Mi dulce Propósito

Capítulo 16 - Decisión

-| Beatriz, disculpa mi actitud tan distante contigo, te aseguro que no hiciste nada malo. Solo quiero aclararte que tenía muchas cosas en la cabeza que nublaron mi mente y no sabía que hacer. Pero Dios hizo lo suyo una vez más y me ayudó.

-| Me gustaría hablar contigo en persona sobre un tema, si me lo permites.

Hace media hora que había leído el mensaje de Axel, y aún así no sabía que hacer. Mis dedos temblaban en el momento en el que me disponía a responderle algo.

- Señorita Nervios, ¿Cuando vas a dejar de temblar cuál gelatina y disponerte a responderle? De seguro ha de estar nervioso el también, ya varias veces se ha conectado, habrá notado que ya leíste su mensaje - me reclama Sole desde el fondo de mi habitación, mientras se cepillaba el cabello frente al espejo de mi escritorio.

- E-es que...

¿Que será lo que querrá decirme? ¿Y que fue lo que le hizo que tome esa decisión tan repentina? ¿Será lo que yo estoy pensando?

Hundí mi rostro en mi almohada y solté un gritito para aliviar los nervios que se apoderaban de mí.

- Solo dile que "si" y ya ¿es tan complicado para ti? - Protesto Sole nuevamente.

Mi celular vuelve a vibrar y al instante lo agarro para ver.

-| Mis intenciones son las mejores contigo Beatriz, por favor, no dudes de mi y permíteme demostrártelo.

Sentía mis mejillas arder y ya sentía que mi corazón iba a explotar.

- Sin duda, se va a declarar - soltó Sole tras de mí, al leer el mensaje también.

- No me quiero hacer ilusiones - susurré mientras acomodaba mi cabello algo alborotado.

- ¡AJA! ¿o sea que si te gusta? - sacudí mis manos al aire y con mi cabeza intentaba negarlo, porque palabras para excusarme no encontraba

- No, es s-solo que, o sea - Terminé balbuceando.

- ¡Admitelo, lo haz dicho!

- ¡BIEN! Siii, ¿Ok? Me gusta - hundí mi cabeza en la almohada nuevamente para ocultar mi rostro totalmente ruborizado.

- Y yo creo que el también se gusta de ti, pero nunca lo sabrás si no le respondes - dijo sentándose a un lado de la cama.

- Me tengo que ir, nos vemos el sábado ¿Si? - me levanté y la abracé y la acompañe hasta la puerta.

Una vez llegue a mi habitación nuevamente, me encerré y estaba yo sola con mis pensamientos que eran un mar golpeándome.

Suspiré, y trate de controlar mis pensamientos, no puedo hacerme ilusiones si ni siquiera me ha dicho algo claro todavía.

Tome el celular y le respondí.

-| Bendiciones Axel, discúlpame por la tardanza.

-| Y no te preocupes, ya sabía que algo tenías, pero me alegra que con la ayuda de Dios se te haya aclarado todo.

-| ¿De que quieres hablar? No tengo problema, cuando quieras.

Me recosté soltando un largo suspiro, dejé caer mi celular a un costado mientras esperaba algo ansiosa su respuesta.

Por suerte, no espere mucho, a los 2 minutos ya me respondió:

-| Sobre el tema que te quiero hablar lo sabrás en persona, y me alegra que hayas aceptado, realmente, quiero ser sincero contigo.
¿Me das una hora de tu tiempo el sábado? ¿Después del culto?

Cada vez me daba más intriga saber, y sea lo que sea, estaré orando a Dios de antemano, para que, sea un tema que me guste o no, Dios vaya preparando mi corazón y me ayude a actuar correctamente, no guiandome por mis emociones, sino por su voluntad.

-| Me parece bien, no tengo problema, quedamos así entonces.

Se despidió de mi, yo de el, y me gire a un lado de mi cama para intentar dormir un poco.

Un rato después se escuchaban los pasos torpes y brutos de papá entrando a la casa. No necesitaba verlo para saber que otra vez está tomado, y sinceramente me dolía, muy dentro mío, me dolía demaciado.

Pensar que tenía a mi familia unida y restaurada, cuando pensaba que todo iba perfecto viene el diablo y me arrebata todo la paz que sentía en mi casa, a causa de mi padre que arma un lío cada que viene, ya ni ganas de quedarme en casa me dan.

Porque todo me es tan pesado, mi madre reclamándole, mi padre denigrandola con groserías e insultos, nunca en mi vida pensé que iba a vivir este tipo de escena.

Pero yo sé que sirvo a un Dios vivo, y con esa seguridad, mientras mis padres discutían, yo me arrodille a un lado de mi cama y comienzo a orar a Dios para su presencia entre en mi casa, porque cuando la presencia de Dios entra en una casa, lo roto es restaurado, lo sucio es limpiado, y las tinieblas retroceden por su luz radiante.

Luego de unos 40 minutos más o menos mi padre da por terminada la discusión cerrando de un golpe la puerta y saliendo de casa, y yo bajé a consolar a mi madre.

La invita a orar conmigo y ella derramó sus lágrimas de rodillas ante la presencia de Dios.

Hasta que nos levantamos y nos dispusimos a dormir.

Así hicimos cada día que papá venía a crear discusiones, una vez que el se iba, orabamos y gracias a eso mamá encontraba fuerzas para seguir luchando. Hasta había días en las que intentaba no discutir con el, y la discusión duraba poco.

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Llegó el sábado tan esperado para mí, toda la semana estuve ansiosa, y ahora que llegó sentía tantas ganas de no ir al culto, el tan solo pensar de ver a Axel, ya se me ruborizaba el rostro.

~ Debo controlar eso

Me vestí con una pollera negra hasta las rodillas, blusa blanca con un pequeño escote y chaqueta negra. Me cepille el cabello, y así me dispuse a salir, me gustaba como me veía.

Estaba preparando mi cartera cuando escucho que alguien da dos golpes a mi puerta y luego la abre.

- Cariño, te buscan - dijo mi mamá asomándose a la puerta

- ¿Que? Per... - no me dió tiempo de responder pues ella cerró la puerta y se fue.

Por la curiosidad baje con pasos apresurados hasta la sala y mis pasos se detuvieron en seco cuando mis ojos se encontraron con los ojos que menos esperaba ver.

~ ¿Axel?

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Los hice esperar demaciado lo seeeee, disculpenmeee🥺

Inicie mi facultad y está algo pesado y forzoso pero ahí vamos con la ayuda de Dios🥰

No voy a dejar abandonada la historia se los prometo, ya me adapte a mis deberes así que sacaré tiempo para publicar más seguido, en serio!!

Espero que lo sigan disfrutando🥺

Besitos, bye🤍✨