Cap 59: Todavía Estamos Aquí: Parte II

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La fuerza con la que atacó fue tal que empujó a Shinso contra una columna y arrojó a Tenya hacia una estatua de Shoto, haciendo que todo el impacto del golpe lo recibiera su frente. La sangre comenzó a surgir en brevedad y pronto su línea de visión se nubló con un tinte rojo.

Cuando la carne y los huesos sintieron el duro tacto del mármol, ambos terminaron en el suelo. Iida, con lo poco que alcanzaba a ver, vio al monstruo de mujer aproximándose mientras alzaba sus garras para atacar. Pero Iida también vio a Shinso abatirla con un escudo justo antes de que sus garras le arrancaran la piel.

La castaña soltó un chillido perforante al recibir el impacto y se estrelló contra el suelo, teniendo al alfa sentado sobre su vientre inflado.

–¡Acabo de salir de un trauma y no pienso caer por segunda vez, maldito monstruo de los infiernos! –injurió Shinso con vehemencia y la medio muerta respondió con un grito de ultratumba.

Luego de derribarla, Shinso levantó el escudo y lo azotó con todas sus fuerzas en el rostro de su contrincante. Un poderoso alarido de horror rasgó el aire, pero eso jamás lo detuvo, volvió a levantar el escudo y vio el rostro desfigurado de la fémina, que podía quedar todavía más desfigurado, según él. Así que la golpeó por segunda vez y, en lugar de un grito fantasmagórico, escuchó un sonoro sonido crujiente.

No obstante, cuando la mujer vio a Shinso levantar el escudo por tercera vez, le clavó profundamente las garras en la espalda con un rápido movimiento.

El alfa se quedó absorto, inmóvil cuando la piel y carne fue perforada. Tosió una gran cantidad de sangre que cayó sobre la cara de la mujer cadavérica, quien inmediatamente rompió una ventana con el cuerpo del alfa y luego le sacó las garras al arrojarlo contra una pared.

Shinso hizo un sonido muy extraño cuando fue recibido por el muro de mármol y no volvió a levantarse después. Todo ocurrió delante de los ojos de Iida y pese a ser el único testigo ocular, no podía creer lo que acaba de ver.

No sabía si Shinso estaba muerto o inconsciente del otro lado del corredor, pero lo que creyera no importaba en este momento. Porque esa mujer se había levantado del suelo y su objetivo seguía siendo el jardinero.

Iida Tenya, con un potente dolor de cabeza y una conciencia a punto de desmoronarse, vio a la repugnante castaña arrastrar los pies lentamente mientras se acercaba al alfa. Y estando ya a su alcance, estiró el brazo en alto con las garras apuntando al jardinero inconsciente, o muerto, sobre el suelo.

Su próximo movimiento era más que predecible.

Por otro lado, antes que cualquier otra cosa pasara, el rostro de un hombre adulto tapó toda la visión del consejero, mostrando una ennegrecida encía a través de una sonrisa retorcida. Tenya temió lo peor, era el bebé adulto que lo atacó antes, que no pudo haber escogido un peor momento para aparecer que este.

La situación era terrible, con Iida Tenya a punto de desmayarse y sin poder hacer nada para salvar a Shinso, lo ultimó que recordará es como un bebé deforme se acercó a su oído para susurrarle...

Todavía estamos aquí.

Segundos después, lo poco que alcanzaba a ver empezó a oscurecerse. Todo menos la perturbadora mueca de la cosa con apariencia de bebé.

O al menos hasta que una luz chispeante cruzó la densa bruma y trajo un aumento de temperatura en el ambiente.

¡Incendia!

Una ráfaga de fuego serpenteante se deslizó a través del aire e impactó directamente en el niño monstruoso, enviándolo a volar lejos del aturdido consejero.

Fantasía de un Soberano   [Katsudeku-Omegaverse]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें