Capítulo 3 | ¿St Claire?

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"Solo existirá una oportunidad de enamorarlo..."

🍷Kyra🍷

Llegar a la casa de los Fell en medio de la noche, fue demasiado extraño. Ya que mi cuerpo pedía a gritos llegar a mi cama, no a la lujosa que tengo ahora. Si, la de casa, la que parecía que estaba apunto de caer en cualquier momento.

Esa que me daba comodidad en sus últimas semanas.

Después de despedirme de los señores de la casa, caminé pesadamente hacia mi habitación.

En el camino me tope a un amable Leo, quien se despidió de mí y me deseó buenas noches. Segui caminando hacia la puerta de mi habitación y en cuanto entre, reposé mi cuerpo con la puerta por unos minutos.

Estaba exhausta. Tantas presentaciones, tantas charlas innecesarias que en un futuro no recordaré. Tantas conversaciones que sé que en unas horas olvidaré.

Miré la cama extrañada y vi una ropa de pijama perfectamente doblada a los pies de la cama. Camine, la tome de inmediato llena de repudio, la seda me sorprendió, pero no más que ver un antifaz para dormir junto la ropa.

Extraños.

Decidi tomar mi ropa para dormir de aerosmith con mi pequeño short negro. Me desmaquille. Me hice un par de trenzas y en menos de media hora, ya estaba recostada en la cama, cubierta y con una docena de almohadas en el suelo.

Aun no tenía sueño, y tenía un nudo en la garganta provocando que me asfixiara. Tengo que hablar con mi madre, la extraño. Y apenas va un día.

No seas ridícula, Kyra.

Me recosté en la cama, traté de que mi cuerpo se relajara y así ya podría dormir.

Ya era sábado y por la mañana estaba matándome. En cuanto desperté, me cambié de inmediato, no me permite andar en pijama por la casa, al menos no el primer día de mi estancia aquí. Así que opté por ponerme un pantalón de campana con un crop top color verde.

Me hice una coleta alta y me coloque mis lentes. Sali de la habitación tratando de no perderme busque el comedor o la cocina, lo primero que encontrara seria una bendición.

Al parecer mis plegarias fueron escuchadas, ya que fue más fácil encontrar el comedor. Sin embargo, la familia estaba ya reunida desayunando, a excepción de Christopher.

— Buenos días —atraje la atención de todos.

— Buenos días, querida —la señora Fell despega la vista de su periodico y con su mirar, me señala el lugar disponible a su lado—. Ven, acompáñame.

Camine en silencio hacia ella sentándose con cuidado a su derecha.

— ¿Has dormido bien? —pregunto, melosamente.

— De maravilla —sonreí, y me atreví a tomar un vaso con un poco de jugo.

— Me alegra.

Sonreí tímidamente admirando el lugar. Había panes, panques, y mucho más cosas para un desayuno sencillo.

— Sirve lo que quieras, Kyra —el señor Fell señaló, educadamente—. Espero que en esta ocasión si puedas degustar de una comida.

— ¿Y por qué no lo haría? —se burló Serena—. Esto es una comida típica para ella, café, jugo, huevo y pan. ¿O no es así, Kyra?

— La verdad es que si —no me moleste en contradecirla—. Y con esto me conformo, Serena.

— Deberías.

Alguien De Nosotros Está MuertoWhere stories live. Discover now