Capítulo Cuarenta

265 28 2
                                    


-Me diste un gran susto, Theo... -comentó el rubio con una dulce sonrisa tranquila en su rostro.

-¿No estás molesto? O... ¿No tienes miedo? -preguntó el ojigris algo atemorizado por la posible respuesta de su amante.

-¿Molesto? ¿Asustado? ¿Por qué lo estaría? Para ser sincero, lo que hiciste fue admirable -contestó el más bajo con una leve sonrisa.

-¿Cómo? ¿Admirable? -indagó confundido Raeken.

-No cualquiera defiende a las personas que ama y al chico que a penas y conoce de esa manera, parecías un león salvaje... Debo admitirlo, me pareció sumamente atractivo verte enojado. Es una faceta tuya que no conocía, pero también estaba muy asustado cuando te ví inconsciente... Comencé a pensar lo peor, y para serte sincero, estuve a solo segundos de correr detrás de Brett para matarlo... Me aterré cuando te ví desvanecerte, creí que ya no podría oír tu linda voz en mucho tiempo, o al menos así fue hasta que hablamos con el doctor -aseguró el rubio con una tierna sonrisa en su rostro.

- Definitivamente quiero que te quedes a mi lado, Liam... -susurró el castaño sin pensar.

- Tranquilo, no planeo irme, no te preocupes por eso... -suspiró bajo el de ojos celestes con una sonrisa-. Sólo recupérate, ¿Si? 

- Lo haré, no te preocupes... -el mayor se dio el lujo de perderse unos momentos en los brillantes ojos del contrario-. Liam... 

- Dime, Allen... Soy todo oídos para ti. 

- Sé que tal vez no es el mejor momento, ni la forma más romántica, pero no puedo esperar ni un día más... ¿Quieres ser mi novio? 

Preguntó con nerviosismo, el monitor de su rítmo cardíaco comenzó a sonar más acelerado, como si su corazón estuviera corriendo un maratón, no podía quedar más expuesto que en ese momento. Liam lo miró con ternura, y una amplia sonrisa en su rostro. Acunó el rostro del castaño entre sus manos con una sonrisa para depositar un suave, pero efusivo, beso en sus labios. Esa era la mejor respuesta que podría darle a Raeken. 

Pasaron seis días más en el hospital, sólo por precaución, una vez que Theo estaba totalmente recuperado, Tara lo llevó nuevamente hacia la casa. Todo parecía haberse resuelto, Stiles ahora estaba saliendo con Derek, Scott e Isaac parecían estar avanzando en su pequeña relación y Brett ya no había dado más señales de vida. Sus amigos le habían contado que los padres de Talbot habían decidido mudarse, ya que enviarían a su hijo a un colegio pupilo, para que éste aprendiera a comportarse como era debido. Isaac y Stiles habían hablado con ellos sobre lo que había sucedido, y el porqué de la reacción de Theo hacia él, además habían ido con un pequeño video que unos amigos de Tara habían grabado de todas las cosas espantosas que el de ojos marrones le había dicho a Theodore. Todo estaba mejorando, poco a poco, pero lo estaba haciendo. 

Ya habían pasado tres años desde que Theo había salido del hospital, era su tercer aniversario con Liam, y aunque eso lo ponía muy feliz, también lo asustaba un poco, quería hacerlo espectacular para el chico que le había iluminado sus días, así que preparó, con ayuda de sus amigos y su hermana, una cena romántica en el patio de su casa. Había puesto una mesa con dos sillas en medio del patio, un mantel rojo con un jarrón de vidrio encima que contenía una rosa roja. Stiles, Derek e Isaac habían colgado luces cálidas por todo el patio, mientras que Kira y Scott lo habían ayudado con la cena, y por último, su hermana lo había acompañado a comprarle un regalo a Liam. Ya tenía todo listo, sólo faltaba su chico. Sus amigos y su hermana se fueron de la casa, para que la pareja pudiera tener privacidad. Cuando el rubio salió al patio, junto a Theo, se quedó estático viendo todo.

- Theo... Esto es... -murmuró asombrado, pero su rostro estaba totalmente inexpresivo.

- ¿No te gusta, amor? -preguntó el mayor con tristeza, él quería demostrarle al más bajo cuanto lo amaba, pero quizás había ido demasiado lejos.

- Cariño... ¡Me encanta! -chilló el ojiceleste con una amplia sonrisa en su rostro, se abalanzó a los brazos de su novio y se aferró a éste, como si no hubiera un mañana-. Te amo, Theo... En serio... Esto es hermoso... -murmuró en el pecho del mayor.

- Y no es todo, pequeño... -susurró mientras arrullaba al más bajo entre sus brazos-. Quiero preguntarte algo importante... 

- Dime, mi amor -dijo aún sin soltar a su novio.

- Ya llevamos tres años juntos, los mejores de mi vida, y por eso quiero preguntarte algo... -se separó un poco del más bajo para arrodillarse frente a él con una amplia sonrisa. El ojigris sacó de su bolsillo derecho una pequeña cajita negra, para luego seguir hablando-. Me di cuenta de que mi vida sin ti no tendría sentido... Creo que ya es hora de avanzar, si tú quieres, claro... Tengo un buen empleo, estoy cerca de terminar mi carrera y tengo un departamento a unas calles de nuestra universidad... No quiero alejarme de ti, Liam... Te amo más que a nadie en todo el mundo... Así que... ¿Quieres casarte y vivir conmigo por el resto de tu vida? 

Preguntó el mayor abriendo la pequeña cajita frente al menor con una sonrisa, aunque su voz era segura, por dentro Raeken estaba muriéndose de nervios, los cuales se esfumaron rápidamente cuando el menor rompió en llanto y se le abalanzó, nuevamente, a sus brazos. Ambos cayeron al césped con brillantes sonrisas.

- ¡Acepto! ¡Claro que acepto! -chilló el más bajo sin poder parar de llorar, amaba a su novio, más que a cualquier persona que pueda estar en su vida-. ¡Te amo tanto, Theo! -decía mientras repartía diversos besos por la cara de su, ahora, prometido.

- Yo te amo mucho más, Liam... Pronto serás Liam Raeken, me gusta como suena... -murmuró robándole un cálido beso en los labios a su chico-. Te amo, Liam...

- Yo te amo mucho más, Theo... Eres lo mejor que me pasó en la vida...

- Tú eres lo que le da sentido a la mía... 

Ambos se quedaron allí, tirados en el césped, mientras se decían todas las cursilerías del universo, pero eso les gustaba, ser románticos y cursis era lo suyo. Aunque tal vez el inicio de su relación no había sido el mejor, sabían que seguirían juntos hasta que la muerte los separara, porque nadie podría alejar a Theo de Liam, y nadie podría lograr que Liam le quitara los ojos de encima a Theo. Se amaban, como nunca habían amado a nadie, eran un caos, pero un caos perfecto, un caos que repartía alegría a quien estuviera cerca, un caos de amor. Pensar que todo inició con un juego de niños, se miraban, se sonreían, se hacían bromas indirectas para hacer reír al otro, y ahora, estaban a poco tiempo de dar el sí en el altar, por eso ellos eran perfectos el uno para el otr, porque además de amarse, seguían las tonterías del otro, se apoyaban y se cuidaban mutuamente, iban a la par, uno junto al otro, y así sería hasta el último día de sus vidas.

Un Juego De Niños // THIAMWhere stories live. Discover now