CAPÍTULO CINCUENTA Y TRES

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Laila Lincorp




Una vez me dijeron que cuando estas mal el tiempo pasa mas lento y eso es cierto, no podría estar mas de acuerdo.


Dos semanas de trabajo, dos semas en las que logre ponerme totalmente al corriente con mi trabajo, y dos semas en las que no he logrado asimilar que ya no tengo a Alex.


Las chicas esta vez lo saben, saben que todo termino, sobre todo después de que enviara de regreso todo lo que me dio, bueno todo excepto el collar con el pequeño girasol.


Miro a los soldado mientras Alan se acerca a mi y lo miro.


—¿pasa algo?—asiente mientras camina y camino detrás de el dejando le ordenes a mis soldados.


—La teniente Lancaster quiere hablar con usted, ella y la directora de campaña insisten, la viceministra también la necesita después de eso — asiento y paso las manos por mi rostro.


—Bien, ¿puedes quedarte con mi tropa? No se donde se metió Milla —asiente y me mira sonriendo—¿paso algo mas?


—Solo, me alegra que esta devuelta con nosotros Teniente —sonrió y asiento.


—Gracias, y solo dime Laila, somos amigos —palmeo su hombro y el momento en el que toma mi mano mi seño se frunce.


—Estaba pensando que tal vez


—¿crees que tenemos todo el día linda?—la voz de Cristal nos interrumpen y la veo, suspiro y miro a Alan.


—hablamos luego —le sonrió y voy en dirección a la mujer que camina y yo detrás de ella alcanzándola, nos dirigimos al edificio administrativo y entramos a la oficina de Alex.


Genial.


Suspiro y me siento viendo al ministro, al coronel, a Gema y a Patrick reunidos alrededor de la mesa.


—¿Qué pasa? —miro a todos y el coronel toma la vocería.


—Ali Mahala se esta moviendo, desde Texas, México y sigue bajando, se le vio por ultima vez en Brasil—asiento mirándolo y Patrik toma la palabra.


—Laila, sabemos que apenas regresaste pero eres la teniente que mejor conoce sur América, hemos estado siguiendo su pista y tenemos información suficiente para asegurar que ira a Venezuela y puede ser que siga a Colombia, cromos que se trata de nuevos laboratorios y en su caso prostíbulos


—Debes irte en dos semanas a Venezuela, seguirás su pista y de ser posible detenerlo —asiento mirando al coronel que interrumpe y por mas que solo trato de centrarme en eso.


La mirada de Alex sobre mi me incomoda, no quiero verlo.


Estas semanas lo he evitado porque sinceramente se que no puedo verlo, me duele, me jode que de verdad el simplemente se halla ido de mi vida.


—De acuerdo, si así lo ordena mi coronel, aceptare la misión, en dos semanas partiré, ¿eso es todo?


—Por ahora si, retírate y de acuerdo a tu declaración, Wolfgang esta siendo investigado, deveras volver a declarar, ahora retírate


—Como ordene coronel —me levanto y camino directo a la salida, necesito estar lejos de Alex.


Bajo las escaleras y me cruzo con Sara, lo que me faltaba.


—Oh Laila—sonrió mirándola y asiento.


—Hola, con permiso


—Disculpa, yo, me entere que estuviste con Rachel en ese horrible lugar —paso saliva y asiento— ¿Cómo estás?


Suspiro y encogiendo levemente los brazos la miro.


—Mucho mejor, gracias, ahora si me disculpa, debo regresar con mis soldados—


—Sabes, yo...no se si ¿quisieras tomar un café después? Podríamos hablar—suspiro mirándola y ladeo la cabeza.


—Yo no quiero ser grosera, pero usted y yo no tenemos nada de qué hablar honestamente —asiente y coloca su mano en mi hombro.


—Yo siento lo de la ultima vez, pero seré honesta creo que deberíamos hablar de Alex—paso saliva y suspiro.


—Con todo respeto, no tenemos nada de que hablar sobre el, yo y él jamás fuimos nada, ahora en verdad debo irme, lo siento —paso a su lado con prisa y suspiro cuando al fin llego al primer piso.


He tratado de convencerme de que esto no importa.


No importa Alex, no importa Sara, no importa nada.


A él no le importo yo, a él jamás le importe yo ¡joder!


Contengo las lágrimas cuando mi respiración se acelera y las manos me sudan, mi pulso se acelera y estoy a un punto de gritar o llorar probablemente cuando unos brazos me rodean y lloro cuando el perfume Stefan invade mi nariz.


—Laila, Lai... hey ¿Qué paso?¿te sientes mal?—niego cubriendo mi rostro con las manos recargándome en su hombro.


—sácame de aquí, solo necesito ir a mi habitación—susurro tratando de tomar tanta aire como es posible.


No se exactamente que es lo que pasa, estoy entrando en pánico y mi mente se concentra en eso, en tratar de acabar con todo el cumulo de emisiones que golean al mismo tiempo mi pecho.


Quiero ser fuerte, quiero ser quien era antes de Alex, quiero que me deje de doler todo lo que jodidamente siento por él.


Las lagrimas bajan por mis mejillas y solo siento las manos de Stefan tratar de limpiarlas pero no se puede.


No puede, porque no puedo dejar de llorar.


Duele y duele mucho.




//

boo 

bueno adiós 

MINISTRO MORGAN [FANFIC PP ALEX MORGAN Y LAILA LINCORP]Where stories live. Discover now