Capitulo 9 | Rumores, novios, risas

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Se suponía que justo en ese momento debería de haber llegado Jer, Miranda y Mia. No entendía ni un poquito a las personas que eran impuntuales.

Y, sobre todo, que llegan media hora tarde de la hora anteriormente dicha.

Aproveché mi tiempo para tomar un baño rápido y mientras que me colocaba mi vestido, vi mi móvil iluminarse con un mensaje que llegó directo a mi buzón.

El paquete va en camino, hija. Llegará hoy al punto de reunión que acordamos. Philip será el encargado.

El mensaje de tío llegó junto con un archivo adjunto. No perdí tiempo y lo leí a prisa. Tenía el tiempo contado siempre que se hacía este tiempo de movimientos.

Guarde algunas fotografías que me servirán para luego y memorice el código que venía con ella. Maldije por lo bajo mientras que las contemplaba. Ya había pensado que nada de esto sería una casualidad, pero, ahora, viéndolo bien, todas mis alarmas se activaron de inmediato.

En mi diario anote los números que en un futuro me servirían. En el pasado ya me había enfrentado a este tipo de personas, pero ahora, todo cambia. Es literalmente cuestión de vida o muerte.

Y no solo mi tío esta en peligro. Hay mucho más detrás de todo esto. Una vida depende de mí y ya no es la mía.

Mi mente ideaba miles de planes mientras terminaba de colocarme el lápiz labial. Aun no era la hora que nos citó la señora Elena, así que aproveche a ir a la cocina y probar un poco de mi maldita suerte.

En cuanto entre a lo que es la cocina, vi a la chica que estuvo conmigo el primer día que llegué. Con el entrecejo fruncido, note el trapo que tenia en su mano derecha manchado de un líquido rojo.

Me quede callada, en el marco de a puerta, analizando mi alrededor. Lo único que estaba fuera de lugar era eso y un par de cuchillos que estaban en la barra de la mesa.

— ¿Qué pasó? —La pregunta hace que de un brinco y se apresuró a esconder el trapo que ya vi.

— Un pequeño accidente —le resta importancia.

Me da la espalda cuando tira el papel y el trapo a un contenedor de basura. Los cuchillos siguen en su lugar, me cerco a él.

— ¿Y esto? —le pregunto cuando lo tomo con la mano y lo alzó.

La chica que es de mi edad, se paraliza. Su tez morena se transforma en blanca. La sangre viaja prácticamente a sus pies. Trata de acercarse a mí, para tomar el cuchillo y lo alejó cuando hace el intento.

— Un accidente.

— ¿Qué accidente?

— Ya sabes, los chicos jugando a sus cosas —vuelve a intentar y fallar—. Dame el cuchillo, puede pasar algo.

Mi muñeca se vuelve blanca por la presión que estoy ejerciendo y en mi mente pasan miles de cosas que ninguna de ellas es favorable para mi. Me paralizo en mi lugar y siento temblar mi cuerpo.

— ¿Segura?

— ¿Por qué no lo estaría? —se recompone al haber logrado su objetivo. Se aleja de mi con el cuchillo en la mano y este tiene el mismo destino que el trapo—. Solo un juego de niños.

— Es ridículo —pensé en voz alta.

— Son cosas de ellos, nada que debería de importarnos.

Miro a la chica dar vueltas en la cocina, sin dejar de verme. Parece que cuida cada uno de mis movimientos.

— ¿Te puedo preguntar algo? —detiene su andar.

— Por supuesto —ahora suena toda despreocupada.

Alguien De Nosotros Está MuertoWhere stories live. Discover now