Capítulo 12

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La mayoría de los integrantes de la Tropa de Reclutas N° 104 podía sentir felicidad después de mucho tiempo. Aquel día lo tenían libre después de tanto. La mayoría de ellos decidió pasarse por sus hogares dentro de Trost y la muralla Rose, aunque fuese solo unas cuantas horas antes de volver a sus realidades.

No obstante, no era el caso de algunos, y es que ciertos huérfanos no tenían un hogar al cual regresar por lo que solo les quedaba pasar su día de descanso dentro de Cuartel; y lo mismo fue para aquellos que venían de muy lejos por lo que no era factible volver a sus casas por un día.

— Di "Aaaah" —indicó Mikasa que llevaba el tenedor con un bocadillo a la boca del castaño.

— Deja eso —lo rechazó Eren, echándose hacia atrás.

— A veces no cooperas —se quejó ella.

Estaban ambos en un pequeño puesto de comida mientras esperaban a Armin que había ido a buscar un libro en una librería cercana.

— No tienes que hacer eso si no nos ve Ymir, ¿no se supone que lo haces para molestarla? —cuestionó el chico.

— Claro que sí —respondió ella—, pero caminar de las manos no es lo único que hace una pareja, ¿o sí? —comentó mientras tomaba la mano del castaño y entrelazaba levemente sus dedos con él.

Llevaban varias semanas fingiendo ser novios, al menos frente a Ymir, pero Mikasa creía que no era suficiente las pocas muestras de "afecto" que se daban frente a los demás; por eso, intentó practicar algo más ese día pero su rostro estoico no ayudaba mucho a ambientar su "escena romántica".

— No, pero tú y yo no somos una pareja —contestó soltando su mano, aun le ponía nervioso hacer eso, pero después de dichas semanas, empezaba a hacérsele costumbre.

— ¿Y si lo hacemos en serio? —sonrió para molestarlo.

Eren no tomó eso último con mucha gracia. Se incorporó de donde estaba sentado y, cruzando son su cuerpo la mesa, se acercó a la chica.

— Qué... —quería reclamar pero la cercanía del chico empezaba a ponerla nerviosa, aun así, no lo demostraría.

Él no respondió y se acercó peligrosamente a su rostro. Mikasa sintió los labios contrarios rozar los suyos por lo que se hizo hacía atrás con mucha rudeza.

— ¡¿Qué haces?! —increpó con el rostro completamente rojo.

Era la primera vez que se sorprendía tanto, tenía el corazón latiéndole a mil.

— Dijiste que fuera en serio —se justificó Eren volviendo a sentarse—, querías algo más que solo tomarnos de las manos, ¿no? —esta vez fue su turno de sonreír con mofa.

— Pero era broma, idiota —se incorporó para darle un golpe en el brazo.

Eren se quejó por eso último pero al mismo tiempo empezó a reír ya que había logrado cambiar abruptamente esa expresión tan calmada que tenía Mikasa frecuentemente.

***

Tan solo quedaban menos de seis horas para que el tan esperado día libre terminara. Por dicha razón, muchos de los que habían retornado a casa, ya estaban de regreso en el Cuartel.

— ¿En el almacén de suministros?

— Si, parece ser que trajeron lo que prometieron.

Eren y Armin escuchaban lo que susurraban algunos de sus compañeros en el dormitorio de varones.

— ¿Vendrán, cierto? —dijo Reiner, acercándose a ese par.

— ¿A dónde? —se interesó Armin.

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