Capítulo 12 - ¿Por qué pasó esto?

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Daba vueltas y vueltas en mi cama, no podía dormir, y cierto chico ocupó mi mente en toda la tarde y noche, hasta ahora que no he podido pegar el ojo.

Llame a Sole y le había contado, tenía que contárselo a alguien, ella gritaba de emoción tras el teléfono y yo igualmente. Hasta este punto, no podía negar que si estaba teniendo sentimientos especiales por Axel.

Pero yo prefiero ir lento, quiero que sea al tiempo de Dios y no al mío.

En mi mente andaba recapitulando todo lo que me había dicho y lo tierno que había sido conmigo en la tarde antes de dejarme en mi casa. Cada tanto hundía mi cabeza en la almohada y gritaba como una niña, realmente no podía contener la emoción y la alegría que sentía en mi corazón.

Me arrodille por segunda vez, ya que no podía dormir, y hablaba con Dios y le contaba mi día como si el no lo supiera, con todo y detalles, le manifestaba lo que tenía en el corazón y en la mente como si El no lo conociera.

Deje todo en sus manos y le dije que solo su voluntad se haga con respecto a mi y a Axel.

También intercedí por Ximena, no sé que le había visto Axel que no le cayó muy bien, pero yo sentí tanta compasión por ella, aún no se había abierto conmigo pero yo sabía que tenía algo que la estaba cargando.

No importa que intenciones tenga, buena o mala, ante Dios yo ya me presenté como un instrumento:

~ Padre yo no se que es de ella, su pasado, sus heridas o sus verdaderas intenciones, pero permíteme ayudarla, quiero ser un instrumento limpio en tus manos y no importa si solo tiene malas intenciones, yo le voy a demostrar tu amor a través de mi vida, y se que a través de mi intersección por medio de tu Espíritu Santo tú estarás quebrantando. Aunque al principio parezca que pierda mi tiempo ayudando a alguien que no quiera ayuda, quiero ser como Tú.

Tú palabra dice: No me elegisteis vosotros a mi, sino que yo os elegí a vosotros. San Juan 15:16

Yo nunca te pedí que me amarás, tu decidiste amarme. Yo nunca te pedí que me escogieras, tu decidiste escogerme, yo nunca te mire siquiera, pero tu si lo hiciste. A pesar de lo que era, fue tu amor que me llamo, me escogió y me atrajo hacia a ti.

Y ese amor es el que quiero trasmitir a otros, para que tengan la oportunidad de experimentar de tu amor tan inagotable que yo tengo el privilegio de gozar.

Ese amor que cuando te abraza lo cura todo...

De la misma forma que yo te necesito día a día, ella necesita de ti, usame, pon las palabras en mi boca, para que sea un alma que llegue y se convierta a ti y haya fiesta en los cielos.

Todo esto te lo pido en el nombre de Jesús... Amén.

Tan llena y gozosa me sentí, que me dispuse a intentar dormir nuevamente.

Revise una vez más mi celular, con la ilusión  de encontrar un mensaje al menos de Axel, ya que me había pedido mi número, pero no encontré nada.

Me resigne y cerré los ojos, y cuando menos lo espere, me fui sumergiendo en un sueño profundo.

El estruendo de la puerta estrellandose contra la pared hace que habrá los ojos de golpe y me incorpore de un salto en mi cama.

Escuchaba pasos lentos en la cocina y uno que otros golpes, mire mi reloj colgando de la pared, eran las 04:05 de la madrugada, aún estaba oscuro.

Salí con pasos lentos y sigilosos hacia la cocina, cuando llegue ví a mi padre de espaldas a mi.

- ¿¡¿P-Pap-á?!? - susurré con la voz quebrada, mis ojos inundados de lágrimas.

Frente a mí, el hombre que yo llamaba padre, apenas pudiendo sostenerse en pie, con una botella de vino en la mano, y el olor a alcohol inundaba todo su cuerpo.

~ Está borracho...

Se giro a verme y tenía los ojos rojos, con ojeras y dando pasos torpes hacia mi, me ignoro por completo y sin decir ni una palabra subió a su habitación, dónde estaba mi madre dormida.

Yo quedé estupefacta en mi lugar, sin mover ni un dedo, mirando a la nada, sentía mis lágrimas caer sin control sobre mis mejillas.

- ¡Eres un sinvergüenza! - escuchaba a mi madre gritar.

Y segundos después ambos empezaron a discutir, yo seguía llorando desde mi sitio hasta que me fue imposible mantenerme de pie y caí llorando al piso, golpeando con los puños el suelo.

~¿Por qué a papá? ¿Por qué ahora?

Tantas dudas cruzaban mi mente, yo sabía que papá estaba descuidando mucho su vida espiritual, pero nunca espere que podía haber caído tan mal. Ni siquiera antes de conocer a Dios, el nunca había tomado.

No tenía cabeza para pensar en nada, llame a Sole pero no me contestaba, y era obvio, ya que aún era de madrugada.

Me arrodille y llore ante Dios pues era mi único consuelo ahora, sin pronunciar ni una palabra, pues sentía que me faltaba el aire y las lágrimas y el dolor al llorar me lo impedían, pero mi corazón hablaba y yo sé que El escuchaba.

Me pase llorando y orando mientras ellos discutían, sin darme cuenta pasaron las horas y de tanto llorar me había agotado y débilmente sollozaba hasta que me quedé dormida.

Me desperté al sentir un leve dolor en las piernas y columna, me había quedado dormida sentada sobre mis piernas con la cabeza y los brazos en la cama, tenía los ojos hinchados de tanto llorar que al abrirlos no pude visualizar bien la imagen a mi alrededor.

Me metí a bañar y me mire al espejo... Mi apariencia era horrible, aparte de tener los ojos hinchados, también los tenía rojos. Aún así decidí salir por ahí a respirar y a despejarme, aún sentía ganas de llorar pero me contuve al máximo.

Mire mi celular y eran las 06:09 de la mañana, me vestí con un jeans negro, remera blanca con detalles azules, mi pelo suelto ya que ni ganas de peinarlo tenía, tome mi celular, mis audífonos y baje a la cocina.

Fui al cuarto de mi madre y la encontré durmiendo, a mi padre no lo ví, sentí como una gran tristeza inundaba todo mi ser. Tenía tanto miedo, pues no quería ni imaginarme dónde estaría o que estaría haciendo, si ya durmió, si ya comió.

Abrí la puerta y salí de mi casa, necesitaba despejar mi mente, respirar aire fresco, hablar con Dios al caminar, y desahogarme y distraerme.

Cerré la puerta de mi casa y al girarme, a lo lejos, ví a la persona que menos esperaba ver.

- ¿A-Axel? - susurré mientras lo miraba soprendida y confundida.

No se ha que había venido pero de alguna manera me sentía feliz de verlo. El me miró con compasión, es la primera vez que me miraba tan tiernamente, que me daban ganas de llorar nuevamente, pero me contuve.

- Beatriz, ¿Estás bien? - dijo mientras se dirigía hacia mi.

Yo intente hablar, pero solo rompí en llanto...

✨•✨•✨•✨•✨•✨•✨•✨•✨•✨•✨

Ayayayy

¿Que creen que pasará después?

Voten si es que les anda gustando🥺 y comentenme que les parece✨

Iré subiendo mas seguido los próximos cap. Jeje

Nos vemos en el próximo cap.

Besitos, bendiciones, bye🤍✨

Mi dulce PropósitoWhere stories live. Discover now