Capítulo 1 | Bienvenida a la familia Fell, Kyra.

2K 84 2
                                    

"Mientras la oscuridad este de mi lado, 

la verdad saldrá a la luz."

🍷 Kyra 🍷

Debería estar saliendo de la casa, justo ahora. Pero no, tenía que ser igual que mi madre, despistada y desorganizada. Estoy como loca corriendo de un lado a otro por toda la habitación, mientras coloco de manera desordenada ropa en la maleta.

Mi madre, quien está igual o peor que yo, se está doblando de manera rápida la ropa. Solo para que mi gran maleta se pueda cerrar con facilidad.

—¿Por qué has dejado todo hasta al último, Kyra? —emite un sonido de frustración, mientras yo trataba de ocultar mi diversión.

—Te recuerdo que tu fuiste la que me obligó a ir a esa fiesta de despedida —le recordé, sonriente.

—Eso no es excusa.

—Lo es. —Me agache a tomar mis tenis y los guarde junto con los demás pares—. Tu sabias perfectamente que el día de ayer sería designado para guardar la ropa. Y dejar todo listo. Pero, como siempre, tienes que llevarme la contraria madre.

—No te vi quejándote ayer.

—Y no lo hice —me encogí de hombros, mientras me sentaba y seguía doblando ropa al igual que ella—. Jesica se ha encargado de hacerme sentir que la fiesta era de despedida.

—¿Te despediste de todos? —sentí como me miraba de reojo.

—Podría decirse que si —musite, un tanto insegura al respecto—. Valentino y Luca no estuvieron allí, pero el resto si.

—¿Y qué tal la fiesta?

—Todos terminaron ebrios y olvidándose de mí —solté una risa—. De verdad, creo que pudo ser peor.

Escuché a mi madre hacer un mohín. La ignoré, y me enfoque en la ropa que tenía que guardar en menos de media hora. Y siendo sinceras, no se como, pero terminamos justo a tiempo.

Mi madre bajó corriendo a la cocina, mientras yo trataba de bajar la maleta poco a poco por las escaleras.

—¡Debiste de ayudarme! —me queje, en cuanto la llanta golpeó mi pie—. ¡Madre, de verdad que...!

—¿Quieres ayuda? —me sobresalte, al sentir a Alexandrie, detrás mío.

Sin que esperara una respuesta de mi parte, sostuvo las dos maletas sin problema alguno y se encargó de bajarlas. Me ajusté la mochila y bajé a toda prisa.

—¿Tienes todo? —mi madre me preguntó, antes de que saliera por la puerta detrás de Alexandrie.

—Cargador, computadora, plancha, cámara, toallas... —enumere algunas cosas que recordaba en el momento—. Si, creo que sí.

—Bien —asintió.

El silencio reinó entre nosotras, y sabía lo que se venía. Mi madre trataba de no llorar, y yo ni podía. Estaba mentalizada desde que recibí la carta de aceptación.

—Hemos llegado a un acuerdo madre —le recordé, en un intento de tranquilizarla.

—Lo se, lo se. Solo seis meses.

—Si. Solo seis meses.

Le di un fuerte abrazo y salí corriendo de la casa, sin mirar atrás. El coche está esperándome afuera, junto con Alexandrie. En cuanto llegue a su lado, le dediqué una pequeña sonrisa y me adentre al auto.

Me sorprendió un poco ver a un señor de casi cuarenta años sentado en el lugar del piloto.

—Soy su chofer.

Alguien De Nosotros Está MuertoWhere stories live. Discover now