Capítulo 19.

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Daniela se apartó y guío a Victoria hacia la cocina para mostrarle cada rincón de ella:
- Me gusta mucho cocinar, lo primero que quise amueblar en mi hogar fué la cocina, aún no está terminada pero por el momento está lo necesario.
- Somos tan opuestas, la cocina y yo somos una solo cuando voy a comer.
Daniela rió a carcajadas con lo que dijo Victoria.
- ¿Le gusta el Clericot?
- Sí, ¿lo tomas?
- Sí, y me encanta, preparemos uno, ¿vamos a mi huerto?
- Será un placer para mí conocerlo. -dijo Victoria extendiendo la mano para que éste fuera tomada por Daniela.
Daniela tomó de la mano a Victoria y la guío hacia la puerta que llevaba al patio trasero:
- ¡Daniela, está divino! -dijo Victoria con sorpresa mientras soltaba la mano de Daniela para recorrer el patio.
- Gracias, en un par de años el hueco del fondo estará cubierto por un par de árboles frutales.
- Es maravilloso, éste sitio parece sacado de un cuento de hadas.
- Venga, le enseñaré a cortar manzanas, las ocuparemos para la bebida.
- Estoy fascinada Dani, ¿Hace cuánto te mudaste?
- Hace dos meses. Ya estaban estos árboles frutales, solo he cuidado más de ellos y las hortalizas, verduras y hierbas de allá apenas comienzan a florecer.
- Tienes buena mano para cuidar y cultivar.
- Gracias Victoria.
- ¿Podemos tomar nuestra bebida aquí?
- Pero no hay donde sentarnos.
- En el piso, por mí no hay problema.
- Siendo así iré por una cobija.
- Te espero en la cocina.
Ambas regresaron dentro de la casa y Victoria esperó a Daniela en la cocina mientras lavaba las manzanas.
Daniela regresó con la cobija en las manos y sacó de uno de los cajones bajo la isla en el centro de la cocina un par de tablas para cortar. Sacó de la despensa y del refrigerador lo necesario para preparar la bebida, una tabla de quesos y demás snaks fáciles de preparar. Victoria ayudo a Daniela a preparar todo.
- Me hubiera gustado haber tenido todo al 100% listo para recibirla y no tenerla ayudándome, lo siento el colegio no me lo permitió.
- No está bien, Dani. Tus atenciones conmigo son muy lindas. Gracias. De echo pensé que no irías a la escuela, no te ví pasar por la mañana.
- Me hubiera gustado faltar pero no puedo, tener buenas calificaciones es importante si quiero meter módulos con los profesores mejor capacitados los próximos semestres.
- Siempre debe ser más importante tu educación, como decía mi papá: primero lo que deja y luego lo que ataranta. -Eres muy inteligente Dani, estoy segura de que podrás conseguir estar en el lugar que quieres.
- Usted está dentro de esos profesores, ¿cierto?
- Así es, aunque aún me falta acreditar la evaluación moral para poder establecerme formalmente.
- La va a pasar, estoy segurísima.
Cuando terminaron de preparar los snacks y la bebida se dirigieron al patio para ordenar todo, una vez acomodado todo:
- Ahorita regreso, voy por mi lap para ver películas.
Daniela fué a la sala por su laptop y al regresar al patio escuchó a Victoria decirse así misma mientras se sentaba:
- “¿En qué momento se me ocurrió venir tan formal?, es incómodo.”
- Le puedo prestar ropa, vamos. -dijo Daniela a Victoria mientras dejaba su laptop en el suelo y estiraba las manos a Victoria para ayudarla a levantarse.
- Ay, eh... No te preocupes Dani. -respondió intentando ocultar su nerviosismo.
- Vamos, yo tampoco me he cambiado el uniforme.
- Bueno, vamos.
Victoria tomó las manos de Daniela que extendió para ayudarla a levantarse y ambas se dirigieron a la recámara de Daniela para buscar ropa.
Daniela busco en su clóset un par de pantalones de mezclilla, y un par de blusas, tenis y pantuflas para que Victoria pudiera escoger. Luego sacó un pantalón de mezclilla para ella, una blusa de tirantes y unos tenis:
- Se puede cambiar aquí, yo me cambiaré allá afuera en el baño de visitas, la dejo sola. -dijo Daniela mientras tomaba su ropa y salía de la recámara.
Victoria decidió dejar su camisa pero desabrochó algunos botones, se quitó el traje y lo dejo sobre la cama, se puso un pantalón de mezclilla, quitó sus tacones y masajeó un poco sus pies antes de ponerse unos tenis.
Daniela se cambió y el uniforme lo llevó nuevamente a su recámara donde tenía el cesto de ropa sucia, Victoria abrió la puerta de la recámara de Daniela ya cambiada y Daniela entró a dejar su ropa:
- Gracias, Dani, mis pies descansaron.
- Eso me alegra.
Ambas salieron de la recámara y regresaron al patio.
Pusieron películas y cuando terminaron de comer y al terminarse la película se recostaron boca arriba para observar el cielo oscurecerse. Ambas en el silencio de la noche voltearon a mirarse, ambas al estarse mirando sonrieron, pareciera que el ritmo tranquilo del silencio de la noche comenzaba a unirlas, sus rostros estaban tan juntos que podían sentir su aliento con un ligero toque de licor.
Daniela y Victoria se besaron tierna y delicadamente, luego de unos segundos dejaron de besarse y se levantaron del suelo, Daniela abrazó el cuello de Victoria y ella la tomó de la cintura mientras volvían a besarse delicadamente. Victoria guió a Daniela a dentro de la casa y la llevó hasta la sala, recostandola en uno de los sillones, Daniela miró el escote de Victoria y se animó a subir de intensidad aquel beso tierno que estaban teniendo comenzando a meter delicadamente su lengua, Victoria correspondió y el beso paso de delicado a intenso, Victoria quería acomodar a Daniela para darle una mejor postura para lo que seguiría después de los besos, Daniela se dejó llevar, sin darse cuenta por la oscuridad que tenía la sala y un mal movimiento las llevó a caerse del sillón, y golpearse un poco fuerte con el piso pero eso no las detuvo, continuaron besándose. Ninguna de las dos estaba pasada de copas, sabían perfectamente lo que estaban haciendo pero lo que pasara después de aquel momento podría fácilmente ser culpa de la bebida.

Amor imposible.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt