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Jungkook vio a Yoongi fruncir el ceño y parpadear confundido.

–Yo no tengo familia –dijo con expresión ausente, en un tono monótono–. No tengo a nadie, así que es imposible que tenga un abuelo.

Jungkook ignoró la incómoda punzada de compasión que sintió y se centró en los hechos. Uno siempre se podía fiar más de los hechos que de los sentimientos.

–Todos tenemos abuelos, por parte de madre y por parte de padre, incluso yo.

En otras circunstancias, Yoongi le habría preguntado qué quería decir con eso de 'incluso yo', pero estaba demasiado aturdido.

–Ni siquiera sé quién es mi padre –murmuró–, aparte de un nombre en su certificado de nacimiento. Nunca se le había pasado por la cabeza buscar a aquel hombre que para él no era más que el tipo que había abandonado a su madre, embarazada. En cambio, sí se había decidido a buscar a su madre, y no era algo que hubiese hecho a la ligera, pero había resultado que había llegado cinco años tarde.

–Además, ¿por qué iba a querer tener contacto alguno con la familia de mi padre? –añadió.

Jungkook entornó los ojos. En el informe del detective apenas se hablaba de ese hombre con el que Minjung Min se había casado, en contra de los deseos de su padre.

–Puede que tenga familia, pero no dispongo de información a ese respecto –contestó.

–No entiendo...

–Vengo en representación de la familia de tu madre, o más bien de su padre. Insung Min es tu abuelo materno.

Yoongi se quedó en silencio un momento, permitiendo que sus revueltos pensamientos se asentasen.

–Mi madre tenía familia... –murmuró.

De pronto se acordó de las historias que le había contado siendo él muy pequeño, sobre su infancia en un país bañado por el sol, y se sintió mal por ella, rechazada por los suyos y tan lejos de su tierra natal.

–Tu abuelo te está tendiendo la mano –le dijo él. Yoongi sacudió la cabeza e hizo ademán de levantarse, pero tuvo que volver a sentarse porque le temblaban las piernas.

–¿Que me está tendiendo la mano? –murmuró irritado–. Yo no quiero saber nada de él.

Sus ojos se posaron, acusadores, en el apuesto rostro de su interlocutor. Siempre había sabido que había algún motivo para la desconfianza que sentía hacia los hombres demasiado guapos. Algún motivo más allá de los prejuicios, y de aquel incidente, años atrás, en un club nocturno, en que un imbecil le había echado alcohol en el refresco. –¿Se trata de una broma? –le preguntó.

–No. Es la verdad. Tu abuelo quiere conocerte.

– ¿Es rico?

Por el modo en que lo había preguntado, a Jungkook le dio la impresión
de que si le dijera que sí no se lo tomaría muy bien. No había codicia en su mirada, sino ira. Habría preferido que fuese codicia; todo habría sido mucho más fácil.

–Pobre no es –respondió.

El joven palideció, y apretó los labios temblorosos, como si estuviese esforzándose por mantener la compostura.

–Mi madre... era pobre, muy pobre –murmuró Yoongi. No iba a molestarse siquiera en intentar describirle la miserable existencia a la que su madre se había visto abocada por culpa de las drogas y los hombres que se las habían proporcionado. Alguien como él no podría alcanzar siquiera a comprender esa clase de vida que atrapaba a algunas personas en un infierno de degradación.

Amor Griego - KookgiWhere stories live. Discover now