Capítulo 9.

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Daniela regresó a la sala, recogió los vasos y los lavó, colocó la jarra de agua en el refrigerador, y luego se dirigió a su recámara para tirarse de espaldas en la cama suspirando profundamente por la grandiosa tarde que pasó junto a la profesora Victoria, luego un llanto profundo le inundó los ojos, no quería sentir lo que estaba sintiendo por Victoria, pensó que no era correcto.

Victoria llegó a su casa, se quitó los tacones y anduvo descalza hasta llegar a su recámara, se recostó boca abajo y tapo su rostro con una almohada para que ésta recogiera el peso de su cara y consigo el peso de sus lágrimas. Se sentía sucia al pensar en sus sentimientos para con Daniela, aún sin habitar un gramo de malicia en ellos.

Ambas sollozando se quedaron dormidas. Cuando despertaron al siguiente día, comenzaron su rutina de cada día.

Daniela se dió un baño y luego se dirigió a la cocina, puso música en el celular para escucharla, bailarla y cantarla mientras cocinaba su desayuno. Buscó los ingredientes necesarios en la despensa y notó que debía hacer compras ya. Al terminar de preparar su desayuno y comerlo se dirigió a su recámara para quitarse la bata que se puso tras salir de bañarse y buscar ropa para ir de compras.
Victoria se dió un baño, se dirigió a la cocina para prepararse un café y un pan tostado. Al terminar de desayunar seguía en bata así que se dirigió a su recámara nuevamente para ponerse una pijama, luego se puso a buscar su laptop en el portafolios de trabajo para elaborar la planeación de clases de la próxima semana.

Daniela tomó un bolso a juego con su oufit, metió su cartera y su celular. Luego se puso un poco de labial rojo. Finalmente salió de su casa y se dirigió al sitio de taxis para ir al supermercado, estando allí compro casi todo lo necesario: atún, cereales, harinas, aceite, leche, etc. Al terminar de comprar se dirigió con sus bolsas llenas de despensa nuevamente a conseguir otro taxi para regresar a su casa, dejar las compras e ir al mercado para comprar los vegetales y las frutas. Siempre debía dar varias vueltas para realizar la despensa y creía que sería más fácil si tuviera un automóvil pero sus padres estaban tan ocupados con ellos mismos que no ponían mucha atención a las necesidades de Daniela. Y aunque era trabajoso ella amaba hacerlo pues siempre la mantenía distraída de la soledad que algunas veces sentía en su casa.

