capítulo cinco

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𝐀𝐃𝐀

Siempre que me levantaba, lo esperaba. Tenía en mi interior la esperanza de que apareciera a la distancia y hablara con papá y el tío Edward. Amaba su voz, nunca me nombró, pero siempre me imaginé diciendo mi nombre, llamándome.
Había alcanzado a oler el aroma que dejaba atrás, era un aroma dulce y atrayente, era como el otoño.

Amo el otoño.

Tiene sus colores.

Dorado como sus ojos, algunas hojas naranjas eran como mi cabello y sentía que esta estación del año nos unía. Esperé y esperé a su llegada, no vino.
El invierno llegó y se me permitía salir al prado junto a Renesmee y Jacob, a mamá le daba igual que ya mida un metro con cuarenta centímetros, seguía siento su bebé.
Aunque he leído bastante y siento que estoy bien como para recordar el camino a casa e ir sola, pero eso nunca sucederá.
El paisaje blanco era hermoso, los copos de nieve cayendo y deshaciéndose en mi piel, soltaba mi aliento y había humo, reía ante aquello.

—¿No tienes frío? —me preguntó Renesmee, negué con la cabeza, Jacob estaba a su lado y sostenía mi abrigo en sus manos. Ambos se veían algo preocupados, no entendía por qué, hasta que vi mis manos, estaba temblando, como si tuviese mucho frío, pero no siento nada. Un leve mareo vino a mí, pestañee varias veces, sin embargo, nada servía, nada me ayudaba. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda, un dolor agudo en mis huesos, me sentí tan frágil que di un gruñido y caí al suelo nevado del prado. Oí y vi a Renesmee y Jacob acercarse a mí, estaban asustados. Me llamaban y hablaban entre sí, pero no los escuchaba bien, mi cuerpo ardía y me costaba respirar, temblaba más y más, hasta que, ya no aguanté y lloré.

—Cuidado, ven —oí decir a Jacob.

—Pero-

—Sé que sucede, y es mejor si retrocedes.

Abrí uno de mis ojos y vi a Renesmee retrocediendo, me observaba desesperada, quería acercarse, pero Jacob lo impidió, me dio miedo eso. Jacob se comenzó a acercar a mí y me mostraba sus palmas, me pedía que me calmara, que simplemente lo dejara suceder. No entendí hasta que sentí algo en mi interior querer salir, estaba arañando como un animal salvaje, exigía libertad. Grité con todas mis fuerzas y cerré los ojos, mi ropa se rompió, el dolor dejó de atormentarme y al fin sentía alivio.

—Ada, está bien, estoy aquí —Jacob comenzó a quitarse la camisa, los zapatos y el resto de ropa. Retrocedí cuando se transformó en lobo, él habló en mi mente y lo entendí todo.

Vi millares de imágenes, y me vi en su reflejo, yo era uno de ellos.

Pasaron horas y Renesmee me llevó a casa cuando viví a ser yo, estaba exhausta y sentí mi cuerpo adormecido por el cansancio. Mi papá me cargó en brazos y me dejó en mi habitación para descansar. Aparentaba estar dormida, porque mi cuerpo no podía moverse, pero mi mente estaba consciente y los oí halar.

—Esto cambia las cosas —comentó el abuelo, Carlisle. Lo oí algo preocupado, un tono de voz que pocas veces he escuchado de él. Un gruñido, no de Jacob, uno de mi mamá se oyó.

—Rosalie, déjalo terminar —el tío Edward se entrometió, hubo silencio, supongo que sí lo escuchó.

—No me malinterpretes Rosalie, me refería a lo que vendrá ahora. Antes podíamos ver que era como Renesmee, podíamos ver su crecimiento y habilidades, no había nada fuera de lo común, solo que se alimentaba de comida humana, pero ahora ella ha despertado el lado licántropo de su padre, eso podría afectarle estar con nosotros.

¿Licántropo? ¿Cómo mi padre? Papá no era licántropo, es un vampiro... ¿No? Un recuerdo vino a mí, una suave voz quien me decía que era "amada", pero no era una voz que he escuchado recientemente, es una voz única ¿Dónde te oí antes?

—Sabemos la incomodidad que sienten ustedes con nuestra presencia —dijo la abuela, Esme. Y creo que el "ustedes" iba para Jacob, porque él responde.

—Al principio es muy duro, odias sin querer a los piel fría —quise reír, porque hubo un silencio incómodo, pero Jacob continuo—. Perdón, pero creo que se entiende a lo que voy. La transformación surge por la presencia de ustedes, ella aparenta tener sólo catorce años, es muy joven y se ha visto que es sólo por su presencia.

—¿Dices que mi hija me odiara? —pregunta mamá, su tono de voz es airado.

—No, digo que posiblemente tenga esa naturaleza incrustada, y debamos enseñarle que son su familia —terminó diciendo Jacob.

—Está bien, sabíamos que estas cosas llegarían a suceder.

—Emmett.

—Está bien Rose, nuestra hija estará con Jacob. Le enseñaras a controlarse y que no sufra, pero no la alejaremos de nuestro lado, es nuestra pequeña.

—Lo entiendo, y yo tampoco me iré, así que la ayudaré aquí, en su lado del tratado —dijo Jacob. Empecé a desvanecerme y perderme, no sé si lo soñé o no, pero al final estará todo bien. 

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐒𝐂𝐄𝐍𝐓 - TwilightWhere stories live. Discover now