Capítulo 25.

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Los días siguientes ambas comenzaron su rutina, después del Colegio no pudieron estar juntas como el día anterior. El ciclo escolar estaba por concluir, Daniela tenía ensayos por elaborar y presentar y Victoria tenía mucho por planificar ensayos y evaluarlos.

Viernes:
Esa mañana Victoria estuvo muy distante cuando Daniela quería hacer contacto con ella, aunque Daniela no lo tomó a mal ni eso le hizo sentir mal pues sabía que tal vez era por la presión que tenía.
Al llegar la hora de salida, mientras salían del salón todos los compañeros de Daniela ella se tomó su tiempo para organizar su mochila, concentrada y de espaldas a la puerta ignoró totalmente que en la entrada alguien la observaba con detenimiento. Cuando terminó de organizar y de tomar todas sus pertenencias giró hacia la puerta para salir, frente a ella, a unos cuantos metros, estaba Victoria, observándola con una sonrisa amplia y sincera en el rostro:
- ¿Nos vamos?
- Sí. -respondió Daniela con la misma intensidad en la sonrisa.
Ambas salieron del Colegio y se dirigieron hacia el estacionamiento; al estar ambas dentro del automóvil Victoria recibió varios mensajes, muy insistentes, ella se concentró en responder. Daniela no sabía qué hacer, en el fondo ahora viendo a Victoria concentrada únicamente en el celular la hizo por fin sentirse mal, sintió que la había evadido durante el día no por la presión de todo lo que ambas estaban pasando respecto al Colegio sino porque comenzaba a aburrirse de ella, se estiró hacia los asientos traseros para sacar de su mochila los audífonos que siempre llevaba a donde fuera, puso música a bajo volumen por si Victoria decidía por fin prestarle atención.
Victoria aún concentrada en el celular:
- ¿Quieres pasar a tu casa antes?, digo, para cambiarte y dejar tus cosas...
- Eh... Sí, está bien.
Victoria miró de reojo a Daniela y notó los audífonos, dejó el celular y condujo hasta la casa de Daniela, al llegar y cuando Daniela estaba bajando del automóvil volvió a tomar el celular, activó las notificaciones y contestó los mensajes insistentes que siguió teniendo.
Daniela estaba muy incómoda y para éste punto un poco triste, abrió la puerta de su casa, se dirigió hacia la recámara y buscó en su clóset un pantalón de mezclilla, una blusa de manga corta y unos tenis, se vistió y antes de salir de la recámara tomó una chamarra. Salió de su casa y mientras caminaba pudo observar que Victoria estaba muy sonriente en una llamada, al estar frente al automóvil y abrir la puerta Victoria colgó:
- Iremos a otro lado, Dani ¿Estás de acuerdo?
- Está bien.
- ¿Por qué hoy no pusiste música?, ¿quieres ponerla, corazón?
- Ah... ¿puedo?
- Claro que sí, no tienes porqué preguntar.

