Cap 59: Todavía Estamos Aquí: Parte II

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Era una mujer horrible de cabello castaño, las cuencas de sus ojos estaban vacías, la carne y la piel colgaban en tiras de su cuerpo enorme, el vientre se encontraba lo suficiente hinchado como para albergar un embarazo y sangraba por el gran agujero de este. Por donde se podían ver sus entrañas.

De un momento a otro, la castaña pasó de arrastrar los pies a moverse con una velocidad alucinante. Apareció frente al Consejero Real literalmente en un parpadeo y extendió el brazo hacia atrás para arrancarle la cara con las garras que tiene por uñas. Viendo lo que pretendía, Iida desenvainó rápidamente su espada e interceptó el ataque de la asquerosa a tiempo.

Las garras y el acero chocaron consecuentemente, liberando un sonido estridente como si se tratara de un duelo de espadas, cosa que sorprendió al beta y al alfa. Pero no a la mujer castaña, ya que dio una voltereta hacia atrás, cayó a cuatro patas como un animal y balanceó el brazo sobre el suelo en un semicírculo, dirigiéndolo a los pies del consejero.

No obstante, Hitoshi Shinso se movió más rápido y le cortó el brazo con un hacha antes que ella llegara a los pies de Tenya, quien, por su parte, se quedó inmóvil cuando se tomó el tiempo de entender lo que estaba sucediendo.

–¿De dónde sacaste eso? –preguntó Tenya a Shinso.

–¡Hay armaduras con más que hachas en todos los corredores del castillo! –exclamó el jardinero–. ¿De verdad es necesario preguntar, Excelencia? Más importante, ¡mire!

Cuando Shinso señaló el frente, Iida vio al cadáver viviente retorcerse de dolor por haber perdido un brazo. Ya no solo sangraba por el agujero de su vientre abultado, sino también por el muñón que dejó la faltante extremidad.

–Esa mujer no tiene ojos, literalmente se está cayendo a pedazos, tiene un agujero fatal en el vientre, ¿y ahora sufre de dolor porque perdió un brazo? –inquirió Shinso–. ¿Qué se supone que es esa cosa realmente?

–Las preguntas las harás después –espetó Iida–. ¡Guardias! Nos atacan, ¡nos atacan!

En el segundo que Iida dio la alarma, la castaña se levantó del suelo y se lanzó de nuevo al ataque, esta vez usando el brazo izquierdo como arma mortal. Sin embargo, Iida no la esperó, él decidió enfrentarla cara a cara, por lo que avanzó un paso con su espada apuntado al frente, desatando de esta forma una violenta lucha entre garras y acero.

Ambos contrincantes luchaban con una mano, dado que la espada de Tenya no era demasiado larga no necesitaba tanto apoyo en la empuñadura. Para él era más sencillo portar una espada ligera en la que no tenía que poner mucho esfuerzo para esgrimirla, era una medida para compensar su habilidad que no es nada sobresaliente. Pero era todo lo que tenía para luchar.

Si bien la mujer se veía más muerta que viva, Tenya lanzaba estocadas a puntos vitales de su descompuesto cuerpo, como venas, arterias y articulaciones. Pero viendo que cada una de sus arremetidas fueron interceptadas, se dispuso a agujerearle el cuello con la punta de su espada.

No obstante, el esperpento femenino bloqueó su movimiento con las garras y, gritando como un animal salvaje, procedió a atacar directo a la cara. Sin embargo, Tenya logró evitar esas garras por los pelos echándose hacia atrás, porque literalmente vio varios de sus cabellos caer frente a sus ojos azules. La velocidad de la horrorosa era a veces anormal, como todo lo que tiene que ver con ella.

Shinso regresó a la batalla corriendo hacia la fémina dispuesto a amputarle el otro brazo, alzó el hacha con ambas manos y movió su filo en un arco descendente. Al mismo tiempo, Tenya lanzó otra estocada teniendo la tráquea como objetivo; no obstante, la mujer dobló la espalda hacia atrás, pateó el abdomen de Shinso y estampó un puño en el costado de Iida. Todo en un movimiento bien coordinado.

Fantasía de un Soberano   [Katsudeku-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora