Capitulo 2:

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Narra Roberta:

Roberta: Lindo nombre Diego...
Diego: Gracias..

Luego de eso bajé el vidrio de la ventanilla y miré hacia la calle. No tarde mucho en darme cuenta de que no estábamos llendo para mi casa, si no para otro lugar que yo no conocía.

Roberta: Disculpame.. esta no es la dirección de mi casa..
Diego: Sus padres me dieron esta dirección, tienen una reunión importante de negocios y no quieren interrupciones...
Roberta: Resulta que ahora soy una interrupción??
Diego: No me lo diga a mi, ellos lo dijeron...
Roberta: ¿A dónde se supone que vamos? (ya estaba molesta por lo de mi padres)
Diego: A una quinta de sus padres...
Roberta: Ah si, ya sé cuál...

No le volví a hablar por tres motivos. 1_Estaba enojada con mis padres. 2_Lo acababa de conocer. y 3_No sabía si lo que decía era verdad o si me quería sacuestrar.
Obviamente que la opción tres era la más extremista. Pero.. nunca hay que decir nunca. ¿o no?.
Luego de un rato llegamos al fin a la quinta y ahí desheche completamente la opción tres.
Me abrió la puerta del auto y después el portón de la entrada.
Entramos a la casa y estaba vacía...

Roberta: ¿Se supone que tengo que estar acá por mucho tiempo más?
Diego: Sus padres me van a avisar cuando podemos volver...
Roberta: Dejá de tratarme de usted, tengo a penas 16 años...
Diego: Perdone es que suelo tratar así a mis jefes...
Roberta: Lo hiciste otra vez, y yo no soy tu jefa...
Diego: Está bien...

Le sonreí y fui hacia el equipo de música. Puse música tan fuerte como pude y comenzé a bailar, ignorando sus pesados ojos sobre mi.

Diego: Roberta.. ¿podrías bajar un poco el volumen?
Roberta: ¿Qué pasa Diego? ¿No te gusta bailar?? (sonreí mientras me acercaba dando giros y bailando)
Diego: No es mi fuerte, para ser sincero...
Roberta: (me paré en frente suyo) No importa.. no hay nada que Roberta Pardo no pueda solucionar... (intenté tomar sus manos, pero las corrió evitando que lo agarre)
Diego: No.. disculpame, pero yo no bailo..
Roberta: Genial, entonces apagamos la música y nos sentamos a mirarnos las caras, ¿te gusta más esa opción?
Diego: La verdad, si...

Lo miré tan mal como pude y fui a apagar la música. Me senté en el sillón de brazos cruzados y no lo miré. El silencio era insoportablemente incómodo, pero yo no iba a dar el brazo a torcer, ya había dicho que nos quedaríamos en silencio esperando.
Pasaron creo unos 30 minutos, y el sonido del celular de Diego me hizo pegar un saltito. Lo fulminé con la mirada al escuchar una pequeña risita que se le escapó.

Diego: Hola.. si, ya vamos entonces, nos vemos (cortó) Vamos a tu casa, Roberta..
Roberta: Era hora, al fin voy a poder separarme del aburrido que no sabe bailar...
Diego: Disculpame por eso, ya te lo dije. Es solo que no bailo, y punto.
Roberta: Como quieras... (agarré la mochila y salimos)

Subimos al auto, y condució hasta mi casa. No le dirigí la palabra en todo el viaje, no hacía ni tres horas que estaba trabajando como mi chofer y ya me caía mal.
Llegamos, me abrió la puerta y bajé. Caminé directo a la entrada, toqué timbre y la de servicio me abrió.

xxx: Buenos días señorita Roberta..
Roberta: Bueno días, Nora.. (entré, y subí a cambiarme a mi cuarto)

Cuando terminé, bajé para ir a saludar a mis papás y para pedirles una explicación sobre lo que acababan de hacer. Es decir.. no podían mandarme con un completo desconocido por ahí, más allá de cualquier cosa, y lo que más me molestaba, era que no me habían dejado llegar temprano a mi casa.

Alma: Hola mi amor.. (me dió un beso en la frente) ¿Cómo te fue hoy?
Roberta: Bien, como siempre...
Martín: Tenés cara de estar teniendo un mal día..
Roberta: Ehh dejenme pensar, será porque me mandaron por ahí con un completo desconocido? o porque no me dejaron venir a mi propia casa??
Martín: No es para que te enojes, Diego es muy profesional y además a partir de hoy va a ser tu chofer...
Alma: Y con respecto a lo de no dejarte entrar a tu propia casa, estabas en tu propia casa, en tu otra casa...
Roberta: Mamá, si tuviera que vivir en todas las casas que tenemos no me alcanzarían los días de la semana...
Alma: Y bueno... no entiendo cuál es el problema...
Roberta: Dejenlo ahí, es inútil discutir... (me dí la vuelta y ví unas maletas) ¿Y estas maletas?
Martín: Sobre eso queríamos hablarte...
Roberta: ¿Qué pasó ahora?
Martín: Tenemos que viajar... es por trabajo...
Roberta: No pasa nada, solo denme tiempo de preparar mi maleta..
Alma: No hija.. vos te quedás...
Roberta: ¿Qué?? ¿Están locos??
Martín: No podés venir con nosotros a Estados Unidos, tenés que continuar tus estudios acá..
Roberta: ¿Y con quién se supone que me voy a quedar?
Alma: Tu abuela se viene a vivir acá, son solo tres meses, y además, están todos los de servicio, incluidos Nora, Walter (el mayor domo) y Diego...
Roberta: Pero.. (mis ojos se humedecieron) ¿Por qué siempre tiene que ser así? Yo los necesito acá conmigo...
Martín: Lo sabemos princesa... y te amamos mucho.. pero es nuestro trabajo... (ambos me abrazaron y yo me largué a llorar)
Alma: Te prometo que cuando volvamos, vamos a hacer un viaje por Europa, ¿te parece?
Roberta: (asentí) Los amo... y los voy a extrañar...
Alma: También te amamos hija...

Continuará....

Don't Forget MeWhere stories live. Discover now