Capítulo 25

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Ian Wright


Aarón suelta un gemido y se dobla del dolor. Me acerco de nuevo, le suelto otro puñetazo en el mismo lugar y esta vez cae de rodillas al suelo. Tose y después da arcadas, un hilillo de saliva baja por su boca hasta terminar en el suelo; se le ha escapado todo el aire, aspira con fuerza para recuperar el aliento. Intenta levantarse, pero yo se lo impido al soltarle una patada que lo hace caer al suelo boca arriba.

Se le han caído los lentes oscuros y la gorra.

Intenta hablar pero no puede, un silbido sale de entre sus labios y luego vuelve a toser. Espero impaciente a que se ponga de pie. Minutos después logra hincarse en el suelo, mantiene la cabeza gacha y una mano en el pecho.

No puedo esperar más. Lo tomo de los cabellos y lo obligo a levantar la cara hacia mí.


—¿Qué haces aquí? —le pregunto.

Aarón me mira durante un largo rato sin decir nada. Le doy una bofetada.

—¿Qué haces aquí? —repito.


Pero al parecer no tiene intención de contestarme, permanece ahí respirando agitado y con la mirada clavada en la mía. Entonces abre los labios, y cuando creo que me va a responder lo que hace es escupirme  en la cara.

Cierro los ojos al sentir la saliva, con furia la quito de mi rostro y le doy un golpe en la cara a Aarón con el puño cerrado.


—Ian, será mejor que entremos a tu casa —dice Nathan, puedo oír la advertencia en su voz.

—No te preocupes, estoy seguro de que Aarón me dirá todo ahora mismo.

Sé cuál es el temor de Nathan, pero no hay por qué alarmarse, mis vecinos no llamarán a la policía; están acostumbrados a ver esta clase de situaciones. Saben que no deben meterse en mis asuntos y mucho menos conmigo. Si llegan a ver algo, sólo lo ignorarán o fingirán que no ha pasado nada.

—Dime, ¿nos espiabas? ¿Te ha enviado alguien? —Su mirada sigue tan imperturbable como la de antes—. ¡Contesta, maldita sea! —Lo agito con fuerza sin soltarlo del cabello.


Sigue sin pronunciar palabra, ha empezado a exasperarme. Pero por lo visto no dirá nada más así que no tengo otra opción que dejarlo ir. Lo suelto e inmediatamente Nathan le da un empujón con la pierna haciéndolo caer de bruces en el suelo. Yo le doy dos patadas más y después camino hasta la puerta de mi casa. Esto no quedará así, no lo perderé de vista ni un instante a partir de mañana, pero por hoy no hay nada más qué hacer.

Entro a la casa seguido por Nathan quien cierra la puerta. Voy a la cocina y tomo la cerveza que había dejado ahí cuando Alexandra entró. La destapó y bebo casi la mitad de un solo trago. Estoy tan jodidamente furioso, que si no fuera porque Alexa está en mi casa, ya habría destruido todo lo de cristal que estuviera a mi paso. Intento tranquilizarme pero me parece una hazaña increíble, el solo hecho de imaginarme que ese cabrón había estado espiando afuera de mi casa y haya visto a Alexa por la ventana, hace que me hierva la sangre. Le doy otro trago a mi cerveza hasta terminarla, después la lanzo lejos haciendo que se haga añicos contra lo que sea que se haya estrellado.


Nathan entra en la cocina al oír el estruendo, me mira con curiosidad, después observa la cocina hasta que encuentra la botella.


—Deberías tranquilizarte, Ian.

—No, no puedo tranquilizarme. Ese imbécil estaba viendo a mi novia mientras se cambiaba de ropa, ¡es un jodido enfermo!

IAN WRIGHT [+18] ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora