NARCISO | Taekook / Omegaverse

08 | Inocente

Al día siguiente Jungkook cumplido su promesa.

Los niños se amontonaron a su alrededor para recibir sus respectivas golosinas, estaban fascinados con las deliciosas galletas que el mismo rey omega había preparado. Incluso había guardado algunas para Jimin y Eunwoo.

Aunque no se había despertado del mejor humor, trato de poner su mejor cara para los habitantes de Gorse, ya se había corrido la noticia de que tenían un rey omega. Uno hermoso, de ojos y corazón grandes.

Nadie se había preocupado por los niños del orfanato, ni siquiera los miembros del consejo. Estaban bastante anonadados por conocer mas de Jeon Jungkook.

Así que ese mismo día, después de salir del orfanato, las personas se juntaron alrededor de la carroza del príncipe de Aurea.

Jungkook le sonrió a cada uno de ellos, aunque estuviera agotado y con ganas de dormir.

– Lamento no haberme presentado con ustedes – Dijo parado sobre los pequeños escalones de una casa – Apenas estoy conociendo el pueblo y no había tenido el honor, soy Jeon Jungkook, mi padre es rey de Aurea y ahora yo seré el rey conjunto de Gorse – Los pueblerinos se miraron entre sí, inconscientemente sonriendo.

La sonrisa del omega creció aun mas al ver como todos comenzaban a aplaudir, no lo entendía ciertamente, incluso se causaba gracia. Esa no era la presentación que tenia en mente, la tradición marcaba que era el mismo rey quien tenia que presentar al omega frente a sus súbditos.

Pero viéndole el dalo positivo, Jungkook se sentía mejor si era el mismo quien se presentaba, no quería que un alfa hablara por él y dijera cuanta cosa quería.

Después de la cálida bienvenida, Jungkook volvió al palacio.

Mas temprano, justo a tiempo para la cena.

– Ve a descansar Eunwoo – El alfa asintió cerrando la puerta de la carroza. Jungkook avanzo con pasos lentos hacia el palacio.

Avanzo hasta su habitación y cerro la puerta bajo llave, se cambio la ropa por una mas cómoda y se recostó sobre la cama.

Extrañaba a su padre y a su hermano, su enorme habitación y sus lienzos para pintar.

Nada era como lo había imaginado, ese no era el alfa que el había soñado y ese no era el castillo de sus sueños.

Pero aún así, aún con todas esas desilusiones en la puerta de su corazón.

El amaba tanto a Kim Taehyung, él lo amaba a pesar de sus malos tratos, a pesar de lo brusco que podía llegar a ser. Él se sentía tan enamorado como cuando lo conoció.

Y no sabía por qué.

No tenia una respuesta a todo el amor que sentía por ese alfa malhumorado, como tampoco tenia respuesta para el miedo que los demás demostraban con solo mencionar a Taehyung.

Jungkook quería respuestas, pero sabia que nadie en ese castillo se las daría.

Aburrido volvió a levantarse de su cama, la cena estaba tardando y él se sentía abrumado. Así que salió hacia el pasillo, las habitaciones de servicio estaban bastante alejadas de los aposentos de Taehyung.

Había un pasillo que lo conectaba con la entrada a la cocina, la entrada que usaban los de servicio, claro.

Pero más al fondo había una espacie de puerta de lamina que lo guiaba a quien sabe dónde, Jungkook no había tenido tiempo de recorrer la casa. Hasta ahora, estaba aburrido y ya era de noche como para salir a dar un paseo.

Tomo una de las velas y se aventuro a ir hacia la puerta de lámina, la cual estaba abierta porque no tenia manera de asegurarse, era bastante vieja y oxidada que no le extrañaría que se callera a pedazos un día.