En el transcurso del camino Victoria le dijo a Daniela:
- Ya casi llegamos, pero, quisiera que fuera una sorpresa, cuando estemos a unos minutos tendré que taparte los ojos, ¿sí? -dijo Victoria con emoción.
- Está bien. -respondió Daniela sonriendo por primera vez en todo el recorrido.
- Por cierto, no te he preguntado: ¿qué tal te fué en el Colegio?
- Mucha presión, algunos módulos ya nos dieron las indicaciones con las que debemos elaborar los ensayos finales.
- Espero que ésta salida no te quite tiempo, te ayudaré con ellos, ¿sí?
- Pero tú también estarás presionada evaluando.
- La planificación de mis ensayos ya está lista, y las evaluaciones las doy después de la entrega, tengo tiempo.
- Bueno, está bien, pero yo también te quiero ayudar en las evaluaciones.
- Es un trato entonces. Ya llegamos, ten. -dijo Victoria mientras le daba a Daniela la pañoleta que usaba en su outfit.
Daniela tapó sus ojos y varios minutos después Victoria estacionó el automóvil, Daniela comenzó a ponerse nerviosa cuando escuchó a Victoria bajar del automóvil, sus sentidos estaban muy alerta y volvió escuchar a Victoria abrir la puerta del copiloto, sintió su mano y sujetó fuerte a Victoria:
- ¿Estás preocupada? estás un poco temblorosa.
- Nerviosa, es una sensación que antes no había experimentado.
- Si no te sientes segura podemos omitir los ojitos tapados, ¿la quito?
- Si estoy contigo sé que estoy segura, continuemos.
Victoria sujetó a Daniela con delicadeza pero demostrando que estaría firme para ella en cualquier decisión y/o movimiento. Abrió una puerta, y guío a Daniela para que entrara. Al estar dentro, el piso rechinó un poco, Daniela tenía una sensación extraña al no poder ver y solo poder oler y escuchar. Caminaron varios metros, para Daniela se hizo eterno el camino y escuchó a Victoria volver a abrir otra puerta, Daniela al atravesar la puerta pudo oler el pasto, pudo respirar un aire diferente al del que venían antes de entrar al lugar. Victoria dejó de sujetar la mano de Daniela y se colocó detrás de ella, desató la pañoleta y Daniela pudo ver un maravilloso lugar, estaba muy emocionada por lo que estaba viendo. Frente a sus ojos estaba un hermoso patio, cubierto de pasto de verde vivo, a unos pasos había un caminito, el cual no tenía pasto sino piedrecitas incrustadas a la tierra. Victoria le indicó a Daniela caminar sobre él, ambas sujetaron sus manos y comenzaron a caminar hacia donde indicaba el camino, al final de éste había una manta tendida sobre el pasto, con aperitivos y una vajilla a juego con las decoraciones, velas coloridas aromáticas y un florero al centro con flores coloridas que florecian por todo el sitio, también había una manta blanca que con ayuda de un proyector reflejaba en él la siguiente leyenda:
«No podría decirte que he comenzado a amarte porque sé que lo sabes, pues te lo he dicho con mil miradas.»
De los ojos de Daniela comenzaron a brotar algunas lágrimas luego de leer, Victoria se acercó a limpiarlas con delicadeza:
- Espero que el único llanto que provoque en tí sea el de felicidad.
Daniela abrazó a Victoria y comenzaron a besarte delicada y apasionadamente.
Luego de varios minutos comenzaron a comer, mientras lo hacían platicaban sobre sus intereses, sus gustos, sus momentos, simplemente hablaban sana y cariñosamente.
Estaba atardeciendo y el proyector comenzó a poner las portadas de las canciones que comenzaron a sonar, Victoria podía controlar y poner lo que quisiera en el proyector, Daniela le pidió a Victoria escoger una canción: Me nace del corazón - Rocío Dúrcal.
Daniela entonada y alegre comenzó a cantarle a Victoria:
Me nace del corazón, decirle que usted es mi vida, que no sé vivir sin usted, disculpe que se lo diga,
pero es que no aguanto más, éste amor me calcina.
Me nace del corazón y el corazón me domina,
quiero sentir sus besos, sus manos que me acaricien,
quiero comprobar que vivo, no quiero morir de amor.
Hasta que escuche su boca decir que me quiere mucho y que ese amor que usted siente le nace del corazón;
me nace del corazón, decirle que usted es mi vida, que no sé vivir sin usted, que no sé vivir sin usted, disculpe que se lo diga...
Pero es que no aguanto más, éste amor me calcina, me nace del corazón y el corazón me domina;
de usted me he enamorado, quiero decirle mil cosas, que no hace poquito tiempo sintiendo estoy por usted.
Quiero beber de sus labios el agua de amor divina, tomarla de beso en beso, me estoy muriendo de sed.

Victoria escuchó atentamente a Daniela, y cuando terminó de cantar la abrazó levantándola un poco y girando ambas:
- Cantas divino, Daniela. Bailemos un poco y luego yo te cantaré a tí, aunque no lo hago igual de bien que tú.
- Está bien. -dijo Daniela sujetándose de los hombros de Victoria mientras ella la sujetaba de la cintura.

Amor imposible.Where stories live. Discover now