Capítulo 3. Ahogarse en almíbar (Suikarin & Naruhina)

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Trabajo

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Trabajo. Trabajo. Y más trabajo. Kakashi había pasado la mayoría de su día ocupado, planificando clases, escribiendo exámenes... Todo lo que tendría que hacer después y, él sabía, que no haría.

Miró a lo único que podía mirar, la ventana. Estaba realmente aburrido y su escritor favorito aún no había sacado una nueva obra, así que tendría que esperar.

Fue entonces cuando surgió de la nada una idea brillante en su mente. Seguramente muchos de sus estudiantes habían acordado hacer el proyecto en la biblioteca de la escuela.

¿Por qué no iba a verlos?

Si tenía suerte, estarían y si no podía escoger un par de libros para llevar.

El plan perfecto.

Excepto por un pequeño e insignificante detalle. Kakashi solía leer libros de literatura erótica.

Y, nada más llegar a la biblioteca, recordó quien se encargaba de ser bibliotecaria ese día. Para su infortunio, era Shizune. La asistente de la directora y, más importante aún, la persona que le gustaba.

No. Ni loco iba a sacar libros con contenido de ese tipo frente a ella. Él no tenía la costumbre de esconderse o avergonzarse por sus hábitos de lectura, pero este era un caso especial, puesto que primero tenía que causar una buena impresión en ella. Luego ya sacaría todos los libros que quisiese.

Sin embargo, en vez de irse, se quedó en el lugar al advertir la presencia de dos de sus alumnos, quienes, en efecto, estaban elaborando aquel extraño trabajo.

Sakura y Sasuke. Su pareja favorita hasta el momento. Estaban debatiendo acerca de la tarea que él mismo les había encargado.

Cualquier pensamiento que hubiese rondado la mente del Hatake momentos atrás había quedado en el olvido. Estaba demasiado concentrado analizando el lenguaje corporal de ambos para comprobar si en verdad se gustaban.

Él no era el típico profesor que te juntaba con la gente que te caía mal. Todo lo contrario. Tendía a querer juntarte con alguien conocido o que pudiese agradarte.

No obstante, también era necesario hacer sacrificios, era necesario probar a diferentes parejas y ver cómo se desenvolvían las cosas a la hora de trabajar en equipo.

Los observó con atención y se acercó a ellos sigilosamente, quedando detrás de una de las estanterías cercanas.

—¿Algo interesante que ver?—una voz a su espalda lo hizo estremecerse.

El de cabellos plateados se volteó, sobresaltado, para encontrarse con otro hombre, alguien a quien él admiraba desde el fondo de su alma.

—Maestro Jiraiya—saludó.

—Veo que tienes otro proyecto entre manos.

—Me conoce muy bien, Maestro—sonrió con una pregunta en mente—. ¿Puedo preguntar cuándo publicará su próximo libro?

Sentimientos OcultosWhere stories live. Discover now