El autor del libro Rafael Montoya, te abre las puertas a un pequeño mundo de poemas y versos libres que siguen un hilo trascendente de los pensamientos que no decimos, pero seguramente sentimos y pensamos, recuerdos, crisis y frustración que nos ato...
Cuando te fuiste Cuando te fuiste fue la noche más triste, hoy han sido mil noches sin ti y ese sentimiento nunca cambió; Vivíamos en el salvajismo del deseo y el pudor que nos olvidamos de los temas importantes, aquellos que trazan en el alma los complejos sentimientos; esa fue la razón que debilitó nuestro amor.
Fuimos tan deprisa amor, cuando dos coches aceleran intentando rebasarse ocurren accidentes; yo me estrellé, tú seguiste en el camino. Jamás quise que lo nuestro terminara así; Mi poesía es triste y, tú, tema de cada uno de ellos, aún triste pensar que nuestros tiempos dorados, se desvanecieron.
El faro Me subo a mi velero, dejando atrás mi isla, la única que me hacía sentir seguro y protegido de un salvaje mar, alejando las olas que me quieren arrastrar; Me alejo de mi faro, la luz que hacía brillar mi vida altas palmeras, vientos que las azotaban; Yo, siendo una vela encendida que no se apagaba, hoy me apago, hoy soy opacidad, mi llama se vuelve frágil, y humo sale de mí.
Querido faro, mis ojos se vuelven lágrimas, Cariño, el mar no necesita llenarse más Haz que vuelva a tu lado, lánzame esa cuerda para regresar; Enciéndete faro, hazme de nuevo brillar.
Querido faro, estoy a una señal de volver, Volver por ti Escápate de la isla, aquella que siempre fue nuestro hogar; Querido faro, jamás se trató de un lugar en donde permanecer, se trata de ti y del gran amor que me hiciste sentir.
Querido faro, jamás volviste a mí, Hoy tengo otro lugar; miro hacia nuestra isla, aquella luz que en mis ojos reflejas esta vez no me ilumina a mí Faro, te perdí.
Adiós faro, me enfrento a la más grande pérdida, aquella que siempre temí; El dejarte ir será mi más grande acto de amor Faro, sé feliz.
La tumba de tu vida Sobre tu tumba te recuerdo, te hablo y el silencio me responde Las lágrimas que derramó caen sobre la tierra, tu alma me abraza y me calma; el frustramiento se agota, mientras se invade en mi cuerpo tu sentir. Busco tu respuesta en el cielo, ¿Me pregunto si la lluvia será una señal?; Te digo que fuiste mi motivo para vivir, Dios me dice que eres mi razón de seguir.
Hoy te extraño, hoy te lloro y lo haré hasta el día de mi muerte; hasta encontrarnos en espíritu, en nuestro hermoso reencuentro en donde no serás sólo un recuerdo.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
