Capítulo 8

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Maratón (3/3)

— Entonces... ¿dices que hay algo así de grande fuera de las murallas? —Mikasa no pudo evitar asombrarse por todas las cosas que le contaba Armin.

— ¡Así es! —se emocionó de afirmarlo— ¡Y no solo eso! Seguro que hay muchas más cosas de las que pude ver en mi libro, cosas que ni siquiera imaginamos —los ojos del rubio se iluminaban de la emoción.

Pasaba poco más del mediodía y Mikasa disfrutaba de las historias que le contaba Armin. Al principio lo escuchaba porque no tenía mucho que hacer, estaban aún recuperándose de sus lesiones por lo que era mejor permanecer en la enfermería; sin embargo, la azabache comenzó a oír entretenida aquellos relatos del pequeño rubio.

— ¿Cómo están? —preguntó Eren, entrando con una bandeja en donde llevaba raciones para tres personas.

— La verdad es que ya te esperaba, tengo hambre —respondió Armin.

— Gracias, Eren —dijo la chica recibiendo la ración que le correspondía.

Las dos semanas que llevaban ahí, era el castaño quien siempre llevaba la comida para ambos heridos. Ya que ni Mikasa ni Armin podían movilizarse fuera de la habitación, alguien debía de ser obligado a darles de comer, pero Eren siempre se ofrecía como voluntario, aun cuando terminaba cansado por el entrenamiento, y era porque Armin era su amigo más cercano, por eso iba él personalmente... ah, y de paso se encargaba de Mikasa también.

— Me sorprende que te movilices con tanta facilidad —comentó la Ackerman al ver al castaño comiendo.

Eren se encontraba como si nunca hubiese sufrido un accidente, considerando como terminaron los otros dos. Ella volteó a ver a Armin y el pobre sufría aun para levantar la cuchara. Por su parte, no le dolía mucho, y eso era una suerte porque podía realizar muchas de sus necesidades básicas por su cuenta, no como el rubio. Pero la suerte mencionada recaía en que realmente había tenido que realizar sus cosas sola.

La verdad era que se encontraba algo decepcionada. Veía a Eren venir todos los días por Armin mientras que ella no recibía a nadie. No es que pensase que fuese importante el tener a alguien preocupándose por ti, aprendió que eso eran simples detalles. No obstante, ella no dudó en ofrecerse ayuda y compañía a Ymir y Annie cada vez que se herían por los actos peligrosos que hacían en la ciudad principal... era algo triste no recibir lo mismo. La de pecas solo se apareció una vez, ¡una vez! Un simple saludo una vez a la semana no hacía daño, ¿no creen?

— Ymir preguntó por ti —mencionó Eren al notarla perdida en el espacio mientras comía lentamente.

— Al menos se dignó a eso —contestó con ironía sin pensarlo, pero se arrepintió rápidamente, solo que ya no podía remediarlo.

— ¿Estás enojada? —cuestionó el de ojos verdes con algo de temor; en su pobre razonamiento del momento, creyó que ella se enojó con ellos.

— Llevas algo decaída desde hace varios días —comentó Armin con preocupación; él era el único que se había dado cuenta del verdadero sentir de la chica—, ¿es porque tus amigas no han venido a verte? —sí, él parecía ser el más inteligente del lugar.

— No pasa nada —trató de sonreír hacia el de hermosos ojos azules—, y no estoy enojada —ahora se dirigió a Eren.

De alguna manera, se sintió bien responderles, aun cuando eran dos chicos a quienes no conocía ni un mes. Eren no acertaba a nada con ella pero al menos se veía que le prestaba atención como para preguntarle aquello tan tonto, mientras que Armin siempre era agradable y le hablaba de forma tan amable que le dejaba una sensación de paz, nunca creyó recibir ese tipo de trato en su vida futura.

Parallel  [EreMika]Where stories live. Discover now