Capitulo 28:

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Narra Roberta:
Estuve todo el día dando vueltas por toda la casa, bailando al ritmo de la música que puse a todo volumen en el equipo. Estaba feliz. No podía pedir más que eso: me había enamorado y estaba cerca de cumplir uno de los sueños de mi vida..

Subí a mi cuarto con un plato lleno de todo tipos de frutas cortadas en pedazos (lo hizo Nora) porque me había negado a comer la comida.
Cuando me emocionaba, no sé, se me cerraba el estómago. Claro está que no me dejarían estar sin comer de ninguna manera después de que Diego les contó lo del episodio en el hospital, así que por eso tenía que comerme todas las frutas.

Apoyé el plato sobre la mesa de noche y mientras comía un trozo de manzana, marqué el número de Diego en mi celular. Quería compartir con él ese momento tan importante para mi.

Diego: Hola princesa..
Roberta: Hola mi amor.. (sonreí)
Diego: Perdón por no llamarte, pero estaba ocupado..
Roberta: No pasa nada.. igual, yo también lo estaba.
Diego ¿Pasó algo?
Roberta: Hoy a penas llegué mis papás me pidieron hablar conmigo..
Diego: ¿Sobre qué? (claramente se alarmó por eso)
Roberta: No te preocupes, nada que tenga que ver con nosotros..
Diego: Mucho mejor.. (suspiró) ¿Entonces?
Roberta: ¿Te acordas del canal de YouTube con mis videos?
Diego: Uy, no! se enteraron?
Roberta: Siempre lo supieron Diego, ellos eran los que los estaban subiendo..
Diego: ¿En serio? ¿Pero no dijiste que no querían que te metieras en ese ambiente?
Roberta: Si pero.. no sé qué les pasó, según ellos "saben que tengo talento" y no quieren desperdiciarlo.. o algo así.. Pero, la mejor parte es que un buscador de talentos me quiere hacer una audición!! (solté con emoción)
Diego: ¿En serio mi amor? Eso es genial! Y están completamente en lo cierto cuando dicen que tenes talento..
Roberta: Bueno no sé, yo en realid...

Una voz a través del teléfono, que no era la de Diego, me interrumpió. Y juro que estuve a punto de dejar caer el teléfono.

Xxx: ¿Venís Diego? Hace un montón estás con el telefonito..

Era la voz de una chica. Claramente era la voz de una chica. De pronto, todo lo que podía escuchar el sonido de la respiración de Diego.

Roberta: ¿Quién es esa? (dije de repente)
Diego: No Roberta, no pienses mal yo.. (le corté)

No sé por qué lo hice. Simplemente lo sentí así. No quería escucharlo decir nada, porque tenía miedo de lo que él podía llegar a decirme.
Otra vez aparecieron los fantasmas de la inseguridad y tenía ganas de llorar. Toda la paz y felicidad se esfumó. ¿Por qué estaba con otra chica? ¿Quién era? Podía ser una prima, una amiga.. lo que sea.. pero no sé por qué, yo sentía que era algo más..

Posiblemente me sentía así porque él me había dicho que no quería tener relaciones conmigo. Sabía que él era un hombre y tenía necesidades, que no iba a esperar tanto tiempo por mi.. y me daba asco la idea de que él estuviera con otra chica solo para quitarse las ganas del momento.

Mi celular vibró sobre mis piernas, y lo miré como si fuera un bicho feo mirándome con ojos amenazadores.
Apreté el botón verde y me llevé el teléfono a la oreja.

Diego: Roberta.. ¿por qué cortaste así?
Roberta: Yo.. tengo cosas que hacer Diego..
Diego: Pero no me dejaste explicarte..
Roberta: No quiero que me expliques.
Diego: Per..
Roberta: Hablamos cuando termines lo que estás haciendo. (volví a cortar)

Yo y mis estúpidos miedos. Apagué el celular solo para no recibir más llamadas y me acosté, ignorando por completo el plato de frutas que ahora se estaban tornando de un color medio marrón.

Una pequeña lágrima rodó por mi mejilla. Es que, puede sonar exagerado pero, solo por un instante, imagínense que la persona que aman puede estar acostándose con alguien más. Es una mezcla de traición, asco, y tristeza.. no sé, es inexplicable en realidad.

También debo admitir que podía no ser eso, pero la voz de la chica era tan.. tan de zorra que no me dejaba pensar en otra cosa.

Al Otro Día:
En todo el día anterior no había hablado con Diego porque dejé el celular apagado y fingí frente a mis padres que seguía igual de contenta que antes.

La alarma me había obligado a abrir los ojos, y aunque no quería, sabia que debía levantarme, e ir a la escuela, pero esa no era la parte que más me preocupaba: el problema era que tenía que ver a Diego y escuchar sus explicaciones.
¿Por qué tengo que ser tan miedosa con ese tema? ¿Por qué le temía tanto a escuchar lo que no quería escuchar?

