Capítulo 15 - Sanando

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Mis ojos se paseaban por las 2 pantallas de mi monitor. Suelo bajar junto a mis personales para ver sus avances y como van trabajando.

Pero como si fuese una ley o algo así, la mayoría solo trabaja cuando el jefe está presente, siempre hay personas así en una empresa, nunca falta el que disimula trabajar arduamente sólo cuando el jefe está presente.

No puedo estar todo el tiempo presente con ellos, pues tengo mis deberes también, aparte de ser su supervisor.
Pero, en las horas que me las paso en mi oficina, siempre los superviso desde las cámaras.

Y ya conozco al que realmente trabaja y al que simula que trabaja...

Hay muchas ventas que cargar, actualizaciones de los pagos de los clientes que procesar y aun así hay algunos viendo... ¿¿Películas?? Usando la computadora de la empresa que es una HERRAMIENTA de trabajo.

No me molesta que utilicen sus celulares o hablen entre ellos, siempre y cuando no descuiden sus deberes, pero hay cosas que no voy a tolerar ahí.

Una vez más revise mi celular, para ver si tenía alguna notificación de mensaje... Y nada.

Hace 20 minutos le había enviado un mensaje a Beatriz, disculpándome por mi actitud tan indiferente.

No la culpo, yo me comportaba muy diferente con ella, era muy abierto, y al cerrarme y casi no hablarle al parecer la... ¿Lastimo? No sé cómo explicarlo, pues si en realidad la lastimó significaría que le importo y tampoco quiero hacerme ilusiones.

Jeremy me consideraba como enemigo ahora, y no quiero entrar en pleito con nadie, ni mucho menos meterle en problemas a Beatriz, ya que siempre procuro ser una chica desente, prudente, que cuida su testimonio... Así que sólo me queda por hacer lo que mejor se hacer, orar y apartarme.

Tampoco quiero hacerle sentir mal a Beatriz ni que piense que hizo algo malo ni nada, así que por eso la escribí.

Para mí sorpresa, al entrar al whatsApp el tick azul resalta en nuestro chat, pude ver qué ella ya había leído mi mensaje hace 15 minutos, pero no me respondió nada.

No sé que pensar... Pero mi cabeza no me ayudaba, pues ya estaba hecho un lío.

Un golpe en mi escritorio hace que salga de mis pensamientos. Max había entrado ¿En qué momento? No se, pero varias carpetas y documentos amontonados había dejado caer de golpe sobre mi escritorio.

- ¿Ya? ¿Te despertaste? - dijo burlón mientras me lanzaba una goma de borrar por la frente.

- Estoy más que despierto - dije masajeando suavemente la cien

- Claro, es tu mente la que andaba en las nubes, no? - Lo mire y solo asentí, no podía disimular está vez.

Se sentó al frente mío y con los codos sobre mi escritorio recostó su cara entre sus manos.

- Dime... ¿Es una chica, no? - dijo entrecerrando los ojos mientras me miraba fijo.

Yo abrí los ojos como platos al escucharlo, ¿Era tan obvio? ¿Que tiene este, discernimiento o que?

- Como lo...

- Escúchame - dijo soltando una breve risa - Las chicas son tan, tan, taann complicadas - rodó los ojos - solo ellas pueden tenernos confundidos, pensando todo un día, semanas o hasta TODA una vida.

- Beatriz no es complicada, ella es muy diferente - Fruncí el ceño, no estaba de acuerdo con su comentario, que el haya estado con chicas así no significa que todas lo sean.

- ¡¡Momento, momento, Alto ahí!!

~ Ayyy no, se me escapó su nombre

- Dijiste... ¿¿Beatriz?? ¿La mejor amiga de mi hermana Soledad? ¿¡¿Es ella?!?

Mi dulce PropósitoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant