CAPÍTULO SESENTA Y CINCO

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Alex Morgan 




Parezco un puto crio haciendo esto.


Hace dos días Laila salió por la puerta después de que le dije que la necesitaba, y aunque la entiendo quise creer que mi orgullo seguía siendo mas fuerte.


Falle, por primera puta vez falle, si bien no creí que Laila simplemente me dijera si, tampoco espere que simplemente decidiera ignorarme.


—¿señor?—miro a John y suspiro.


—¿Qué quieres?—lo miro teniendo que cambiar la vista de Laila a través del ventanal a él.


—Miriam acaba de traer lo que pidió —me acerco a el escritorio donde reposan los dos pequeños cofres de terciopelo, uno azul y uno negro.


Me siento y abro ambas en el azul reposa el dije de sol dejando que brillen los pequeños diamantes, y en el segundo cofre el brazalete de RAME.


Recuerdo a la perfección el momento en el que Laila le regreso cada uno de ellos, pero en particular el dije, medio millón de euros dejaron de tener valor cuando ella dejo de usar en collar.


Hace un año que compre esto y aun recuerdo exactamente cuando el collar llego a mis manos.


Jamás he sido detallista pero despues de buscar cientos de joyería exclusiva para darle un regalo a Laila ninguno me convención, ninguno era digno de ella y me tome el tiempo de hablar con un diseñador y hacer un boceto con él para ambas piezas de joyería.


Laila es el sol, pase años sin sentir algo similar a lo que sentí con Sara, años sin que alguien pudiera sacarme una risa autentica y Laila llegó.


Llego llena de energía y positivismo, como si todo fuera posible solo porque ella así lo quiere creer, logro hacerme sentir como no creí que volvería a hacerlo.


El sol es ella, los diamantes brillan pero dejaron de hacerlo cuando ella me lo regreso.


Me levanto y camino al ventanal buscando a Laila como todos los días, pero ya no esta afuera.


—Reserva el fin de semana en Grecia, el mismo restaurante en la playan de la ultima vez, para la cena del viernes en la noche y quiero que investigues donde esta Lincorp, quiero su horario para el resto de la semana dile a Miriam —hablo sin dejar de buscar a Laila entre los soldados.


—Si señor — lo escucho salir y suspiro mientras me giro y regreso al escritorio.


Cierro ambas cajas y las guardo en mi bolsillo antes de salir de la oficina.



MINISTRO MORGAN [FANFIC PP ALEX MORGAN Y LAILA LINCORP]Where stories live. Discover now