IAN WRIGHT [+18] ||TERMINADA||

Capitulo 17

Alexandra Martínez

Se hace un silencio absoluto en todo el lugar. Todos los ojos están puestos en Natalie, quién mira nerviosamente a Richard.

Debo admitir que estoy tan sorprendida como los demás, sé que ella es capaz de cualquier cosa, pero jamás me imaginé que haría algo así. Casi arruina todo, de no haber sido por Ian y por mí, las joyas estarían en manos de la policía.

Natalie está apunto de decir algo, abre la boca... pero segundos después vuelve a cerrarla.

La voz de Richard nos hace apartar la mirada de ella.

— ¿Cómo sabes que le habló a la policía, Wright?

Ian lo mira a regañadientes, no quiere perder de vista a Natalie ni un instante.

—Estaba en mi camioneta —explica—, cuando vi que todos bajaron para poder entrar a la joyería, pero me di cuenta de que Natalie se quedaba rezagada fingiendo que había algo en su blusa. Segundos después sacó su móvil e hizo una llamada. Yo estaba monitoreando los radios de las patrullas cercanas y fue cuando intercepte un aviso, al parecer recibieron una llamada anónima informando que estaban robando y...

— ¡Eso no significa que haya sido yo! —grita Natalie, interrumpiéndolo—. Pude haber llamado a un amigo.

—Sera mejor que te calles, zorra—le espeta Ian, furioso.

Me sorprende bastante que él le hable de esa manera, él nunca le ha faltado el respeto a una chica, pero es obvio que Natalie lo sacó de sus casillas, y no es para menos.

— ¿Cómo te atreves a hablarme así?

— ¡Te hablo como se me dé la gana!

—Mejor no me busques o...

Ian avanza hasta ella haciendo que Natalie retroceda de inmediato con los ojos muy abiertos claramente asustada.

— ¿O qué? —le pregunta retándola.

Todos los demás estamos conteniendo la respiración. Por un momento pensé que iba a golpearla o algo parecido. Pero no, por muy enojado que esté, Ian nunca sería capaz de golpear a una mujer.

Richard camina hasta ellos, le hace un gesto desdeñoso con la mano a Ian indicándole que se retire. Él obedece y camina parándose a mi lado.

Nuestro jefe se pone enfrente de Natalie.

—Te doy un minuto, preciosa, para que me digas la verdad. Mira, yo creo que ya conoces las reglas, no es necesario que te las repita, ¿verdad?

Natalie niega con la cabeza pero no dice nada.

—Correcto. ¿Y sabes perfectamente lo que les ocurre a los traidores, no es cierto?

Ella asiente y traga saliva ruidosamente.

—Muy bien. Ahora dime, ¿es verdad lo que dice, Wright?