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Se removió un poco extraño ante la sensación extraña que recorrió su cuerpo que apesar de acabar de despertar lo hacía sentir de una manera diferente, extraña y confusa, algo demasiado diferente a lo que había experimentado días atrás.

Un color extraño recorría su cuerpo desde la punta de sus pies hasta las orejas, demasiado extraño y confuso porque no estaba enfermo mi mucho menos cerca de su ciclo de celo, que lo tenía muy presente para evitar problemas. Tenía recordatorio puesto en su teléfono celular de una semana antes de que llegara.

Y aún no era el momento.

Retiró completamente las sábanas de su cuerpo sintiendo que el calor seguía igual, sin ninguna diferencia, la almohada en su cabeza seguía igual a como la dejo horas antes con la diferencia de que ahora estaba aplastada, y la que tenía entre sus manos la seguía aferrando a su pecho con sus brazos y piernas.

Miró el techo sobre su cabeza admirando lo blanco que era sin nada en él y que se podía apreciar aún con la oscuridad de la misma, el silenció era evidente dentro de las cuatro paredes de la habitación dándole a enterar que aún nadie despertaba, que probablemente era de madrugada como para hacerlo, pero que sin duda eso no impedía el calor que azotaba su cuerpo.

Trato de levantarse pero un pequeño dolor calo en la parte baja de su vientre evitando que pudiera hacerlo. Busco entre las cajas de los lados esperanzado de encontrar los supresores porque evidentemente estaba en principios de su celo, algo anormal en su organismo porque siempre era exacto en eso. Ni un día antes ni uno después.

¿Por qué ocurría aquello?

Asustado por no encontrar los supresores trato de levantarse sin hacer mucho ruido dado que el alfa dormía en la cama frente a él y no quería despertar lo, su cuerpo se estremeció completamente al entrar en contactó con lo frío del piso y sus pies desnudos pero que no mitigo el calor en su interior.

Jamás le había sucedido aquello y tenía miedo de que le sucediera algo, no podía salir de madrugada en celo a comprar supresores, mi mucho menos moverse con facilidad dentro del departamento porque había dos alfas durmiendo en el mismo.

La madre de Yoongi y Yoongi, no confiaba en los instintos primitivos de ellos mientras estuviera vulnerable pero tampoco quería desconfiar de ellos, lo ayudarían a salir de esto estaba seguro y quería confiar en que lo seguirían ayudando y protegiendo como lo habían hecho.

Se atrevió a buscar entre las cosas de Yoongi algún supresor que le pudiera servir, aunque fuera de alfa, pero por más que busco y rebusco no encontró nada en la mesa de noche ni en los cajones de los demás muebles alertandolo y asustandolo al mismo tiempo.

No podía salir de la habitación en ese estado y tampoco podía quedarse en ese lugar con Yoongi durmiendo en la cama frente a él, no sabía que hacer.

No quería seguir causando problemas con la familia Min pero en esos momentos no podía hacer otra cosa, debía pensar rápido en algo para no cometer una tontería, si bien era algo natural de su cuerpo y tenía a Yoongi en la misma habitación, el alfa le había dicho que no era su alfa y que eran libres de hacer lo que quisieran con su vida, algo que le prohibia siquiera pensar en algo similar. Debía pensar en una solución sin tener que meter a Yoongi en más de sus problemas.

No quería molestarlo con sus cosas nuevamente pero era el único que podía ayudarlo en esos momentos, por lo que temeroso y algo asustado se atrevió a acercarse a la cama donde Yoongi dormía con la intención de despertarlo para pedirle supresores.

— Y–yoongi.— susurró sin la intención de levantarlo porque sabía que el alfa necesitaba dormir mucho para recuperar las energías que gastaba durante el día para soportar la universidad y el trabajo, nada fácil; lo comprendía perfectamente.

Confusión de vida -Yoontae-Où les histoires vivent. Découvrez maintenant