" El ministro de educacion. Parte II "

Start from the beginning
                                    

- Cuantas veces te lo tengo que decir. PRIMERO AL PUTO COPILOTO SI TIENE ARMA- grite.

-Si si joder, lo siento déjame ver la herida- descubrir mi brazo- Hay orificio de salida, eso es bueno, no te la tengo que sacar-

- Te mato- la mire.

A decir verdad no me dolía tanto, se podía decir que estaba acostumbrada a los golpes, disparos, insultos...al fin y al cabo me han preparado para eso.
Nos quedaban unos minutos para llegar a la base y poder deshacerme de todo esto.

Una vez allí bajamos del coche y llevamos al ministro y su mujer a Mark, el encargado de toda la operación.

- Sano y salvo, justo como querías- dije.

- ¿Que te ha pasado?- se acerco preocupado.

- Estoy bien señor, un rasguño- me puse firme al fin y al cabo era mi superior.

- Ves a la enfermería- asentí- Sigamos señor ministro-

Fui a la enfermería. Me sabía el camino de memoria, pues de pequeña me pasaba todo el día allí, bueno, ahora también, pero menos.
Toque dos veces y pase.

- Te diría que me sorprende verte, pero era de esperar- rio Laura- anda, sientate-

- Cuanto tiempo sin venir- dije con sarcasmo.

- Si, exactamente 4 horas- se puso los guantes.

- Bueno eso era por acompañar a Austin, es un llorica, solo fue un pequeño rasguño- me quite la camiseta.

- Nada nuevo- arrastro la silla para quedar en frente mío- Que tenemos esta vez-

- Disparo, no hay bala- estire mi brazo.

- Limpio, por lo menos no tengo que sacarte nada- cogió algodón y alcohol.

- Eso mismo me dijo Rebeca- resople.

- Te va a escocer- me miro antes de pasar el algodón por la herida.

- ¿Enserio? ¿A estas alturas?- reí.

- Oye, yo solo te aviso. Es parte de mi trabajo- sonrió.

- ¿Cuantas veces me han podido disparar en un año?- pregunté pensativa- ¿30? ¿40 veces?-

- 37 veces- respondió mientras daba toques con el algodón en mi herida.

- ¿Las cuentas?- reí.

- Sip, llego un momento en el que decidí contar cuantas veces venías a la enfermería- la mire sorprendida, pues no tenia ni idea.

- Que excusa más fea, es solo porque quieres verme- dijo con un tono pícaro.

- No necesito una excusa para eso- tenía razón- Te llamo y si quieres vienes-

- Tienes razón, que bien me conoces- sonreí porque sabía como iba a acabar esto.

- Voy a tener que darte algunos puntos- volvió a arrastrarse con la silla hasta el armario de los instrumentos. Cogió aguja e hilo.

- Perfecto, ¿luego tendré una piruleta por mi gran comportamiento enfermera?- la mire.

- Depende de cómo te comportes en estos 5 minutos- me miro con una sonrisa.

- Pues como un ángelito- me acerque a su cara.

- Pues este angelito está demasiado cerca y yo necesito coser le el agujero- se apartó un poco.

- Un besito no se le niega a nadie enfermera- susurre cerca de sus labios.

Me dio un beso corto y me empujó para atrás.

- Ahora dejame hacer mi trabajo- volvió a su sitio inicial.

- Como usted mande- reí.

Cuando termino salí y fui a por algo de comer a la cocina de la base. Todos vivíamos ahí, por lo menos mi equipo y yo, ninguno tenía familia con quien irse.

Lo "bueno" de este sitio era que cogía a niños que no tenían familia y podían tener potencial para lo que sea. Así apsrecimos nosotros, menos yo, que mis padres ya estaban metidos en esto, era como mi legado.

Al final me quedé comiendo sola, me gustaba la soledad, me había acostumbrado a eso.

Paso el tiempo y comencé a aburrirme, así que acabe en mi habitación. Intente dormir, pero las pesadillas que me provocaba la muerte de mis padres me desveló.

Decidí ir a la sala de los ordenadores y me puse a buscar información sobre los tipos que los mataron. Desde hace años que los busco y encontré a muchos de ellos. Planeaba mi venganza y no iba a ser bonita.

......

Holaaa, voten, comenten y compartan, iré viendo si retomo o no esta historia. 💕

Mi espía favoritaWhere stories live. Discover now