Victoria terminó sus planeaciones y luego se dispuso a ir al supermercado a comprar algunas cosas para prepararse botanas y ver películas en casa. Tomó las llaves de su automóvil y su cartera, pasó justo enfrente de la casa de Daniela y la miró con las manos llenas de bolsas de despensa, apenas si podía acomodarlas para abrir la puerta de su casa, Victoria detuvo su automóvil y se dirigió hacia Daniela para ayudarla:
- Hola, Dani, ¿te ayudo?
Daniela con las llaves en la boca, centrada en acomodar las bolsas en sus manos para darse lugar a abrir la puerta levantó la mirada y vio a Victoria, sintió emoción por verla y asistió con la cabeza a lo que ella le dijo mientras le daba algunas bolsas. Quitó las llaves de su boca y abrió la puerta:
- Hola profesora. Muchas gracias, pase. -dijo Daniela invitando a pasar a Victoria.
Victoria entró y espero a que Daniela le dijera dónde colocar las bolsas:
- Aquí en la sala están bien, gracias. ¿Gusta un vaso de agua?
- No, gracias Dani. Tengo que hacer algunas compras también. Te vi batallando y  quise ayudarte.
- ¿En serio? yo también, todavía no termino. Gracias por el gesto amable.
- Sí, y ¡ay qué pena! -dijo Victoria dándose cuenta de que traía pijama. - Yo en estas fachas.
- No se preocupe, está bien relajarse un poco de la ropa del diario. -dijo Daniela con un tono de empatía enorme, y luego añadió: - Además se ve guapísima así. -mirando a la profesora Victoria mientras apenas emitió un suspiro.
Victoria no pudo evitar sonrojarse cuando Daniela le dijo que se veía guapa en pijama, trato de disimularlo volteando a mirar sus pantuflas.
Daniela notó la rojez en las mejillas de Victoria y sitio pena por haber dicho lo que le nació decirle así que:
- Voy al baño, ahorita regreso, dijo soltando las bolsas que seguía cargando y corriendo al baño.
Victoria espero a Daniela aún parada frente a la puerta junto a las bolsas de despensa.
Daniela salio del baño y cuando llegó nuevamente con Victoria:
- ¡Qué grosera, no la invité a sentarse!, ¡Perdón! -dijo con sentimiento de arrepentimiento.
- No te preocupes, como mencioné, debo irme.
- Oh, cierto. Gracias por la ayuda.
Daniela abrió la puerta para que Victoria pudiera salir primero y luego ella. Al salir de su casa:
- ¿Irás nuevamente al super? -preguntó Victoria mientras quitaba el seguro de su automóvil.
- No, al mercado, me falta comprar vegetales, carnes y verduras. ¿Usted si va al super?
- Sí, tengo como plan ir a comprar cosas para botanas, quiero ver películas. ¿Quieres que te acompañe para que puedas traer a tu casa cómodamente tu despensa?
- Qué buen plan. No quiero causar problemas, tomaré un taxi.
- No causas problemas, anda, sube. -dijo Victoria mientras abría la puerta del copiloto de su automóvil para que Daniela pudiera subir.
- Gracias. -dijo Daniela mientras subía al auto.
Victoria se dirigió al lado del piloto, abrió la puerta y entró en el auto. Condujo hacia el mercado, era un recorrido corto y cuando por fin llegaron:
- Espérame, te abro. -dijo Victoria a Daniela tomando sus cosas y bajando del automóvil. Se dirigió al lugar del copiloto y le abrió la puerta a Daniela.
- Gracias. -dijo Daniela con una sonrisa en el rostro.
Victoria igual le sonrió y colocó el seguro en su automóvil.
Entraron al mercado y Victoria le dijo a Daniela:
- Te daré tu espacio, mientras iré a buscar también algunas de las cosas que yo ocupo, nos vemos en una hora en la entrada.
- Sí, está bien.
Ambas se dirigieron a hacer sus compras.
Daniela estaba terminando de comprar y por último fué a comprar dulces a granel. Pagó y luego pensó: -“Quisiera darle a Victoria chocolates, pero, ¡Por Dios!, dulces del mercado a granel, mejor algo bien empaquetado”.
Se dirigió a una dulcería y compró unos chocolates Ferrero, luego se dirigió hacia la entrada del mercado y espero a que llegara Victoria.
Victoria consiguió las frituras que quería y luego se dirigió hacia la entrada del mercado.
Ambas al mirarse sonrieron y caminaron hacia el automóvil, Victoria le quitó el seguro y abrió la puerta trasera del copiloto para que Daniela colocara sus compras allí, luego ella se dirigió a la puerta trasera del piloto y puso sus compras allí. Daniela esperó a que Victoria le dijera que podia entrar al automóvil, pero Victoria al dejar sus compras y estar ambas puertas cerradas, puso seguro automóvil:
- Ven Dani, acompáñame. -dijo Victoria a Daniela caminado para que ella la siguiera.
Daniela caminó tras ella y luego a su lado. Fueron a la paletería y Victoria le pidió a Daniela que escogiera el sabor de un helado y Victoria también seleccionó el sabor de un helado. Ambas al estar con sus helados se dirigieron hacia el automóvil, en el camino:
- Gracias por el helado, profesora.
- Olvídate del “profesora”, dime Victoria, ¿somos amigas no?
- Oh, está bien. -dijo Daniela intentando ocultar un poco la emoción que le causó que Victoria le dijera eso, aunque sintió a la vez desánimo porque la consideraba solo su amiga.

Amor imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora