capítulo siete

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𝐉𝐀𝐒𝐏𝐄𝐑

Me sorprendió verla en aquel prado, había vuelto de mi viaje ya que Peter y Charlotte iban a un lugar más alejado. Pensé que nadie notaría mi presencia hasta estar más cerca de la casa, hasta que Alice me viera o Edward me escuchara, pero ella llegó a este lugar.
Si Rosalie me viese ahora teniendo a su hija en mis brazos, me arrancaría la cabeza sin dudar ni esperar el contexto de la situación, estoy seguro de ello.

Jasper —ella me nombró, me estremeció su aliento en mi rostro, estábamos muy cerca. Contuve el aire en mis pulmones, sentía su calor traspasar su ropa, era cálida y delicada, quizás más humana de lo que pensé, de lo que recuerdo. Tuve miedo de responderle, de hablarle, porque el aire que estaría en mis pulmones saldría y tendría que inhalar. Si la huelo ¿sentiré esas ganas de matarla que tuve cuando nació? Hace años que no volvía y sentía su aroma, podría estar jugando con su vida si inhalo, pero si no lo hago no podré volver.

Solté el aire de mis pulmones lentamente, respiré primero por la boca. Mal movimiento, un ardor me recorrió por toda mi garganta. Contuve el aire. Exhalé y ahora sí, inhalé por la nariz y su aroma me inundó, su cabello brillaba por la luz del sol, se movía libremente gracias al viento, sus mejillas estaban enrojecidas y el latir de su corazón era más veloz que el humano. Ella levantó su mano y tocó mi mejilla, el calor que emitía su tacto contra mi piel me desesperaba, tan dulce aroma, tanta exquisita calidez y tan preciados ojos claros. Azules como el cielo, con algo de gris en ellos, sí era el cielo, pero el de Forks, un cielo que me gusta porque me da seguridad de salir en el día.

La luz solar que había estado sobre nosotros se cubrió bajo una densa capa de nubes, el viento ahora era más frío y sentí un cambio en ella, una emoción de alerta ante aquello. Solo entonces noté que aun la tenía sobre mis brazos, abrazándola y ella a mí, la ayudé a levantarse y me alejé un metro. Me miró triste.

—¿Estás bien? —le pregunté al recordad que casi se desvanecía al verme, no me di cuenta de ello antes, pero quizás tiene miedo de mí.

—Sí, solo sentí algo extraño en mí, no es nada grave —sonrió al tocar su pecho, desvié mi mirar de su cuello y vi a mi alrededor.

—¿No está muy lejos la casa? —ella me miró algo sorprendida—, ¿cómo llegaste aquí?

—Bueno yo, sentí tu aroma —fruncí el entrecejo, ¿era eso posible? Olerme a tanta distancia y reconocerme, porque hace más de cinco años que me fui ¿Cómo es que me recordó? Era solo una niña. Ni siquiera yo que me sentía atraído a su aroma fui capaz de sentirla hasta que estuvo cerca.

—¿Eres buena en eso? —me observó sin entender—, olfateando. ¿Encuentras muy seguido a los animales y demás especies?

—Ahora que lo preguntas, sí. Jacob dice que es por mi naturaleza "única".

—Claro —hija de un híbrido (humano-vampiro) y un licántropo. Tres especies en un solo cuerpo. Pero no creo que sea eso, igual no sé sobre los trihíbridos, quizás la combinación de las especies le permita superar los límites—. Ada, iré a casa ¿Quiénes están ahí?

—Edward, Bella, Renesmee, Jacob y Esme —me respondió, internamente me sentí aliviado de que Alice y Peter no estuviesen ahí, podrán pasar milenios, pero dudo acostumbrarme.
Asentí al oírla y miré la dirección en donde estaría la casa, iba a comenzar a correr cuando Ada me tocó y sostuvo mi muñeca con su mano. Sus dedos desnudos contra mi piel me hicieron sentir una explosión interna, algo en mi interior se volvía loco, descontrolado. Creí que era la sed, pero, aunque estoy respirando pausadamente no siento sed, no tanta como la primera vez que la vi, siento más bien algo en mi pecho y cabeza, como si estuviese temblando y deseando que jamás retire sus dados de mi piel. ¿Qué es este sentimiento? ¿por qué ahora lo siento así? Estoy seguro de que este deseo no es el mismo que sentía cuando la veía de niña. Antes quería solo matarla, ahora es algo más, pero ¿qué es?

—¡Oh! Lo siento —dijo al soltarme, miré mi mano y extrañé su tacto. Qué raro.

—¿Va algo mal? —pregunté al sobar el área donde ella me tocó, mi fría piel no tapaba la calidez que ella dejaba en mí.

—No, está todo bien. Solo que... —se mantuvo en silencio unos instantes, sin terminar la frase. El sol y su claridad estaban alejándose y la noche nos iba a inundar. Por instantes tuve una angustia en mi interior, temí que algo la atacara. Fue estúpido ese pensamiento, pero nada me quitaba esta sensación nueva.

—Hablaremos en casa, vamos. Antes de que anochezca.

—Sí —respondió, se fue corriendo hasta la casa y fui detrás. Pude ir más rápido que ella y llegar antes, pero no podía dejarla sola. Otra cosa estúpida, se supone que debería cuidarse de mí, puedo perder el control en cualquier instante.
Una cosa es olerla externamente, pero si se hace daño o huelo su sangre más de cerca, no sabré qué sucederá. Llegué a la casa junto con ella, Edward de inmediato abrió la puerta y me recibió con un abrazo, sonreí cuando le correspondí, saludé a Bella, Renesmee y Jacob. Es bueno verlos.

—Mi hijo ha vuelto —dijo Esme al aparecer, no dudé en corresponder a su abrazo. Todos éramos sus hijos y su amor era tal que me recordaba que amo esta familia. Estoy feliz de volver a mi hogar.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐒𝐂𝐄𝐍𝐓 - TwilightTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon