Capítulo 12 | La punta del Iceberg

547 39 1
                                    

Lo cierto era que tenía un poco de cordura y una pizca de temor en mi sistema. Ya no había nada que arreglar y, mucho menos podré regresar el tiempo.

Mi perspectiva desde ahora en adelante será arreglar todo. Sin importar que tenga que hacer.

— ¿Se quedan?

Leonardo logró detenernos a los tres. Mia aun seguía temblando a mi lado y Jer no podía entender la situación. Al parecer no quería irse hasta asegurarse que nosotras estuviéramos a la perfección.

Pero después de que vio a Mia en un estado de shock..., decidió no alejarse de nosotras. Especialmente de ella. No paraba de abrazarla y mantenerla en sus brazos como un niño a un gato de la calle.

Le miré de reojo y atrapé su mirada en mis manos. Intento analizar la situación, pero no conseguí nada. Como todos.

Para ellos, Mia cayó cuando estaba corriendo y yo; afortunadamente estaba detrás de ella cuando sucedió y la ayudé a salir de allí.

— No gracias, tenemos que irnos —se adelantó Mia, tomando la mano de mi amigo.

Me quedé plantada en la sala. Entender lo sucedido, era un lío. A mi lado se posó Archie sin preocupación alguna. O, mejor dicho: inspeccionando.

— ¿Notas algo interesante? —le pregunté, manteniendo la vista en otra cosa.

— Sí, claro.

— ¿Qué es?

— Tú.

Gire la cabeza hacia el. Busque la locura en sus ojos pero eso no fue lo que termine encontrando. Entorné los ojos, cansada.

— Ingenioso, ¿ahora eres poeta?

— No, claro que no. Soy realista.

Cuando Jer y Mia estaban a punto de largarse, Serena los detuvo.

— ¡No se pueden ir así como así! —exclamó la aludida con fingida preocupación—. Ya es de noche, y los coches ya se han ido. No hay nadie que los regrese a sus casas.

— Además, llegar tarde a la casa de sus familias está mal —agregó Leo, mirándolos —. ¿O quieren dar una explicación de lo sucedido? Yo creo que no.

Lo último lo dijo mirando a Mia que estaba empapada y llena de barro por mi culpa.

— Saben que, esto haremos. Mia, te prestare ropa para que puedas tomar un baño mientras que nosotros vamos a la sala de juegos a pasar el rato ¿te parece?

Me esforcé por no blanquear los ojos de nuevo. Todos esperaban ansiosos una respuesta de su parte. Prácticamente, los Fell no requerían de ella.

Archie me tomó del brazo, guiándome hacia el segundo piso.

Gire la cabeza y los demás nos seguían.

— ¿Dónde está Miranda? —escuche cómo Jer preguntaba a todos los presentes.

— Se fue —contestó Leo, tranquilamente.

Pronto Archie nos miró cuando entramos al cuarto de juegos. Y era la primera vez que pisaba este lugar, de hecho no sabía de su existencia. Tan solo cuando caminaba hacia mi habitación lo único que notaba eran las distintas puestas que había en el pasillo.

Sentía como los tres nos metemos literalmente a la boca del lobo, sin ser conscientes de ello era lo peor de todo. Había intentado no huir cuando todos se sentaron en la sala.

Pase la mirada lasciva hacia Archie y me repetí mentalmente que solo era un niño rico, que no pasaba nada, y solo era un juego más para mi.

— ¿Qué haremos? —preguntó Jer, ya sin temor alguno.

Alguien De Nosotros Está MuertoМесто, где живут истории. Откройте их для себя