-Siempre. No tengo la culpa de que seas tan hermosa.

-Tampoco tengo la culpa de que seas un gruñón atractivo.

-Soy precioso, que me digas que soy "atractivo" es una ofensa para mí.

Lo beso y me levanta en peso colocándome a su altura. Enredo mis piernas en sus caderas y se mueve conmigo en brazos, dejando mi delgada espalda a la pared fría.

-Presumido.

Me quita la camiseta que llevo puesta y se prende de mis tetas como un desahuciado, le dedica atención a cada una y sus caricias en esa parte tan sensible de mi cuerpo resulta una maldita perdición.

-Quiero escucharte.

Muerde y tira de mis pezones con sus dientes haciéndome gritar.

-Su-sueña.

Levanta su rostro para volver a poseer mis carnosos labios y yo bajo la mano hasta le bulto que está a punto de romper su short de deporte.

Saco el miembro duro y grueso que degusto a diario y que me sigue pareciendo una verdadera delicia cuando me prendo de él como una cría buscando tomar su maldita leche.

Me gusta mostrarle en mi boca todo lo que trago.

La idea de hacer eso ahora mismo me hace chorrear como un caño abierto.

Levanta aún más mis piernas para darse más acceso, acaricio su polla de arriba abajo bombeando delirante.

A mi hombre nunca le ha gustado el sexo delicado, él va por todo y le resulta satisfactorio reventarme el coño y dejarme deshecha. Acabada.

-O-Ohh, cariño.

-Este coño está listo para aguantarme.-da un golpe con su polla y yo asiento eufórica.

Lo guio hasta mi entrada y es el quien se encarga de arremeter con fuerza en mi interior, separando mis paredes que lo abrazan gustosas por tenerlo otra vez dentro.

Me enviste con braveza y fulgor entran y saliendo dejándome anonadada con las sensaciones tan increíbles que detona dentro de mí.

-¡M-Máximo!-grito fuera de mi lugar.

-Quiero escucharte.

-¡Joder!

Me sujeto con fuerza de sus hombros mientras grito desesperada por la potencia que utiliza.

Sus gruñidos me haces apretarlo y succionarlo con desespero.

-Te amo.

-Dame más.

Muerdo su hombro perdida por el placer que siento en mi interior, mis dientes quedan marcadas en su tersa piel. Su sudor me empapa pero eso no me impide aferrarme más a su figura.

-¡Te amo Máximo Kuznetsov!

Aruño sus brazos cuando de su garganta brota mi nombre envuelto en un tono de voz ronca y tosca.

-¡Te amo y amo todo lo que conlleva estar casada contigo!-de mi garganta escapa una voz irreconocible cuando toco el cielo con mis propias manos, dejo caer mi cabeza hacia atrás cuando siento su derramen llenarme hasta el fondo.

Jadea con fuerza en mi cuello, manteniéndome en la misma posición.

-También te amo, preciosa.

No sé cuánto tiempo pasa, talvez minutos o segundos, puede que horas, donde nos quedamos inmersos y enredados en nuestros cuerpos.

-El desayuno ya está listo.-susurro en voz bajita.

-Acabo de desayunar y ha estado delicioso.-se me escapa un jadeo producto de sus palabras.

DINASTÍAWhere stories live. Discover now