Capítulo 22.

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Daniela soltó las manos de Victoria y entrelazó sus brazos al rededor de la cintura de Victoria abrazándola con intensidad.
Victoria apartó el cabello de Daniela para poder mirar su rostro, Daniela levantó la mirada:
- Si juras ser como hasta ahora lo eres conmigo, tan sincera y transparente... Puedo ofrecerte mi amor, sinceridad y confianza incondicionales. Estoy dispuesta a todo por tí.
- Si recibo lo mismo no tengo por qué dejar de ser así.
Victoria con delicadeza besó los labios de Daniela:
- Iré a mi casa, a bañarme y cambiarme, regreso por tí en la noche, iremos a cenar, ¿estas de acuerdo?
- No estoy de acuerdo, pero bueno.
Victoria soltó una risa y luego preguntó:
- ¿Pero por qué no estás de acuerdo?
- La quiero tener el fin de semana completo a mi lado.
- Entonces traeré ropa para mañana, y ya estaré contigo el tiempo que quieras.
- Entonces ya estoy de acuerdo.
Victoria abrazó a Daniela mientras la besaba delicadamente:
- Me voy, Dani. Te mando mensaje cuando pase a recogerte.
- Está bien.
Daniela se abrazó del cuello de Victoria cuando ella dejó de abrazarla, causando que Victoria volviera a sujetar su cuerpo, tomándola de la cintura, Daniela besó a Victoria con pasión.
El teléfono de casa de Daniela sonó interrumpiéndolas y causando en ellas un poco de susto.
Daniela contestó:
- Danielita mi amor, estoy afuera de tu casa, pero no me puedo estacionar hay un automóvil aquí afuera, ¿sabes de qué vecino será? para pedirle que lo mueva un poco.
Daniela puso una cara de susto al saber que su papá estaba fuera de su casa.
- Eh... No sé, sí... Quizá es de algún vecino. Qué gusto saber que estas aquí. Ve al estacionamiento de la privada, ahí siempre hay lugar.
- Está bien Danielita, no me tar...
Daniela ni siquiera terminó de escuchar, colgó y se dirigió hacia Victoria:
- Mi papá está afuera.
- Entonces tengo que irme ya.
- No va a tardar. -dijo Daniela a la carrera recogiendo lo que había en la sala.
Victoria tomó su cartera y antes de abrir la puerta Daniela corrió para darle un beso corto en la mejilla, Victoria también le dió un beso y salió con cuidado de ser vista por algún señor, pues no conocía al papá de Daniela, subió al automóvil y condujo hacia su casa.
Victoria siguió recogiendo lo que pudo, minutos después sonó el timbre, Daniela se dirigió rápidamente hacia su recámara para cambiarse de ropa. Volvió a sonar el timbre y Daniela abrió:
- Mi amor. -dijo el señor Daniel mientras abrazaba a Daniela.
- Te extrañé papá. -dijo Daniela respondiendo al abrazo con intensidad.
- Tengo un buen regalo para tí.
- Sabes que el mejor regalo ya me lo has dado y es tu visita.
- Ay, hija, quisiera poder darte el tiempo que te mereces, pero para mí es más importante darte la calidad de vida que mereces. Te regalaré un automóvil, te lo traerán el domingo, en un rato te mandaré el contacto de la maestra de manejo con la que comenzarás a tener clases los lunes. Espero que el modelo y color que escogí sea de tu agrado.
- Ay, papá, muchas gracias, no era necesario.
- Mi amor, ¿cómo no va a ser necesario? una señorita tan linda como usted no debe andar en taxi.
Daniela abrazó a su papá:
- ¿Te preparo algo de comer?
- No mi amor, gracias, ya me tengo que ir, tengo un viaje de negocios, en una hora tengo que estar en el aeropuerto.
- Está bien, que te vaya bien. Te voy a extrañar mucho.
El papá de Daniela se apartó del abrazo y se dirigió hacia la puerta:
- Buen viaje.
- Gracias Danielita, nos vemos luego. -dijo el señor Daniel mientras cruzaba la puerta y salía de la casa.

Victoria llegó a su casa, se dirigió hacia su recámara para lavar la ropa sucia que tenía, buscó una bata limpia de baño para ponérsela y lavar la ropa que Daniela le prestó, mientras la lavadora lavaba la ropa se dió un baño. Cuando terminó, aún en bata sacó la ropa de la lavadora para colocarla en los tendederos para que se terminaran de secar. Regresó a su recámara para secar su cabello, busco una bata de dormir y su ropa interior, se vistió y comenzó a hacer un poco de quehacer mientras escuchaba música, de un momento a otro se pausó la música inesperadamente, había recibido un mensaje:

 Regresó a su recámara para secar su cabello, busco una bata de dormir y su ropa interior, se vistió y comenzó a hacer un poco de quehacer mientras escuchaba música, de un momento a otro se pausó la música inesperadamente, había recibido un mensaje:

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