer y no seguir sus pasos, de eso estaba orgullosa y tranquila, feliz de haber criado a un hombre trabajador y comprometido con sus ideales, de conseguirse un Omega digno de ser de su familia.

Quizás con el tiempo lo hacían abuela y estaba más que feliz de tener en sus brazos al primer nieto y bebé de su familia.

Si su hijo no armaba un escándalo con la marca pronto podrían pensar en una ceremonia, no tan grande al no ser de mucho dinero pero si lo suficientemente bonita para celebrar el matrimonio de su único hijo.

Confusión de vida -Yoontae-Where stories live. Discover now