Armándome de valor (ok, puede sonar exagerado) me levanté de mi cama y me metí dentro del baño.

(...)

Alma: ¿Ya estuviste pensando qué vas a presentar en la audición?
Roberta: No.. en realidad.. la emoción no me deja pensar mucho..
Alma: Pero prepárate eh, mira que no tenes mucho tiempo..
Roberta: ¿Más o menos cuánto tiempo tengo?
Alma: Una semana.
Roberta: ¿Una semana? (abrí grandes mis ojos) Eso no es nada de tiempo!
Alma: Bueno perdón, no pude decírtelo antes..

Mi papá se acercó a la mesa con el diario del día en sus manos, se sentó en la punta y soltó un suspiro.

Roberta: ¿Pasa algo papá?
Martin: No nada, solo temas de la empresa. (dejó el diario a un lado) Diego te está esperando afuera, se te hace tarde, Roberta.
Roberta: (suspiré) Si, ya lo sé..
Alma: ¿Por qué esa cara?
Roberta: Nada es que.. es muy lunes, solo eso..
Martin: (sonrió) Anda dale, y ponele ganas que se pasa rápido..

Me despedí de ellos dándoles unos pegajosos besos en las mejillas, y con mi mochila al hombro, abrí la puerta principal.
Diego me estaba esperando apoyado contra el auto, de brazos cruzados. Sus ojos buscaron los míos al instante, pero no me dijo nada de nosotros porque aún estábamos muy cerca de mis padres.

Solo una cuadra después, él comenzó a hablarme de lo que yo no quería hablar.

Diego: Creo que ahora si vas a tener que escucharme..
Roberta: No puedo, estoy memorizando unos textos porque tengo evaluación.. (mentí)
Diego: Ayer te llamé toda la tarde y toda la noche, ¡apagaste tu teléfono!
Roberta: No lo apagué.. se apagó solo..
Diego: Ahh claro.. (se quejó) Roberta, no podes ser tan caprichosa..
Roberta: Bueno soy así y punto! (exclamé, un poco enojada)
Diego: Ni siquiera me escuchas y ya te estás enojando..
Roberta: Estabas con una chica, cómo querías que me pusiera?
Diego: Me hubiera gustado que me escucharas.
Roberta: ¿Para qué? Si podes mentirme perfectamente..
Diego: No podemos estar juntos si no confías en mi.

Mi cara se puso pálida, y me di cuenta de lo estúpida que estaba siendo. Estaba tirando todo mi esfuerzo por estar a su altura y no comportarme como lo que era, una nena, a la basura por una simple inseguridad.
Me estaba odiando a mi misma por desconfiar de él. Pero no podía evitarlo.

Roberta: Decime entonces.. con quién estabas?
Diego: Con Sol.
Roberta: Tu ex. (dije fría)
Diego: Si, mi ex. La misma con la que te expliqué que tengo un lazo muy fuerte.
Roberta: Mira Diego, yo comprendo lo de tus padres.. pero no quiero que te veas con ella a solas..
Diego: ¿Por qué no?
Roberta: Porque es tu ex!

Diego: Eso no tiene nada que ver. Ella es mi ex, yo estoy con vos ahora, porque te quiero a vos. Si la quisiera a ella, no sería mi ex.. 

Mica: Lo decís como si fuera tan fácil.. 

Diego: ¿Cuál es el verdadero problema? Porque acá hay algo más, por algo estás tan.. enojada..

Roberta: No es enojo. Es miedo.
Diego: Miedo de qué?
Roberta: De perderte, Bruno. Porque ella puede darte lo que yo no puedo..

Supuse que tenía que ser sincera. Y por la cara qué el puso al escucharme, supe que no le gustó para nada mi comentario.

Diego: ¿Me estás hablando se sexo?
Roberta: Si.. (murmuré)
Diego: ¿Cuántas veces te tengo que decir que para mi esto va más allá de eso?
Roberta: Bueno pero no quita que no tengas ganas de hacerlo..
Diego: No te voy a engañar Roberta. Tengo necesidades, como cualquiera, pero no soy un maldito desesperado incapaz de controlarse.

Me sentía estúpida, y sabía que lo estaba haciendo salirse de sus casillas, pero debía sacar todas mis dudas hacia la superficie. No podía seguir ahogándome con preguntas.

Roberta: Yo.. solo quiero pedirte una cosa..
Diego: ¿Qué? ¿Qué no me acueste con Sol?
Roberta: No! ... Que nunca me mientas. Que pase lo que pase, me lo vas a contar.

Continuará...

Don't Forget MeWhere stories live. Discover now